Mesa de análisis

Sostenibilidad, clave para el resurgir turístico

La gestión de los recursos y la protección del entorno se convierten en atractivos para mejorar la competitividad del sector a nivel internacional

La industria turística española ha pasado, sin ningún género de dudas, el año más difícil de su historia. Tras lograr el histórico récord de más de 83,7 millones de turistas internacionales durante el año 2019, nuestro país apenas recibió 19 millones de visitantes el pasado ejercicio, marcado por la pandemia de la Covid-19. Ahora, cuando el verano ya está a la vuelta de la esquina y tras decaer el estado de alarma, el sector mira con esperanza el resurgir de un modelo de negocio que ha sido considerado, por méritos propios, como la locomotora económica de nuestro país, no en vano ha llegado a atesorar más del 12% del Producto Interior Bruto.

Ahora, justo en el punto de inflexión en el que toca resurgir de las cenizas, como si de un ave fénix se tratara, LA RAZÓN ha vuelto a apostar por el sector turístico. Prueba de ello es que la sede del periódico acogió el pasado lunes una mesa de análisis y debate bajo el nombre de «Retos del turismo sostenible», impulsada por Hidraqua, compañía determinante en la gestión de los recursos hídricos en la Costa Blanca, porque si hay un modelo turístico al que todos los agentes deben mirar es, sin duda, el modelo de turismo sostenible, y eso pasa por la vertiente medioambiental, pero también social y económica.

«Los recursos son limitados y el agua es un buen ejemplo de ello, pero destinos como los pertenecientes a la Costa Blanca son el mejor ejemplo de que, si se hacen bien los deberes, es posible lograr una gestión eficiente y sostenible», afirmó Jordi Azorín, consejero delegado de Hidraqua en la Comunidad Valenciana, quien recordó que «hemos comprobado que los caudales en las grandes ciudades turísticas ya no sufren esos picos de demanda que sí ocurrían antes. Por parte de la población hay más concienciación, sin olvidar el papel de la Administración Pública, capaz de acotar eficazmente los destinos del agua potable. Basta como ejemplo recordar que hace muchos años se invirtió para que los parques se regaran con agua reutilizada, al igual que las duchas de las playas... Y por parte de una empresa como la nuestra, la clave está en no dejar que se pierda ni una sola gota de agua», reconoció Azorín.

Y esa gestión del agua resulta crucial para ofrecer un destino de calidad con todas las garantías. Así lo reconoció Antonio Pérez, alcalde de Benidorm, quien hizo hincapié en que «Benidorm es líder en turismo, pero a su vez es pionero en sostenibilidad, principalmente en la entendida desde el punto de vista de la eficiencia de todos los recursos, aunque si hay en algo que destaca por encima de otros es en la gestión integral del agua». En este sentido, tal y como argumentó Pérez, «la adecuada gestión integral del agua se logra gracias al trabajo del Grupo Suez, pero también porque somos un modelo de cogestión y de cogobernanza a través de proyectos como el Consorcio de la Marina Baixa, que es un gran ejemplo de la colaboración público-privada en este ámbito».

De hecho, precisamente bajo la tutela de esa colaboración «privado-pública», tal y como defendió Carlos Mazón, presidente de la Diputación de Alicante, «se ha demostrado durante estos meses la resiliencia del sector turístico en los momentos más difíciles de la pandemia. El sector ha vuelto a dar una lección de esfuerzo y de capacidad de aguante, pero lo cierto es que para que haya turismo sostenible, debe haber turismo, es decir, viajeros, y por desgracia eso ha fallado en estos últimos meses». Por ello, Mazón insistió en la necesidad de abrir, «con responsabilidad y sin miedo, algunas ventanas turísticas que no se han abierto, porque si no, corremos el riesgo de llegar tarde y de que no haya manos que puedan levantar esa persiana del sector turístico». Y este mismo sentir también lo defendió Juan Molas, presidente de la Mesa del Turismo, quien recordó que «el turismo es una empresa de la que todos los españoles somos inversores, ya que de ella depende más del 12% de nuestro PIB, cifra que asciende hasta el 20% cuando hacemos la cuenta de forma indirecta. Por ello, que esta industria se recupere del golpe provocado por la crisis sanitaria resulta clave para el país, para la creación de empleos y, en definitiva, para la generación de riqueza».

Y en esa «vuelta a empezar» del sector, el valor del turismo sostenible juega un papel determinante, ya que no hay que olvidar que los viajeros cada vez están más concienciados con la necesidad de cuidar el planeta, de proteger el entorno y de ser respetuosos con los recursos que tenemos. Y ahí el agua es esencial. «Esa conciencia de respeto por el agua la tiene el sector turístico desde hace muchos años, pues son conscientes de que sin agua no hay turismo», afirmó Azorín. Pero quizá, lo que falla es la forma de comunicar todo lo que se hace al respecto. «Falta saber comunicar mejor todos los planes y las medidas que se han puesto en marcha, pues eso el viajero lo valorará. No hay ningún sector en el mundo que sea más sostenible que el turismo, porque cuidar el entorno forma parte de nuestro presente y de nuestro futuro. En Levante se han hecho los deberes desde hace muchos años en este sentido porque creemos en el modelo turístico actual», aseguró Pérez. Y no es para menos, ya que tal y como apuntó Molas, «el 17% de los turistas norteamericanos, por poner solo un ejemplo, elige su destino según los valores de sostenibilidad que ofrecen los lugares que visita así como los hoteles en los que se aloja».

Y si de sostenibilidad se trata, el uso eficiente de los recursos hídricos cobra una vital importancia. Para alcanzar esa eficiencia en la gestión «nos ayudamos de las nuevas tecnologías en materia del agua, una cuestión que ya se implantó en Benidorm hace años. Gracias al empleo de modelos matemáticos logramos una precisión muy eficaz que nos permite llevar el agua allí donde hace falta justo en el momento necesario, pero todo ello de una manera que pasa desapercibida, pues ya todos los viajeros dan por hecho que al abrir su ducha tiene que salir agua. Nuestro reto es que eso sea así», aseguró Azorín. Y eso es precisamente lo que se logra en destinos punteros como Benidorm, «donde el rendimiento técnico de la red alcanza un índice del 95%, convirtiéndose así en la ciudad del mayor con mayor rendimiento hídrico. De hecho, la ciudad consume un 20% menos de agua con el doble de población», aseguró Pérez, quien insistió en la importancia que supone la digitalización y el uso de las nuevas tecnologías para lograr el sello de «destinos inteligentes, que se traduce en una ciudad más amigable para el visitante, pero también más manejable para el ciudadano».

A pesar de todo ello, son muchas las voces en contra que han aparecido en los últimos años demonizando a la industria turística, pero los cuatro ponentes estuvieron de acuerdo en afirmar, con rotundidad, que el modelo de turismo actual es el adecuado. «Tiene futuro tal y como lo conocemos porque es un sector maduro. Ahora no es el momento de hablar de nuevos impuestos o de plantear posibles tasas turísticas, pues no hay que olvidar que sin lugares como la Costa Blanca no habría turismo democrático. El turismo de calidad es aquel que viene a nuestros municipios, recibe un buen trato, lo cuenta a su vuelta a casa y vuelve a visitarnos más adelante. No nos pongamos palos en nuestras propias ruedas», defendió Mazón, quien insistió en que «lo urgente ahora es dar prioridad a la vacuna y al pasaporte verde para lograr que la recuperación en ’'V’' sea posible, ya que si hay un sector que puede llevar a que nuestro país se recupere con rapidez es, sin duda, el turismo. Por ello, debería ser pecado hablar mal del turismo. Nuestro modelo turístico funciona y está llamado a llevarnos al futuro eficientemente, pues es tractor de la sostenibilidad en el mejor sentido de la palabra, es decir, a nivel social, económico y medioambiental», aseguró Mazón. Y esa misma idea la recogió Pérez, quien concluyó el debate recordando que «en este contexto de pandemia, para España el turismo es la mejor vacuna que puede curarnos».