Defensa

El Harrier II de la Armada busca sustituto después de haber marcado una época de gloria

Convertido casi en pieza de museo en Estados Unidos, el McDonnell-Douglas no tiene de momento relevo en España, que busca alternativa ante la caducidad de su vida útil

Un McDonnell Douglas AV-8B Harrier II despegando de la cubierta del portaaviones estadounidense USS Makin Island durante unas operaciones en el Golfo Pérsico
Un McDonnell Douglas AV-8B Harrier II despegando de la cubierta del portaaviones estadounidense USS Makin Island durante unas operaciones en el Golfo Pérsicolarazon

La Armada Española cuenta ahora mismo con una docena de McDonnell-Douglas AV-8B Harrier II que están quedándose obsoletos debido al desarrollo de nuevas aeronaves y sistemas. Este avión de ataque a tierra marcó una época, pero su final está cerca y no tiene sustituto por ahora.

A finales de la década de 1980 y comienzos de 1990, dos países mediterráneos, España e Italia, firmaron sendos contratos con Estados Unidos para la adquisición de aviones con capacidad de despegue vertical y ataque a tierra McDonnell-Douglas AV-8B Harrier II.

Estas aeronaves fueron elegidas porque contaban con unas características técnicas muy interesantes, tales como una velocidad máxima de 1.080 kilómetros por hora, un rango de acción de 2.200 kilómetros, la capacidad de transportar armamento como el cañón rotativo GAU-12 de 25 mm, así como poder ser equipado con toda una serie de bombas: de racimo, caída libre Mark 80 e incendiarias Mark 77. No era lo único, pues además de cañón y bombas, se valoraba que podía armarse con cohetes y misiles de distinto tipo según las misiones a las que se le enviara. Sumado a la característica de poder despegar de manera vertical, el Harrier II se convirtió pronto en un activo muy importante para la Armada.

Sustitución de los aviones

Desde las fechas señaladas el papel de esta aeronave no ha cambiado ni un ápice. Solo ha habido una cuestión, que de la docena más uno adquirida se ha dado de baja uno de los aviones por problemas técnicos. El resto de los Harrier II siguen en servicio en la 9.ª Escuadrilla. Por supuesto y tras décadas en funcionamiento, las naves han ido actualizándose, pero en la actualidad están llegando a su techo de operatividad y se espera que sean reemplazadas pronto.

En una noticia publicada por Defensa el pasado mes de agosto pudimos saber que los Harrier II operados por el Cuerpo de Marines de Estados Unidos ya se están convirtiendo en piezas de museo. El histórico cuerpo integrado en la US Navy está dando de baja a estas aeronaves para reemplazarlas por el nuevo F-35B, que, a pesar de sus problemas, supera ampliamente las características del Harrier II.

Por tanto, España se halla en una evidente encrucijada: necesita sustituir sus aviones por otros de mejores prestaciones. La fecha límite para darlos de baja es 2030 y por ahora no se conoce cuál será el suplente.

En los últimos dos años en el Ministerio de Defensa se mencionó y hubo rumores que los Harrier II serían sustituidos por los F-35B. El desembolso sería importante, ya que estos aviones de combate de quinta generación valen más de 80 millones. Aun así, parecía la única solución, ya que España no parecía tener más alternativas que comprar de nuevo un avión de origen estadounidense. Su vecino mediterráneo, Italia, así lo ha hecho. El Gobierno italiano ha decidido reemplazar sus Harrier II por el interceptor de quinta generación y ahora mismo se espera que entre 2029 y 2030 la transformación haya sido completada. Pero ¿Qué ocurre con España?

Búsqueda en el mercado europeo

En nuestro país había rumores de que se iba a seguir el mismo camino, pero tras los últimos "enfrentamientos" entre Pedro Sánchez y Donald Trump parece que el futuro trato comercial se ha enfriado. Otros países del entorno como Portugal también se han echado atrás en su decisión de hacerse con un lote de F-35. Por tanto, y cerrada –por ahora– esta opción, al país ibérico solo le queda que buscar un sustituto en el mercado europeo.

En este sentido el Ministerio de Defensa no ha dado información sobre los siguientes pasos a continuar. Ahora bien, ha habido importantes novedades en las últimas semanas tras el anuncio de que España invertirá 700 millones de euros en desarrollar el nuevo FCAS (Future Combat Air System) que sustituirá al actual Eurofighter Typhoon. España, Francia y Alemania se han unido una vez más para configurar cómo será el nuevo avión de combate de sexta generación que tendrá Europa en la próxima década y media. De acuerdo con las fechas que se están barajando, esta aeronave podría estar en vuelo hacia el año 2040.

El cambio de paradigma en Europa debido al incremento en el gasto de defensa sin duda beneficia a que los países de la UE inviertan en desarrollos nacionales y dejen de lado las compras externas. En definitiva, esto beneficia a la larga a España y su objetivo de modernizar sus fuerzas aéreas. Ahora bien, esto lleva tiempo y la fecha aludida está muy lejana.

Por delante hay quince años en donde la colaboración debe mantenerse estrecha, y eso no evitará (como suele pasar) los retrasos a la hora de entregar un avión con las máximas capacidades. Por cierto, aeronave de sexta generación que también buscan con ahínco Estados Unidos con su F-40 y China con el J-36/J-50.

Alargar la vida útil

Por otro lado, la fecha señalada de 2040 es demasiado tarde para el Harrier II. Habría una diferencia de diez años entre el año de baja y la de cuando entra el nuevo avión en servicio. Eso sin mencionar que se da por hecho que el caza de sexta generación planteado por los tres países europeos tendrá las características necesarias para operar desde los portaaviones y navíos. Lo que en cierta manera se sobreentiende.

Entonces, y llegados a este punto, ¿Qué debe hacer España? No hay nada decidido, pero las opciones coherentes parecen ser dos. Una se basa en lo que ya se hizo con los McDonnell Douglas F/A-18 Hornet hace un año: incrementar su vida útil. Estos aviones han recibido 40 millones de euros para ser actualizados y que puedan seguir volando hasta la fecha límite de 2035. De hacerse esto en los Harrier II deberían recibir una auténtica mejora de sus sistemas para que, en caso de misión o conflicto, no estuvieran por debajo de los estándares modernos.

La segunda y última opción estaría en pasar por el aro y finalmente adquirir los F-35B que Estados Unidos puede proporcionar. En un panorama donde defensa e intenciones políticas del Gobierno se entremezclan es difícil saber si este será el paso. El intercambio de pareceres entre Donald Trump y Pedro Sánchez deja claro que hay desacuerdos importantes en la forma de ver el papel de España dentro de la Alianza Atlántica.

En conclusión, la historia del McDonnell-Douglas AV-8B Harrier II dentro de la Armada Española está llegando a su fin de la peor manera. Puede que 2030 sea una fecha precipitada si España no está preparada para adquirir otras aeronaves. No quedará otra que estar pendiente de las novedades en este asunto, porque nuestro país ahora mismo se encuentra en una pequeña encrucijada. Veremos cómo acaba todo, pero mientras tanto el reloj de la obsolescencia de estos aviones sigue corriendo sin vuelta atrás.