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La belleza oculta de Mallorca: los patios de Palma

Más de setenta espacios a medio camino entre la calle y las antiguas casas señoriales

La mayoría de los patios de Palma son privados
La mayoría de los patios de Palma son privadoslarazon

Más de setenta espacios a medio camino entre la calle y las antiguas casas señoriales.

Un pasado lleno de historia y arte mallorquín ha llegado hasta nuestros días incrustado en los muros que conforman los emblemáticos patios de Palma. Más de setenta espacios a medio camino entre la calle y las antiguas casas señoriales. La mayoría privados, pero algunos de ellos se pueden visitar en cualquier momento del año.

El origen de los patios de Palma es romano y obtuvieron su máxima popularidad con la llegada a la isla del estilo gótico y la casa medieval catalana tras la conquista de Mallorca en 1229 por Jaime I. En los siglos XVII y XVIII, los patios se volvieron más lujosos y refinados con un estilo barroco y renacentista, y se convirtieron en símbolo de poder y estatus social. Estas grandes casonas respondían al dicho mallorquín “sa casa fa es senyor” –la casa hace al señor–.

Todas las mansiones señoriales mallorquinas mantienen, por lo general, una misma estructura. La vivienda de fachada austera estaba orientada al espacio de los quehaceres cotidianos. En su interior, el patio era un espacio descubierto flanqueado con arcos y con unas escaleras que daban acceso a las galerías, el espacio más íntimo de la familia. El patio palmesano es de suelos empedrados e inclinados para recoger el agua de la lluvia, con un pozo y siempre macetas con flores y plantas. La belleza de estas maravillas se mantiene oculta tras puertas de madera noble.

La mejor manera de poder conocerlos es darse un paseo por el casco histórico de Palma de Mallorca asomándose a aquellos portones, que abiertos, invitan a entrar o a contemplar a través de sus rejas –dependiendo de su privacidad–, la sobriedad y elegancia de estos rincones.

Entre las estrechas calles de Palma se esconden estos oasis de luz, paz y tranquilidad en el seno de las históricas casas y palacios señoriales, de las que fueron dueños la nobleza autóctona y los poderosos mercaderes que habitaron esta isla. Singulares, diferentes y diversos, son uno de los elementos más característicos de la ciudad.

La tradición se ha sabido adaptar a la modernidad. En la actualidad muchas de estas casas son ahora sedes de instituciones públicas y se pueden visitar como el Palau March, el Hospital de San Pere i San Bernat, el Tribunal de Jusiticia o el Museo de Arte Español Contemporáneo.

Otras siguen siendo casas privadas como Can Sureda, Can Alemany, Can Juny, Can Solleric, Can Bordils, Cam Oms, Cam Marquès, Can Oleo, Can Olesa... Cualquiera de ellos responde a lo dicho por Azorín allá por 1906: “Patios vastos en los que no se oye nada, ni se ve a nadie; y en los que un farolón viejo de vidrios blancos pende del techo. Se respira en esta Palma venerable un sosiego, una calma sedante, una paz que en un punto apacigua nuestros enardecidos nervios cortesanos”.

Agradecimientos: Hotel Nakar, Mallorca Private Tour Guides, Restaurante Es Rebost, Mercat de L´Olivar, Gastroteca Mauricio, Fundació Pilar i Joan Miró a Mallorca