Sección patrocinada por sección patrocinada

Papel

En la esfera de la novela negra británica

La Razón
La RazónLa Razón

- ¿Qué significa para usted el nombre de González Ledesma?

–Le descubrí tarde, tardé tiempo y llegué a él cuando me empecé a dedicar a esto. Sabía que era uno de los grandes nombres del género negro y que escritores como él son quienes habían trazado los primeros esbozos del género en España, que lo habían dotado de sus señas de identidad.

- ¿Cómo son los personajes de las novelas de Ledesma? ¿Qué rasgos posee el comisario Méndez?

–Tienen una idiosincrasia propia, con características muy españolas. Es un tipo bastante irónico. Una de sus particularidades, por ejemplo, es que sitúa a su personaje en la órbita de la novela negra británica, es decir, es un hombre desastroso en la esfera personal, pero que, sin embargo, brilla en lo profesional.

- ¿Qué destacaría de sus novelas?

–Lo que más me gusta y me llama la atención es que sus obras están contaminadas por otro ritmo que no corresponde a la época en que trabaja en el grueso de su obra, que son los años 50 y 60. En sus novelas no hay conejos en la chistera, lo que se lee es lo que hay.

- ¿Podemos hablar de González Ledesma como un maestro?

–A los grandes de la novela negra les debemos mucho porque, además, en el momento en que ellos, y es el caso de este autor, escriben su obra, no había un ambiente ni político, ni económico ni social propicio. Demostró una enorme valentía a la hora de trasladar la miseria social de los años más duros en los que había un abismo entre las clases sociales. Yo no puedo más que estar agradecido a maestros como él por el camino que nos han abierto. Es una verdadera lástima que se haya marchado, pero nos quedan su legado y su inmensa obra. Suele suceder que los reconocimientos llegan tras la muerte, en su caso, afortunadamente no ha sido así. Quizá grandes autores como Giménez Bartlett se merecen que se saque más brillo a sus nombres.

- ¿Larga vida al género negro?

–Goza de una excelente salud, tan buena que casi se puede hablar de una moda que está incluso superando a la novela histórica. Tenemos grandes autores que están despuntado, como Dolores Redondo, y que hacen que el género no se mire de reojo.