OTAN

Morenés: «El control del Parlamento a un Gobierno en funciones no cabe en la Ley»

Asegura que «la Defensa no está en funciones porque las amenazas no lo están»

El ministro de Defensa, Pedro Morenés
El ministro de Defensa, Pedro Morenéslarazon

El ministro de Defensa, Pedro Morenés, no tiene claro si se formará Gobierno o habrá elecciones, pero no duda al asegurar que «la Defensa no está en funciones porque las amenazas no lo están».

Las Fuerzas Armadas mandan misiones, unidades de la OTAN y aspiran a liderar operaciones como la de Líbano. Y todo, con el ministro de Defensa en funciones. No sabe qué ocurrirá, pero, pase lo que pase, pide no perder la presencia exterior de España y ser «preventivos» ante las amenazas que afectan al mundo. Cree que al yihadismo se le puede vencer y que, en el drama de los refugiados, hace falta una política de inmigración en la UE «que no ha habido», pero que son los estados los que han de proteger sus propias fronteras.

–¿Se esperaba estar en funciones a estas alturas?

–La verdad es que no. Hubo gente que me advirtió de que podía ocurrir, pero yo pensé que no.

–¿Ve un desbloqueo pronto?

–Por un lado, puedo concebir que se llegue a una solución, pero, por otro, los expertos en esto me dicen que lo más probable es que haya nuevas elecciones.

–Se le ha criticado por no comparecer en la Comisión de Defensa.

–No acudí porque el Gobierno en funciones ha tomado unánime y solidariamente la decisión de no hacerlo. Primero, porque así lo establece la legalidad vigente. Y, segundo, porque ningún Gobierno en funciones de nuestra reciente democracia ha sido sometido a este control por parte de un Parlamento con cuya confianza no cuenta. En cuanto al fondo del asunto, la actuación de OTAN en el problema de los refugiados no supone la creación de capacidades distintas de las que ya existen desde hace más de quince años. La SNMG2 realiza diferentes misiones y ésta podrá ser una de ellas cuando se establezcan las bases de su actuación. España no tiene ahora ningún barco en el grupo naval.

–Están en funciones con España liderando misiones de la OTAN o la Fuerza de Muy Alta Disponibilidad... ¿Puede afectar la inestabilidad política?

–No. La Defensa no puede estar en funciones porque sirve a unas necesidades de la sociedad que dependen no de sí mismas, sino del ámbito exterior, y ese ámbito exterior no está precisamente en funciones. El único que está en funciones es el ministro.

–En este escenario también quieren liderar la misión de Líbano...

–Hemos ofrecido la posibilidad de que España vuelva a comandar la operación y creo que nos toca, en el sentido de que la corresponsabilidad es importante y hemos dado medida suficiente de nuestra capacidad de hacerlo. España puede y debe mandar la misión.

–En julio toca cumbre de la OTAN, en la que también podría estar en funciones. ¿Volverá a pedir más atención al sur?

–Hemos explicado en la OTAN y en la UE la importancia que tiene para nuestra seguridad colectiva y particular el sur, entendido como ámbito geográfico, pero también como los problemas en ese ámbito geográfico, desde el terrorismo yihadista hasta el tráfico de personas, de armas o de drogas. Europa y todas las organizaciones en las que Europa participa tienen que tener una mirada de 360 grados, porque las amenazas nos rodean. Esté o no en las reuniones, nuestra política de Defensa no va a cambiar, porque nuestras amenazas van a seguir siendo las mismas.

–El PSOE siempre ha apoyado la participación en misiones. ¿Cree que si llega al Gobierno con otras fuerzas cambiará esa línea?

–Las operaciones que hemos presentado en esta legislatura las hemos sacado con la inmensa mayoría de la Cámara apoyándolas. Que esa tendencia se pueda invertir en un futuro con gobiernos de otro color... espero que no por tres razones: credibilidad exterior, necesidad de la Defensa y generación de una industria capaz de desarrollar los más altos niveles tecnológicos. Sería una profunda irresponsabilidad perder esa presencia exterior.

–¿Cómo ve la propuesta de Podemos de someter a referéndum la participación en misiones?

–No me parece sensato. La Democracia no funciona así. Esa responsabilidad la tiene que ejercer el Gobierno y no la puede delegar en un sistema de referéndum. No se puede estar atribuyendo permanentemente a la ciudadanía la propia responsabilidad, que debe asumir aquel que debe tomar decisiones.

–La llegada de nuevas fuerzas políticas, ¿podría afectar a la visión de la Defensa como algo necesario?

–La sociedad tiene que entender que muchos de los beneficios de los que goza tienen que ver con la estabilidad, que depende de la seguridad, la garantía de los derechos, las libertades, los valores.... El buenismo y la creencia de que es posible una sociedad libre sin garantizar que eso se cumpla contra los que no la quieren es una utopía y una falta de realismo.

–Siguen las críticas a la presencia de EE UU en bases españolas...

–La relación con EE UU hay que cuidarla, es importante para España y la presencia de parte de sus Fuerzas Armadas en nuestras bases siempre es bienvenida. Garantiza la seguridad de España o la refuerza, sirve a la solidaridad con un país que está comprometido en la estabilidad mundial. Compartimos con ellos esas obligaciones y contribuimos de manera eficaz a la estabilidad en zonas de nuestro interés y en el mundo en general.

–Pasemos a las misiones. Irak: ¿Ha pedido la Coalición más implicación a España?

–Es posible que cuando pase este período de inestabilidad política a España se le pida algún esfuerzo adicional. El secretario de Defensa de EE UU, Ashton Carter, me ha escrito una carta entendiendo la situación política y creo que en Irak, España, como otros países, podríamos hacer algo más de esfuerzo. Algo se ha mencionado pero no ha habido petición concreta.

–¿Alguna idea de qué podría ser?

–Por lo que intuimos en conversaciones a nivel técnico, podrían tener que ver con entrenamiento para operaciones de otro tipo, más de Operaciones Especiales y en temas de Sanidad militar.

–Hace poco se reunió la Coalición anti Daesh. ¿Qué panorama presentó EE UU?

–Su preocupación es más la expansión del Daesh en el mundo que la virulencia que pueda tener en Irak o Siria, donde han sido castigados con fuerza. La gran preocupación ante el terrorismo yihadista y su expansión es que conviene mirar al yihadismo como una amenaza que no se circunscribe a una entidad política como un Estado y su ámbito geográfico. No se puede hablar de la crisis de Siria e Irak sin hablar de la crisis de Libia, de la del Sahel, de Boko Haram, de Afganistán... Hay que hablar de todo y tener una visión de todo el panorama que la violencia terrorista, utilizada como arma política, está tratando de ejercer en el mundo.

–En el caso de Libia, se hace cada vez más necesaria una intervención. ¿Cómo está la situación?

–Hay avances en dos elementos clave para que podamos ayudarlos: el primero, que Naciones Unidas impulse y permita la protección de un Gobierno legítimo en Libia. Y el segundo, que ese Gobierno, respaldado por la sociedad, sea reconocido internacionalmente. Acabamos de tener una videoconferencia entre Reino Unido, Alemania, Francia, Italia y España para ver cómo impulsar que Libia tenga unas estructuras de Estado que permitan la seguridad, la libertad, la vida en paz y que no sea usado como refugio, entre otros, del Daesh.

–Y frente a las costas libias, España participa en la misión «Sophia» contra las mafias de la inmigración. ¿Se están viendo resultados?

–Se estan viendo resultados importantes y deberá ir evolucionando en función de las necesidades. En principio es para impedir el tráfico de personas, pero ya hay unas estructuras creadas y queremos crear una célula OTAN-UE que coordine las capacidades. Los flujos de salida desde Libia son cada vez menores. Pero, ¿qué pasa dentro de Libia? ¿quién se está haciendo con el territorio y el petróleo? Pues el Daesh, que tiene aún una fuerza extraordinaria y esperemos no llegue a las fuentes de financiación que le hacen más fuerte. Uno de los elementos clave de la lucha contra Daesh ha sido cortar sus fuentes de financiación. Hay que desmitificar al Daesh como elemento invencible.

–Usted anunció el apoyo de España a la operación en el Egeo...

–No es una operación, es la utilización de la Agrupación Naval Permanente de la OTAN nº2, que es una fuerza existente desde hace bastantes años para ser usada en los problemas que afectan a los países OTAN. Tenemos una en el norte, en la que está España comandándola, y una en el sur, en la que España tenía comprometidos barcos antes de esa crisis, pero que todavía no tenemos ninguno allí. El mando supremo de OTAN en Europa ha decidido que los barcos de este grupo vayan hacia el Egeo, pero hay que definir las reglas de operación y hasta que Grecia, Turquía y la OTAN no se pongan de acuerdo lo único que va a haber es una cooperación con los guardacostas turcos, los griegos y con Frontex. Es una reacción, y no es baladí que Alemania haya sido la preconizadora, a una crisis importante que ha sufrido políticamente Alemania con los refugiados.

–Dijo que la OTAN no debería encargarse de las fronteras...

–La utilización de una Alianza política y militar para funciones para las que ya existen capacidades, muy eficientes, no procede. Los Estados tienen su propia capacidad de garantizar la inviolabilidad de sus fronteras dentro de los acuerdos que tienen suscritos. Pero claro, Schengen es una apertura de las fronteras interiores, pero no de las exteriores, por lo que los países frontera exterior que forman parte de Schengen tienen la obligación de garantizar sus fronteras por sí mismos y por la comunidad a la que pertenecen y, por eso ha de haber una política importante de inmigración en la UE que no ha habido. Me preocupa que en estas organizaciones multinacionales somos especialmente reactivos, cuando deberíamos ser preventivos. No es fácil, a nadie le gusta gastar recursos en situaciones teóricas.

–El cierre de algunas rutas en los Balcanes amenaza con abrir nuevas vías de entrada a Europa: España, Mediterráneo occidental... ¿Se ha previsto este riesgo?

–El problema de la inmigración, de los grandes flujos y de las amenazas como terrorismo, tráfico de personas o de armas es que buscan las rutas fáciles. Es un problema global y de alguna manera buscarán el Estado más débil. El riesgo, claro que existe. Si cerramos Libia, buscarán salidas por otros países. Nosotros, me decía un representante diplomático de un país socio en la UE, hemos hecho un trabajo excepcional en el tema de la inmigración, pero los trabajos excepcionales deben de seguir en el tiempo. Y esto es muy difícil de entender en la mentalidad occidental.

–¿Veremos este año el fin de la presencia española en Afganistán, donde hay 20 efectivos?

–Quedan 20, pero también Fuerzas y Cuerpos de Seguridad garantizando la seguridad de la Embajada. Tenemos una misión que cumplir y vamos a ver qué pasa. Vuelvo a decir que la clave de todo es la permanencia en el esfuerzo. Nuestras sociedades han de entender que los riesgos para la seguridad y los riesgos para la vida en paz y libertad son permanentes y lo seguirán siendo.

–¿Eso es un «ya veremos»?

–Hay una política de seguir apoyando al Gobierno afgano en la formación de sus Fuerzas de Seguridad y militares, y en eso vamos a seguir ayudando.

–¿Y en Líbano? Dijo que no podía ser una misión de por vida.

–No puede ser que las naciones que reciben fuerzas de la ONU consideren que están ahí de manera permanente y que ellos no tienen la responsabilidad de su propia seguridad. Es verdad que en estos momentos se reconsidera la salida teniendo en cuenta Siria, Irak, el millón y medio de refugiados sirios, el tema palestino-israelí... estamos ante una situación complicada.

–El stand de Defensa en Barcelona lleno y la Feria cerrada. ¿Pecó Colau de exceso de intransigencia?

–Desde el punto de vista institucional, hubo una falta de respeto a otra institución. Y desde el personal, falta de Educación con dos personas que, con educación y respeto institucional, fueron a saludar a esta persona y recibieron la contestación gratuita que recibieron. Cada uno mostró lo que era.

–En las negociaciones de investidura cobra fuerza el órdago independentista. ¿Está en juego la unidad de España?

–La unidad de España es un bien extraordinario para todos y cada uno de los españoles, para nuestros aliados y para desarrollar con credibilidad las políticas de bienestar, libertad y seguridad. Que la unidad pueda ser puesta en solfa es una profundísima irresponsabilidad.

–¿Usted ha cumplido su misión?

–Eso pregúnteselo a otro. Yo he hecho lo que he podido. Tengo que agradecerle al presidente Rajoy su entendimiento, su compromiso y su cercanía con los asuntos de Defensa y con los militares.