Comunicación
«Malas compañías» mira a la corrupción en Cataluña
Cristina Pardo vuelve a estar al frente del programa, que regresa a LaSexta con dos nuevas entregas mañana y el miércoles.
Cristina Pardo vuelve a estar al frente del programa, que regresa a LaSexta con dos nuevas entregas mañana y el miércoles.
Los casos de corrupción vuelven a ser un punto de ataque para Cristina Pardo. La periodista se pone al frente, una vez más «Malas compañías» para entrevistar a personas implicadas en distintos delitos fiscales del país. Un espacio con el que se espera «concienciar cada vez más de la gravedad que conlleva en esta sociedad que haya corruptos», reivindica Cristina Pardo. La entrega se da de forma consecutiva el martes y el miércoles. El programa se hace así con el «prime time» de LaSexta.
«Es un formato diferente e interesante». Así define Pardo un programa que encuentra su forma de ser en los testimonios de personas corrientes que «han estado metidas en tramas de corrupción, han tenido comportamientos corruptos, o los han visto de primerísima mano». Punto del que nace, precisamente, su peculiaridad y atractivo, pues reconoce la presentadora que «la gente con la que hablamos no solo da nombre y apellidos, sino que, los que han robado, también cuentan cómo lo han hecho». «No es tirar la piedra y esconder la mano», continúa, «sino, precisamente contar quién, cómo, cuándo, cuánto».
Sin controversias
El hecho de contar con implicados en los casos que se investigan, «no ha generado grandes controversias», pues, incide, «no estás obligando a nadie a contar lo que ha hecho». Si bien, reconoce que, a la hora de desarrollar el programa, ha habido puntos delicados como no saber «hasta dónde van a estar dispuestos a llegar los personajes».
Sea como fuere, no elude la repercusión que pueda tener «Malas compañías» para los protagonistas después de declarar ciertas cosas. Así, recuerda cómo, en la anterior entrega, «uno de los entrevistados confesó haberse llevado dinero», y, al día siguiente de la emisión, «el juez le aumentó la fianza y ahora está listo para sentencia».
La propuesta de tener un espacio propio llegó como un reto para ella, que «estaba acostumbrada a una labor informativa del día a día». Sin embargo, reconoce no haber sentido inseguridad. Detrás de «Malas compañías» está la productora de Jordi Évole, algo muy tranquilizador para Pardo, que «tenía la garantía de que el programa iba a estar muy bien hecho». Siente, además, que el cambio a un formato «más reposado en el que puedes sacar bastante del entrevistado» le ha permitido reflexionar mucho sobre esa persona.
La nueva entrega aborda dos casos de corrupción en Cataluña, el 3%, supuesto pago de comisiones que algunos constructores pagaban a cambio de la concesión de obra pública, y los delitos de la familia Pujol. A pesar de que llegan en un panorama copado por información sobre el desafío independentista, Cristina Pardo considera «muy incierto» saber si puede ser favorable o no en niveles de audiencia. Eso sí, recalca su deseo de que la acogida sea buena, «lo vea cuanta más gente mejor» y «no decepcione a nadie».
No se conoce cuándo, pero asegura que habrá más. «Con tantos casos de corrupción, nos podríamos pasar muchos años haciendo programas», bromea. La periodista ve de suma importancia la existencia de espacios de actualidad que informen para «tener opinión y poder valorar lo que nos rodea», a lo que añade que «sacar los colores a los corruptos, siempre me parece bien».
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