Periodismo

Antonio Fernández-Galiano: «El principal compromiso es con la verdad»

El próximo 23 de octubre, «El Mundo» celebra su 30ª aniversario como uno de los referentes de la Prensa española

«La falta de compromiso democrático es el auge de los populismos y me refiero también a los nacionalismos, que son una forma de expresión del populismo» / Gonzalo Pérez
«La falta de compromiso democrático es el auge de los populismos y me refiero también a los nacionalismos, que son una forma de expresión del populismo» / Gonzalo Pérezlarazon

El 23 de octubre de 1989, llegó un nuevo periódico a los quioscos, «El Mundo». Este años celebra su 30ª aniversario en forma, manteniendo sus señas de identidad y sus ideales, a pesar de que la prensa escrita vive un momento crucial en su historia por la digitalización. Como presidente de Unidad Editorial, Antonio Fernández-Galiano lleva el timón de este rotativo en unos tiempos algo convulsos a nivel político, económico y social que exigen más compromiso y la búsqueda de la verdad.

–Usted dice que la calidad de la democracia y del periodismo son directamente proporcionales a la calidad de la ciudadanía...

–Sí. Es verdad que los políticos y los periodistas se ven muchas veces bajo la lupa de los ciudadanos que, con justicia, es exigente con ellos. Nos exigen ejemplaridad porque no siempre los periodistas son rigurosos, veraces, independientes y fiables e igual sucede con los políticos. Hemos visto muchos ejemplos. Pero eso no debe llevarnos a descalificar nuestro sistema democrático que es lo que está sucediendo últimamente. Si les requerimos mucho a los políticos y a los medios de comunicación, como ciudadanos nos deberíamos de preguntar: «¿Nos exigimos a nosotros mismos?». Es necesario un nivel de compromiso muy alto con la democracia. Para ser un buen demócrata y ciudadano hay que conocer la verdad y profundizar en ella y la Prensa es una pieza esencial en el juego democrático. Quizá por la revolución tecnológica y quizá también porque se ha relajado la convivencia democrática, los ciudadanos están menos comprometidos. El resultado inmediato de esa falta de compromiso es el auge de los populismos y me refiero también al auge de los nacionalismos, que para mí no son sino una forma de expresión del populismo.

–Usted reivindica la verdad en los tiempos de las «fake news», ¿qué tienen que hacer los periodistas?

–Tener muy claro que su principal compromiso es con la verdad. Nadie puede negar la iniciativa privada que está presente en la mayoría de los medios de comunicación. Cuando se lanza un periódico es para defender unos ideales. Los rotativos tienen una línea ideológica y los periodistas deben saber para qué medio trabajan. Sin embargo, sabiendo que hay unos principios ideológicos inspiradores de una línea editorial, en el terreno puramente informativo los periodistas deben tener un compromiso supremo con la verdad sin ningún otro interés: ni económico, ni político, ni empresarial. Porque la verdad nos persigue siempre por mucho que intentemos escamotearla, manipularla y esconderla. No hay nada peor que manipular la opinión pública. Es un delito de lesa humanidad.

–Una de las señas de identidad de «El Mundo» es el periodismo de investigación. En estos 30 años lo han impulsado y fortalecido.

–El periodismo de investigación abunda y profundiza en la búsqueda de la verdad. Este periódico ha hecho escuela en este género, que requiere de método, orden, un trabajo muy concienzudo y que los periodistas que lo ejercen tengan credibilidad porque hablan con mucha gente, al tiempo que tienen muchas fuentes que confían en ellos. Pero también hay que tener paciencia. No nos podemos precipitar en publicar una información, hay que llegar hasta el final y eso significa un trabajo de muchos meses e incluso años.

–En los últimos tiempos la Prensa escrita se enfrenta a la revolución digital. ¿Cómo la ha abordado «El Mundo»?

–Desde el principio, se supo ver que el valor de la marca era mucho más importante que el soporte y, para que la marca tuviese relevancia el periódico impreso tenía que tener mucha pegada, como sucedió con «El Mundo» desde sus inicios. Ese aspecto es fundamental en internet. Lo importante es no perder las señas de identidad y ser capaces en el medio digital de satisfacer las demandas de los lectores. Hay que conservar los mismos atributos que la marca respecto a la información que ofrecemos pero, sobre todo, la inmediatez para ofrecérsela al usuario. Quiero precisar que la inmediatez no está reñida con la calidad. De ahí que disfrutemos del liderazgo digital. Ahora han salido muchos competidores, aunque durante muchos años estuvimos solos, en una posición casi única.

–¿Para usted que en qué consiste esa calidad?

–Está en la capacidad que tenga el medio de comunicación de analizar, contextualizar la noticia y aprovechar el fondo documental.

–¿Cuáles son los recuerdos más importantes en estos treinta años de historia de «El Mundo?

–Hemos publicado muchas informaciones relevantes que tienen que ver con temas de corrupción y de abusos de poder por parte de los gobiernos que han sido difíciles de manejar. Recuerdo la caída del Muro de Berlín. Aparte de que sucedió pocos días después de que el rotativo estuviese en la calle, con este hecho empezó una nueva etapa en el mundo. No puedo obviar el atentado de las Torres Gemelas porque a partir de ese momento conocimos otro tipo de guerras perpetradas por el yihadismo. Tras los atentados del 11-M también ofrecimos informaciones que eran muy sensibles. De los últimos años, recuerdo muy vivamente la coronación del Rey y más recientemente el discurso de Don Felipe el 2 de octubre de hace dos años. Se vivieron momentos muy emocionantes en la redacción de «El Mundo» con el asesinato perpetrado por ETA de José Luis López de Lacalle. No puedo olvidar el día de su funeral en Andoain y el silencio y las miradas de la gente. Luego llegó el asesinato de Julio Fuentes durante la guerra de Afganistán y la muerte de Julio Anguita Parrado en Irak.