Contaminación ambiental
Roberto Brasero: «El jardinero me llama para saber si tiene que poner el riego o no»
«La influencia silenciosa», una lluvia de ideas sobre cómo el clima ha influido en la Humanidad, es el último libro del más famoso hombre del tiempo.
«La influencia silenciosa», una lluvia de ideas sobre cómo el clima ha influido en la Humanidad, es el último libro del más famoso hombre del tiempo.
Roberto Brasero le han definido como «el showman de la isobara», el hombre que cambió la forma de hacer meteorología, el «Huracán» Brasero. Él mismo se describe como un periodista de formación y vocación. El año pasado recibió la Antena de Oro por marcar estilo a la hora de contar el tiempo. Se confiesa creyente del cambio climático y en su último libro razona acerca de «La influencia silenciosa: cómo el clima ha condicionado la Historia», de Espasa.
–En su obra hay un capítulo titulado «el clima del siglo en que naciste». ¿Cómo era el tiempo en su época?
–Yo nací durante una fría primavera de los 70 que, ahora, resultaría la excepción y se convertiría en el día más frío desde hace una década. ¡Cómo ha cambiado el tiempo en 40 años!
–Usted escribe «en el clima lo único que permanece es el cambio», ¿y el climático?
–El cambio climático, sí, es la gran incógnita. Más que el hecho de que el clima cambie, es que lo hace a gran velocidad. El cambio puede ser episódico –ya que cambios climáticos ha habido siempre, si bien duraban una o dos décadas, como mucho– o que se solidifique. Los científicos y yo creemos en la segunda opción.
–¿Si las temperaturas siguen subiendo, ¿en qué zona de España pasarán a veranear los alemanes?
–(Risas) Supongo que se quedarán en Bonn o en Berlín.
–Donald Trump afirmó, a finales del año pasado que a su país le iría muy bien «un poco de calentamiento global». ¿Qué le diría al presidente?
–Que lo preocupante, señor Trump, es cuando llegue el verano. Porque estas temperaturas que suavizan los inviernos no se marchan cuando llega junio. Si Valencia ha registrado su temperatura histórica más alta en pleno enero, en verano superaremos fácilmente los 40º en España. Las consecuencias del calentamiento global son gravísimas... como esto que me han enviado.
–¿Qué es?
–Un whatsapp. El otro día dije en la tele, sin querer, «el calentón de San Valentín».
–Y ya será TT en España...
–Por supuesto.
–Mejor volvamos a lo que nos concierne. Le voy a pedir que responda al subtítulo de su libro: ¿cómo el Clima ha condicionado la Historia?
–De dos maneras: decisiva y silenciosa. El clima adquirió una influencia decisiva en la formación de un escenario adecuado en el que surgieron las primeras formas de vida. Pero se transformó en silencioso tras la aparición del ser humano, desde la cual el clima ha intervenido no solo como telón de fondo sino también como director de atrezzo en el curso de los acontecimientos. El clima está detrás de momentos cruciales para la humanidad de una manera u otra.
–Hablando de momentos «cruciales», ¿cómo son las conversaciones de ascensor con un hombre del tiempo?
–No es que intente evitarlas, es que intento evitar los ascensores, directamente.
–¿Va por las escaleras?
–Sí, y cuando no me queda más remedio que ir en ascensor, me vuelvo un especialista en mirar las placas de mantenimiento. El problema es que no sé, cuando las personas me preguntan por el tiempo porque quieren rellenar un silencio o porque quieren un parte meteorológico...
–Y entonces corre el peligro de darles la brasa.
–(Risas) Nunca mejor dicho.
–Imagino que sus conocidos y familiares le arrollarán cuando se van de viaje...
–Sí, y no únicamente mis amigos. El jardinero de mi urbanización me llama para saber si poner el riego o no. Me preguntan hermanos cofrades de las cofradías de Semana Santa. Este año me han llamado de los Ayuntamientos para saber si sacaban la cabalgata de Reyes... Imagínate la responsabilidad.
–¿Y le toca aguantar el chaparrón cuando falla?
–Sí. Pero si mis amigos me ven cabizbajo, no recurren al clima cuando nos vamos de cañas. Es que me duele no haber contado bien el tiempo.
–Pero alguna vez se habrá alegrado de equivocarse...
–Lo confieso. ¡Pero es que las alertas rojas son muy peligrosas! Por eso me alegra errar en los pronósticos de lluvias fuertes.
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