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Atracón de lamprea en forma de fiambre y empanada

Atracón de lamprea en forma de fiambre y empanada
Atracón de lamprea en forma de fiambre y empanadalarazon

Cuando en febrero cruzamos la puerta de un restaurante puramente gallego, tal y como ocurre con Burela (situado en el número dos de la calle Nardo, en el barrio madrileño de Tetuán, muy próximo a la emblemática Plaza de Castilla), podemos encontrarnos con la sorpresa de descubrir las bondades de un pescado muy feo, pero delicioso. ¿Adivinan? Se trata de la lamprea, considerado por muchos el animal más antiestético del mundo, pero un suculento bocado.

Durante la temporada de la lamprea, que dura hasta mediados del mes de marzo, el restaurante Burela propone al comensal dejarse sorprender por los sabores de este pescado por 29,50 euros por ración. Pero no se esperen contemplar el dichoso feo pescado tal cual en el plato. No. Las jornadas de la lamprea de Burela nos dejan pasmados al presentar este producto elaborado a la bordalesa, pero sobre todo en forma de fiambre y también como ingrediente principal de una empanada. ¿Se le ocurre mejor forma, o al menos más curiosa, de darle un bocado a este pescado?

Con casi un cuarto de siglo de experiencia a sus espaldas, sentarse a la mesa de Burela es un acierto en cualquier época del año. Basta dejarse aconsejar por el sabio asesoramiento de Camilo Paredes, gallego de pura cepa y alma mater del restaurante, quien conoce a la perfección la calidad del producto, no en vano sabe de primera mano que llega cada mañana procedente de las lonjas de su tierra. Por eso, si la lamprea no el fuerte del comensal, aquí resulta imposible quedarse con hambre y no chuparse los dedos, «pues siempre contamos con un producto de primerísima calidad, cuidado con mucho mimo en la cocina, pero con la filosofía de no enmascarar los sabores, pues nuestro objetivo es que el cliente disfrute de la sencillez y el lujo del buen producto», confiesa Paredes. Y eso es precisamente lo que comprueba el viajero, que se lleva a la boca una merluza, sencillamente presentada, de esas que se deshacen en la boca y cuyo sabor resulta soberbio. Pero esto ocurre con la merluza y con otras tantas recomendaciones, pues en Burela son especialistas en mariscos y pescados de temporada, sin pasar por alto entrantes tan apetitosos como las típicas empanadas caseras, hechas a mano cada día, los mejillones o el pulpo que, literalmente, se derrite en la boca con una gran delicadeza.

Si en la sala hay algún carnívoro, tampoco saldrá defraudado, aunque siempre hay que dejar hueco para los postres caseros, pues sería un pecado sin probar su filloa o su tarta de Santiago.