Cecilia García

Nacer bajo la represión de los nazis

La 1 estrena hoy «La luz de Elna», la historia de un centro de maternidad clandestino creado por Elizabeth Eidenbenz que ayudó a más de 600 mujeres hijos

En la maternidad las madres y sus hijos, como se ve en la escena, vivían al margen de la guerra
En la maternidad las madres y sus hijos, como se ve en la escena, vivían al margen de la guerralarazon

La 1 estrena hoy «La luz de Elna», la historia de un centro de maternidad clandestino creado por Elizabeth Eidenbenz que ayudó a más de 600 mujeres hijos.

Sin cerrar todavía la herida de la Guerra Civil española y viendo cómo se iba gangrenando Europa a causa de la putrefacción de Hitler y del régimen nazi que provocó la II Guerra Mundial, ciento de miles de españoles afines a la República abandonaron el país. Recalaron geográficamente en Francia, aunque estaban en tierra de nadie porque no encajaban en ningún lugar, salvo en los campos de refugiados. Allí, las más vulnerables eran las mujeres embarazadas, que parían en establos. Ante este drama, en el que todos miraban para otro lado, apareció Elizabeth Eidenbenz, una maestra suiza que creó La maternidad de Elna, estuvo operativa desde 1939 a 1944. Allí nacieron con garantías sanitarias, tanto para sus progenitoras como para los recién nacidos, 600 niños de hasta más de 20 nacionalidades diferentes, entre ellos, 200 judíos.

«Siempre digo que sí»

Al igual que Spielberg dio a conocer a Oscar Schlinder en la película que rodó en 1993, y TVE a Ángel Sanz-Briz en «El ángel de Budapest», ahora se revela la historia de Eidenbenz en «La luz de Elna», una «tv movie» que la cadena pública estrena hoy en La 1 a las 22:00 horas en coproducción con TV3. La película ha sido dirigida por Silvia Quer –que ha desarrollado la mayoría de su trayectoria profesional como realizadora de series– y protagonizada por Noéme Schmidt, Nora Navas, Natalia de Molina y Pere Ponce, entre otros. Antes de morir, en 2011, Eidenbenz dejó una frase que hay que entender en su contexto: «Siempre digo que sí». Se refería a su predisposición a ayudar a todo aquel que lo necesitaba. Ése fue el motor de su vida. Construyó la maternidad en un castillo con la única ayuda de voluntarios. En diciembre de 1939, nace la primera criatura: el español José Molina. La historia está contada desde la visión de Pat (Max Sampedro), un niño que –desde su inocencia al solo conocer ese espacio plácido– no entiende lo que sucede fuera. También desconoce lo que está pasando dentro. La mujer que ayudó a su madre a parir está soportando como puede la presión de la Gestapo, que sabía las actividades clandestinas que se estaban realizando en aquel lugar. Incluso fue detenida, hasta que en el 44 lograron su propósito: desmantelar la instalación.

Su historia cayó en el olvido hasta que en 2002, Israel la incluyó en los Justos entre las Naciones, distinción que honra a personas no judías que ayudaron a los hebreos durante el nazismo. España también reconoció su labor: el Gobierno español le entregó la Cruz de Oro de la Orden Civil de la Solidaridad Social y la Generalitat la Cruz de Sant Jordi.