«Al nacer el día»: Contra la desmemoria

Si un día te despiertas y descubres que eres otro e intentas recuperar una memoria que no ha sido la tuya, puedes sentir pánico. O pena, o desesperación. Pero el protagonista de este filme, un músico de Belgrado que se acaba de jubilar y descubre que sus padres fueron en realidad dos jóvenes judíos exterminados por los nazis y no quienes lo criaron, sólo quiere realizarles un pequeño tributo al que pocos, o casi nadie, parecen querer unirse. Paradojas del azar: sólo el rabino y un puñado de gitanos deciden apoyarlo para montar un concierto en su recuerdo. No, la película de Goran Paskaljevic no se trata de una nueva revisión del Holocausto y las terribles consecuencias del genocidio, sino que trasciende ese capítulo de la historia para, a partir de aquella barbarie, aquel dolor, escudriñar la maltrecha sociedad actual serbia («el mundo continúa indiferente, y persiste»), en la que una pobre mujer debe malvivir en una barraca que se asienta donde hubo un antiguo campo de concentración. Esas lágrimas pretéritas, los lamentos y las muertes horrorosas siguen empapando la tierra a pesar del trancurrir del tiempo e impregna a los que pisan el suelo. «Me pregunto si las casas pueden recordar», dice el anciano. Sí, probablemente, incluso más que muchos seres humanos.