Viaje al pasado

¿Qué son las piedras blancas incrustadas en las calzadas romanas?

Estas misteriosas rocas son testimonio de la habilidad y la avanzada ingeniería del Imperio Romano

¿Qué son las piedras blancas incrustadas en las calzadas romanas?
Calzada romana Twitter

El impacto duradero del Imperio Romano se manifiesta en múltiples aspectos de nuestras vidas modernas. Desde el sistema legal hasta el idioma español, pasando por su arquitectura, la influencia de Roma sigue vigente. Entre sus legados más asombrosos se encuentran las célebres calzadas romanas, una red de caminos pavimentados que aún atraviesa paisajes y tiempos.

Hace aproximadamente 2.300 años, Roma emprendió un ambicioso proyecto: la construcción de calzadas de piedra que cruzarían vastas extensiones de su imperio. Aunque el propósito original era facilitar la movilidad de las legiones romanas, estas calzadas se convirtieron en un logro destacado de la ingeniería antigua. Sus superficies uniformes proporcionaban un medio de transporte rápido y eficiente tanto para los soldados como para sus caballos.

Sin embargo, la innovación más sorprendente de estas calzadas romanas se revela en la oscuridad. Una serie de pequeñas piedras blancas incrustadas en las esquinas de las losas de piedra conforman la calzada. Estas modestas rocas desempeñaron un papel crucial como "luces de posición" en el mundo antiguo.

Cuando caía la noche y la oscuridad envolvía las calzadas, estas piedras blancas asumían un papel extraordinario. Reflejaban la luz de la Luna, proporcionando una iluminación tenue pero efectiva. Esto tenía un propósito práctico: permitía a los ciudadanos romanos encontrar y transitar las calzadas incluso en plena noche.

Este ingenioso sistema de iluminación de la época romana puede compararse de manera sorprendente con los materiales reflectantes modernos utilizados en señales de tráfico y vallas de carreteras. Sin embargo, los romanos lograron este efecto sin necesidad de electricidad ni tecnología avanzada. Utilizaron piedras espejo estratégicamente dispuestas para reflejar la luz lunar.

Imaginar las calzadas romanas en su esplendor, resplandeciendo bajo la luz de la Luna, es un recordatorio de la capacidad creativa y el ingenio de la antigua Roma. A pesar de carecer de los recursos tecnológicos de la era moderna, los romanos demostraron una comprensión profunda de la física y la utilidad práctica de la luz reflejada.