Madrid 2020
Un voto caprichoso
Madrid, la más valorada por la Comisión de Evaluación, cayó a la primera por 49-45 en el desempate con Estambul. Tokio arrasó en la final: 60 de 97 votos
«Ohhhh», se oyó por la sala mientras al fondo se extendían los gritos de «Estambul, Estambul». La decepción fue tremenda, Madrid cayó en la primera ronda y atrás quedaron promesas de unos e ilusiones de otros en una votación que vuelve a poner de manifiesto que la decisión de los miembros del Comité Olímpico Internacional para elegir la sede olímpica es impredecible y no siempre atiende a la lógica. Se hace una comisión de evaluación, se monta un pequeño «circo» en las ciudades candidatas y se les pone nota para nada, porque en las últimas tres elecciones no se ha tenido en cuenta para elegir al ganador. Madrid fue la mejor valorada, pero terminó última de las tres finalistas. La candidatura española ha tenido que hacer frente al problema de la crisis, que quedó bien explicada porque después de la exposición no hubo ninguna pregunta al respecto. La reunión que hubo en Lausana el pasado mes de julio sirvió para eso y para impulsar la apuesta de España. También parecía resuelto el asunto del dopaje y la «operación Puerto», sobre todo después de que se aprobara una ley que cumple a rajatabla lo que pide la Agencia Mundial Antidopaje, pero dos de las cuestiones de los miembros del COI fueron en ese sentido, alguna con especial mala intención, como la del británico Pengilly sobre la destrucción de las bolsas de sangre, cuando en realidad no están destruidas. Está pendiente de resolución en un tribunal.
Los miembros del Comité Olímpico internacional no «compraron» la propuesta de austeridad en tiempos de crisis. «Nos vamos a gastar poco dinero, pero porque está invertido de antes», explicaba Patxi Perurena días antes de la elección. Él y el resto de la candidatura extendieron la idea de que los Juegos no son sólo dinero, que son valores y que hay un momento en el que se debe parar de gastar. «Un día, los proyectos virtuales nos la damos», analizaba Perurena. La seguridad de los yenes de Tokio ha pesado más en una organización privada que en la actualidad tiene las arcas llenas. Se volvió a apostar por una oferta virtual, pero con la seguridad de tener dinero en el banco por si surge algún contratiempo. Se apostó de nuevo por el negocio.
Las cuentas de algunos miembros de la delegación española, que calculaban entre 30 y 35 votos para la primera ronda, se quedaron cortas, aunque los electores tienen el escudo de que su decisión es secreta. Madrid obtuvo 26, seis más que en Singapur para el proyecto de 2012 y dos menos que hace cuatro años en Copenhague para 2016. También es cierto que 20 de los miembros que votaron ayer no lo hicieron en 2009. Tokio obtuvo 42, por lo que se quedó a un paso de salir vencedora en la primera votación. Necesitaba 48, porque el censo final fue de 94 miembros. Pese a que, en teoría –con lo complicado que es teorizar aquí, como ha quedado demostrado–, muchos de los apoyos de Estambul iban a ir para Madrid, lo lógico es que tampoco le hubiera llegado porque la capital nipona sólo necesitaba sumar a 6 de los 26 seguidores de Estambul.
El primer paso para la elección fue repartir los dispositivos. Alguno se cayó por el camino y otro pareció no funcionar, aunque fue un error porque no hubo ningún voto nulo. Para apoyar a Tokio había que apretar el número 2 del aparatito. A Estambul le tocó el 8 y a Madrid el 4. «Pueden proceder a votar», dijo Christophe de Kepper, el miembro argentino que ejerció de maestro de ceremonias. La sala de prensa recuperó la concentración de nuevo después de la hora y media de espera entre la última exposición y las votaciones. Le dan misterio, se hacen de rogar y en un minuto... «La votación está cerrada». El papel con el resultado llegó a Jacques Rogge, presidente del COI, que desveló que Estambul y Madrid tenían los mismos seguidores. Hubo que desempatar y Turquía se impuso por 49-45.
La alegría de ese momento, porque ni en la propia delegación se esperaban llegar a ese paso tras las protestas de la `plaza de Taksim y los positivos por dopaje de varias decenas de atletas los últimos meses, se convirtió en decepción cuando Rogge dijo: «To the city of... (a la ciudad de...) Tokio». Japón arrasó en la última elección: 60-36. Los escapes radiactivos de Fukushima tampoco le han pasado factura. Había una corriente negativa por ese asunto entre los miembros del COI, o eso se desprendía, que hizo que incluso en algunas casas de apuestas Madrid superara a Tokio como favorita. Pero a la hora de la verdad...Un voto caprichoso.
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