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Qatar, el imperio del gas
Las claves para conocer un país lleno de estereotipos en el que el dinero y el lujo son los grandes protagonistas
Cae la noche. Grúas iluminadas, luces de neón que se reflejan en los cristales de los rascacielos infinitos. El Hotel Sheraton parece una pirámide mexicana, color verde fluorescente, la Torre del Marriot se cubre de rojo intenso. De los barcos que navegan frente al malecón, cuelgan farolillos amarillos. No hay lugar para la sobriedad, todo es ostentoso, enorme y brillante en Doha.
La imagen que tenemos de Qatar está llena de estereotipos. El lujo rodea a la monarquía qatarí, uno de los Estados más ricos de la tierra con una renta per cápita cercana a los 65.000 euros anuales.
El lujo y las paradojas. Sin elecciones ni democracia, el “sistema” parece blindado frente a las primaveras árabes. Las revueltas en Túnez, Egipto, Libia, Yemen o Siria, no agitaron las aguas qataríes.
Las relaciones son excepcionales con los gobiernos de occidente, pese a que algunos informes de inteligencia acusan a Doha de financiar a extremistas islámicos en Siria, Libia e Irak. Una información siempre negada por Qatar.
Pero los esfuerzos por abrirse al mundo y posicionarse como el Emirato más moderado de la región no cesan. En esta carrera de fondo el país albergará el Mundial de fútbol del 2022. Aunque todavía no queda claro si se disputará en invierno, y si hubo alguna irregularidad durante el proceso de selección de la sede.
Tampoco ayudó el reciente escándalo destapado por el diario británico The Guardian, sobre las condiciones de trabajo de los obreros extranjeros. Según una denuncia de la Confederación Sindical Internacional (CSI), por lo menos 1.200 inmigrantes han muerto trabajado en las obras del Mundial. Otras estimaciones de Amnistía Internacional hablan de 400.
Pero el emir de Qatar, Tamin al Hamad al Zani, no se rinde, asegura “aprende de los errores” y promueve el deporte como una apuesta para elevar su perfil internacional. En 2005, fundó Qatar Sport Investments, organización que posee entre otros negocios el Paris Saint-Germain FC. También organizará el Campeonato Mundial de Natación de 2014. Como miembro del Comité Olímpico Internacional, dirigió personalmente la candidatura de Doha para los Juegos Olímpicos de 2020, que finalmente se llevó Tokio.
Además, a través de Qatar Foundation, el Barcelona recibe 30 millones de euros (40 millones de dólares), como patrocino por llevar el nombre de la organización en la camiseta. El equipo catalán e indirectamente su estrella, Leo Messi, se han convertido en embajadores del emirato. Pero ¿qué hay detrás del logo qué luce en el pecho de los jugadores del Barsa?
Qatar Foundation
La fundación qatarí, se dedica según su página web "a la construcción de capital humano en una parte del mundo donde la necesidad y el potencial para el desarrollo humano son considerables. A través de su triple misión de la educación, la investigación científica y el desarrollo comunitario, que está ayudando a construir una sociedad sostenible, donde el intercambio y la creación de conocimiento mejorará la calidad de vida para todos."
“Qatar Foundation está construyendo la capacidad humana para conseguir una futura economía del conocimiento sostenible para la nación de Qatar, y lo hacemos mediante la liberación del potencial humano”, asegura Rashed Al-Qurese, Director Adjunto de Comunicación de Qatar Foundation.
Desde que Qatar Foundation se fundó en 1995, ha ido creciendo como una fuerza poderosa para el cambio social hasta convertirse en uno de los principales símbolos del país, junto con la compañía Qatar Airlanes.
La Fundación está presidida por Sheika Mozah Bint Nasser Al-Missned, esposa del emir, que apoya y guía este proceso. Conocida como la Perla de Oriente, es considerada una de las mujeres más poderosas del mundo musulmán.
La jequesa de la península Arábiga utiliza la organización para comandar las transformaciones sociales del país. Junto con su marido, han comprendido que su aceptación internacional pasa por promover los valores esenciales como la cultura y la educación.
WISE: La diplomacia de la educación
El Centro Nacional de Convenciones de Qatar se encuentra en Gharafat Al Rayyan, en la carretera Dukhan. Con 40,000 metros cuadrados de espacio para exhibiciones parece un faraónico árbol de raíces de mármol. Convertida en sede de Qatar Foundation, alberga desde el 2009 una de las mayores cumbres de educación del planeta: WISE. Este año reunió del 4 al 6 de noviembre a más de 1.500 participantes, incluyendo pensadores y profesionales de la educación, representantes de gobiernos, organizaciones no gubernamentales, líderes del sector privado y empresarios sociales.
Durante la cumbre se entrega el Premio WISE 2014 de Educación con una ayuda de 500.000 dólares, una especie de novel de la formación. Este año la agraciada fue Ann Cotton. Presidenta de Camfed. Laureada gracias a su campaña para la educación femenina, dirigió un modelo de educación para niñas reconocido internacionalmente, que ha situado la educación en el corazón del desarrollo en África.
En los pasillos, Mozah saluda a los invitados ataviada con traje de alta costura y turbante. Su sonrisa, iluminada por los flashes de las cámaras, denota satisfacción. A su lado gente de traje, otros con la típica vestimenta qatarí, de blanco inmaculado. Las mujeres conversan con sus móviles de última generación, enfundadas de negro hasta los pies. Algunas llevan el rostro tapado, la mayoría un pañuelo que cubre su cabeza. Maquilladas, bellas, impecables.
Al fondo en el hall, una araña enorme de cinco metros de altura permanece impasible. Debe ser una de las últimas esculturas adquiridas por la jequesa Mayasa Bint Hamad al Thani. En su calidad de responsable del Organismo de Museos de Catar (QMA), está revolucionando el mercado del arte a golpe de petrodólares.
Debajo del gigante arácnido nos encontramos con Noor Al-Kobaisi, otra de las mujeres emprendedoras de Qatar Foundation. Primero comando proyectos sobre sanidad en Sidra Medical y ahora lo hace en Silatech, donde trabaja en programas de empleos y tecnología para jóvenes árabes. Ambas organizaciones son dos ramas más de la Fundación, cuyo símbolo es un árbol, Sidra, resistente a las altas temperaturas y capaz de florecer con poca agua.
Noor afirma que las mujeres en Qatar están consiguiendo cambios importantes, asumiendo responsabilidades “somos gotas que se expanden en el agua, creando ondas que se multiplican”
Ciudad de la Educación
Otra de las obras más importantes es la ciudad de la Educación. Así es como en medio del desierto, surge un megacomplejo de edificios imponentes y modernos que albergan desde escuelas de primer nivel, hasta facultades de estudios superiores con todos los adelantos tecnológicos. Un templo de la enseñanza. Allí se encuentran las oficinas de la televisión Al Jazeera, otras de las ventanas al mundo de Qatar, convertida en contrapeso de canales como CNN.
Hasta Doha también viajó la ex vicepresidenta del Gobierno español, María Teresa Fernández de la Vega y actual presidenta de la Fundación Mujeres por África, quien confía en los proyectos educativos de Qatar. “Creo que son a largo plazo, con resultados visibles. Las sinergias se sostienen. Mi proyecto en África conecta perfectamente con otros programas que se presentaron en WISE” afirma, evitando algunas preguntas espinosas sobre el gobierno local.
En conclusión, el país ha experimentado un gran crecimiento en los últimos años pero son conscientes de que una economía de los hidrocarburos no es sostenible a largo plazo. El Plan Nacional de Qatar 2030, describe la misión de emprender “un viaje para avanzar hacia una economía del conocimiento, a través de liberar el potencial humano”.
La visión del Emir Padre Jeque Hamad Bin Khalifa, es migrar el país de una economía basada en los hidrocarburos a una economía basada en el conocimiento. Solo el tiempo dirá si el sueño del “Tigre” en un espejismo, o un oasis de sabiduría y desarrollo sostenible en el desierto.
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