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Draghi no se fía y cree que aún hacen falta estímulos

Al jefe del Banco Central Europeo le preocupa el repunte del euro y retrasa cualquier decisión sobre la compra de deuda a fin de año

El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi
El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghilarazon

Al jefe del Banco Central Europeo le preocupa el repunte del euro y retrasa cualquier decisión sobre la compra de deuda a fin de año.

A pesar de los signos positivos de la recuperación económica y del alza de la inflación, el presidente del Banco Central Europeo considera que aún es pronto para retirar los estímulos. Por eso pide paciencia y perseverancia a los que le acusan de estar creando una burbuja. Promete, eso sí, que la política monetaria expansiva no será eterna y que habrá decisiones a lo largo del año. «Necesitamos ser pacientes y persistentes. Un ajuste al alza de la inflación que sea duradero y sostenido por sí mismo requiere una mayor absorción de la inactividad económica. Esto, a su vez, aún requiere un amplio grado de política monetaria acomodaticia», aseguró ayer el banquero italiano en una comparecencia ante la comisión de Asuntos Económicos y Monetarios de la Eurocámara.

Unas palabras que contrastan con el panorama luminoso descrito por él mismo poco antes al asegurar que «la recuperación en curso está impulsada por la demanda interna de cada país» y loar las mejoras en el mercado de trabajo y el aumento de la inversión gracias a las condiciones de financiación muy favorables. Una recuperación económica, que sin embargo, según el BCE aún se traduce en una «dinámica de la inflación más fuerte». Como grandes riesgos, las amenazas geopolíticas y la evolución de los mercados de divisas ante la volatilidad de los tipos de cambio.

Por eso, el BCE considera que «todavía se necesita un grado sustancial de acomodación monetaria» para que el impulso ascendente de la inflación continúe y se disipen todas las incertidumbres. Según los cálculos de la institución monetaria, se espera que la inflación disminuya progresivamente hasta finales de año después del 1,5% marcado en el mes de agosto y el BCE confía en que vuelva a subir hasta volver a alcanzar el 1,5% en el año 2019. El Eurobanco propugna que la inflación debe situarse por debajo pero cerca del 2%.

En la última reunión tras el Consejo de Gobierno del BCE, Draghi pospuso cualquier anuncio sobre el programa de compras de deuda y su posible retirada paulatina al mes de octubre. Sus palabras indican que las decisiones podrían postergarse hasta finales de año.

Un día después de las elecciones en Alemania, el banquero italiano volvió a recalcar la necesidad de que los gobiernos europeos asuman su responsabilidad. «Mientras un ajuste cíclico se ha sucedido, hay todavía asuntos estructurales que impiden la convergencia económica sostenible», remacóDraghi. Para ello, el BCE sigue pidiendo reformas estructurales a los países más débiles de la zona euro y una mejor gobernanza de la zona euro en un recado dirigido hacía Berlín. Una posibilidad que parece desvanecerse ante la dificultad de la canciller alemana para formar una coalición de Gobierno y la entrada en el Ejecutivo de los liberales, reticentes a mecanismos de solidaridad y una mayor integración económica.

Por otra parte, la Comisión Europea anunció ayer la negociación con los agentes sociales para mejorar al protección de los trabajadores en la UE. Bruselas considera que muchos ciudadanos no reciben una confirmación por escrito de sus condiciones de trabajo y que, en algunas ocasiones, no tienen los datos necesarios en plazo. Patronal y sindicatos tienen hasta el 3 de noviembre para presentar una iniciativa, Si no hay acuerdo, el Ejecutivo comunitario presentará su propuesta que sería oficializada en la cumbre sobre Empleo de noviembre en Gotemburgo (Suecia).