Deportes
Zidane, el subalterno
Florentino Pérez lo quería de primera figura. En un cartel «superior» donde el presidente conformara con él la «Santísima Trinidad» madridista: el padre (Florentino), el hijo (Zidane) y el Espíritu Santo (José Ángel Sánchez). Florentino Pérez quería que Zinedine Zidane fuera lo que no pudo ser con Mourinho: director deportivo, que por entonces y para no chocar con «The Special One» como mánager general, se dio por llamar director de fútbol. Pero el héroe de la «Novena» tiene otra vocación. No se resigna a los despachos, ni mucho menos a interactuar con la Prensa; la portavocía de Valdano, interlocutor dispuesto, de buenas maneras, locuaz con los medios, a la par que de inteligencia reservada y preservada hacia el club, quedó huérfana tras la salida del argentino.
Una Santísima Trinidad, pues, ideal en lo absoluto: en lo económico, el márketing y lo deportivo. Pero Zidane no tiene más ilusión que el césped. No es hombre de traje y corbata. Quiere entrenar. Y quiere empezar desde abajo, pese a que podría encabezar un cartel porque el título de entrenador por la Federación Francesa compatibiliza el curso con las prácticas (con el español, tras el diploma hay que dirigir a un equipo en una escala desde la primera categoría inferior nacional hasta Tercera) y, aunque no lo haya terminado, podría poner el carnet el segundo entrenador.
Zidane, así las cosas, no se resigna y el que ha acabado por hacerlo es Florentino Pérez. Acepta el «redescubrimiento» de «Zizou» porque para él «es un fenómeno en todos los sentidos». Haga lo que haga, pero más haciendo lo que quiere hacer, lo que le hace feliz. «Lo que es seguro es que Zidane quiere ser entrenador y creo que debe empezar en un equipo que no sea directamente la primera plantilla del Real Madrid. Él mismo no quiere. Puede ser como Karanka y Mourinho con el próximo entrenador, o podría entrenar a algún equipo de la cantera», afirmó anoche en una entrevista concedida a «Esradio», a diferencia de lo dicho por el presidente en las paradas anteriores de la «tourné» mediática que está llevando a cabo desde que comenzó su nuevo mandato. Son las palabras que evidencian que, definitivamente, Florentino Pérez acepta la evolución natural de Zidane. Entrenar.
Lo ha sugerido el presidente y así apunta que será. Zinedine Zidane, el segundo, el «karanka» de Ancelotti, cueste lo que cueste. Su subalterno. Echando mano de la RAE: «Se dice del empleado de categoría inferior que realiza servicios que no requieren aptitudes técnicas». Pero el diccionario añade otra acepción: «Inferior, que está bajo las órdenes de otra persona». Zidane está más que capacitado para cotitular el primer banquillo del Real Madrid, pero dicho puesto es incompatible con el de director deportivo. No figurará en su tarjeta de presentación, pero el francés, además de fútbol tiene olfato y Florentino Pérez no va a renunciar a esa virtud de Zidane, aunque no pueda llamarlo director deportivo. «Además, nos va a ayudar a mejorar lo que va a ser el equipo de la próxima temporada», añadió el presidente en «Esradio». Como hizo con Varane o a las primeras de cambio con Gareth Bale. Florentino Pérez y el club se seguirán surtiendo de la sapiencia de Zidane, además de cohabitar con los jugadores.
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