Literatura

Ángela Becerra: «Se puede enfermar de amor, pero también de frustración»

La Razón
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Pocas personas como la escritora Ángela Becerra (Cali-1957) han sido tan coherentes en su carrera literaria desde sus inicios. Colombiana de nacimiento, llegó a España a finales de los años 80 para trabajar en una de las empresas de publicidad más importantes de Barcelona, pero la abandonó en el año 2000 con la intención de convertirse en una talentosa novelista y transmitir al público su peculiar estilo a la hora de contar historias y experiencias más cotidianas de la vida.

Ahora presenta en Valencia «Memorias de un sinvergüenza de siete suelas» (Planeta), una novela donde las relaciones de amor y odio entre un matrimonio y la amante del marido se entrelazan para hablar de venganza, infidelidad e infelicidad.

Tres protagonistas, tres vértices de un mismo triángulo amoroso con un nexo de unión común: un Casanova del siglo XXI que, en palabras de la propia Becerra, desprende genialidad y seducción. Preguntada de qué forma se pueden diferenciar a estos conquistadores para huir de ellos y de sus artimañas, contesta que es muy difícil. «Este tipo de hombres existirán en todos los tiempos. Tienen una personalidad tan fuerte que los hace irresistibles». No obstante, este personaje, el de Francisco Valiente, revivirá la historia de su vida a través de su mujer, Morgana, y su amante, Alma, con las que ha tenido un relación muy diferente.

Por una parte, el odio y la venganza de verse atado a una mujer que no ama y de la que ni siquiera la atracción que sentían en sus inicios, es capaz de borrar el desamor surgido entre ellos. Por otra, la comprensión y la ternura que siente hacia Alma, la amante, la otra, a la que esta autora deja mejor parada. Pero, incluso, aunque «no es una historia de ganadores, todos están perdiendo». Así lo cuenta mientras afirma que todos son seres humanos, con sus propios problemas, y que han luchado y sufrido mucho durante todo el proceso.

Una novela de sentimientos, escrita «en un importante ejercicio por llevar al límite a los personajes», en la que se descubren todas las contradicciones que pueden caer las personas.

En un momento del libro, Alma es tajante al asegurar que su relación con Francisco los ha convertido en enfermos del amor. La autora es muy clara y mantiene lo reflejado en las páginas. «Se puede enfermar de amor, pero también de frustración. Muchos de los cánceres que padecen las personas vienen de la decepción, de no haber cumplidos sus objetivos».

Sin embargo, tal y como aseguró, «el libro es tan complejo, desde tantos puntos de vista concretos, que arroja una amalgama de sensaciones y cada lector puede sentirse reflejado con varios de ellos.

Centrada en la ciudad de Sevilla, en la que el cielo se oscurece en el momento en el que el protagonista fallece, quiere ser un reflejo de la dualidad latente en las relaciones personales y de los cercanos que están los extremos del amor y el odio.

«Necesitamos amor»

Con curiosidad y segura de sus palabras, es rotunda cuando afirma que la crisis no ha afectado a las ganas de amar de los seres humanos. «Necesitamos amor», asevera mientras insiste en que la actual situación ha provocado una nueva concepción del mundo. «La crisis nos ha hecho replantearnos la vida de nuevo. Nos ha dado la oportunidad de recogernos en nosotros mismos y analizar qué queremos en el futuro».

EN PRIMERA PERSONA

Ángela Becerra se ha convertido en una de las escritoras más reconocidas del panorama actual. Estudió diseño publicitario y comunicación. En 1988 se trasladó a España, donde ejerció de vicepresidenta creativa de una prestigiosa agencia de publicidad de Barcelona. Sin embargo, en el año 2000 decidió dejarlo todo para dedicarse a la escritura. Considerada la iniciadora del idealismo mágico, su novela «De los amores negados» obtuvo el Latino Literary Award en 2004. «El penúltimo sueño» obtuvo el Premio Azorín en 2005. Sus obras, traducidas a más de dieciséis idiomas, es la colombiana más leída después de Gabriel García Márquez. También cultiva la poesía, como atestigua el compendio Alma abierta.