Economía

Academia de papel

El coronavirus aumenta su contagio de forma exponencial, también en la economía

El miedo es, casi con toda seguridad, el elemento más peligroso para la economía

Boursa Kuwait national stock market
Kuwait (Kuwait), 01/03/2020.- Men wearing protective face masks observe the development of the Boursa Kuwait national stock market, in Kuwait City, Kuwait, 01 March 2020. The Kuwait stock market plunged in early trade on the day over growing fears about the economic consequences of the novel coronavirus Covid-19 outbreak. EFE/EPA/NOUFAL IBRAHIMNOUFAL IBRAHIMEFE

En el patio del colegio, los niños ya juegan al coronavirus. Se persiguen y el que resulta alcanzado es contagiado y tiene, a su vez, que seguir expandiendo la enfermedad. Tienen cinco años, pero ya han aprendido cómo funciona esto del contagio, aunque no sean conscientes de su gravedad, no perciben el miedo que se está apoderando de muchos adultos.

El miedo es, casi con toda seguridad, el elemento más peligroso para la economía. La falta de confianza en la buena marcha futura del sistema hace que la actividad económica se frene en seco y las consecuencias se empiecen a notar de forma más evidente.

Los expertos advierten de que, tradicionalmente, y con algunas excepciones parciales como es el caso de la Peste Negra, después de cada pandemia mayor se ha producido una recesión económica. Esto es, se han generado al menos dos trimestres de crecimiento negativo -o dicho sin eufemismos, de retroceso de la economía.

No parece que el coronavirus vaya a quedarse en el lado de las excepciones. La globalización es un factor de contagio fundamental y ahora los estornudos en cualquier parte del planeta se convierten en cuestión de minutos en resfriados de grandes dimensiones que se manifiestan en forma de pérdidas en las bolsas, cancelaciones de viajes y encuentros y consecuencias en el empleo, que no tardaremos en ver.

De momento, la cancelación de eventos como el Mobile World Congress en Barcelona o el Salón del Automóvil de Ginebra supone la pérdida de miles de millones de euros en un momento crítico para las economías de medio mundo, de las que el FMI advertía recientemente que se encontraban en un proceso de recuperación que seguía un patrón muy débil y que, en consecuencia, puede revertirse por el efecto del CoVid-19.

Las bolsas ya llevan días sufriendo los síntomas y el IBEX cerraba la semana por debajo de los 8.300 puntos. Ha sido su peor semana de la década, acumulando una pérdida de valor del 11.8% en solo cinco días.

Por el momento, y a la espera de que las próximas semanas, se controle el brote y con ello, se elimine el temor instalado en la economía, las únicas empresas que parecen resistir la embestida son las farmacéuticas y las biotecnológicas, que se han convertido en refugios para los inversores. También corren buena suerte algunas de las tecnológicas destinadas al mantenimiento de videoconferencias.

Durante estos días, los laboratorios y los investigadores de medio mundo se afanan por encontrar una vacuna, una forma de frenar el avance del virus. Esperemos que sea más sencillo que encontrar un remedio contra el miedo, algo irracional que no nos permite calibrar los efectos reales de la situación. No olvidemos que ya lo dijo Roosevelt, “a lo único que le debemos temer es al miedo como tal”.

Yolanda Berdasco es profesora y miembro de la Academia de P@pel, grupo de pensamiento y de análisis sobre comunicación de la Universidad UDIMA