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SENCILLAS CUENTAS PARA LA JUBILACIÓN

Imagen de una hucha
Imagen de una huchalarazon

91.712,88 euros. Este el monto promedio que un andaluz debe haber acumulado llegado el momento de su jubilación si este momento llega por estas fechas. La cifra viola no pocas reglas elementales de la matemática financiera pero tiene a su favor el poderse calcular de una manera sencilla de forma que cada cual puede ajustar el cálculo a sus propias circunstancias. Las cuentas que cada uno debe echarse son las siguientes. En España actualmente la edad de jubilación promedio está en los 64,25 años y la esperanza de vida al nacer en Andalucía es de 81,86 años. Así las cosas, hay que financiar unos 17,61 años entre que nos jubilamos y el Altísimo nos llama a la morada celestial o Pedro Botero nos espera en las calderas del infierno.

Supongamos que queremos mantener durante esos 17 años y pico los mismos ingresos mensuales que teníamos justo en el momento de jubilarnos. Para esto hay que tener en cuenta que el salario promedio de un andaluz está en los 1.464 euros mientras que la pensión media –también en Andalucía– está en 1.030 euros. Con estos datos (que cada uno debe sustituir por los suyos) resulta que necesitamos 434 al mes durante 17,61 años para completar nuestra pensión hasta elevarla a la cuantía del último salario.

Ahora vamos a ver cómo podemos construir ese monto de 91.712,88 euros necesario para cubrir nuestro tiempo de jubilación. La mayor parte de los españoles decide mantener sus ahorros en una cuenta corriente. La razón es doble; sabemos en cada momento exactamente lo que tenemos y está disponible de manera inmediata. La fórmula más popular y alternativa a tener el dinero en la cuenta corriente es contratar un plan de pensiones privado. En 2017 había en España 7,6 millones de cuentas de partícipes en estos planes de pensiones. La distribución a lo largo y ancho de la geografía nacional es muy diferente. La provincia de Segovia es la que registra un mayor porcentaje con un plan de pensiones privado (32,2 %) mientras que Huelva muestra el más reducido (11,3 %). La disparidad es reflejo de la edad promedio de los residentes, de su disposición al ahorro y del patrón de ingresos y gastos familiares de cada lugar. A la hora de elegir un plan de pensiones privado la mayor parte de andaluces opta por un plan de renta mixta (el 56% de los planes contratados) si bien la disparidad de exposición al riesgo de estos planes es muy amplia. Para tener una idea sobre esta disparidad hay que tener en cuenta que en España se comercializan actualmente unos 1.400 planes de pensiones diferentes. La rentabilidad de los planes de pensiones privados es muy diferente y para nada conocida a priori, por tanto, a la pregunta de cuánto debe ser mi aportación anual para construir un monto de 91.712,88 euros la respuesta es depende. De momento digamos que depende de la rentabilidad que haya tenido el plan. El profesor de Finanzas del IESE Pablo Fernández y Juan Fernández Acín publican regularmente un análisis sobre el comportamiento de un buen número de planes de pensiones privados en España. En su estudio más reciente analizan 385 fondos que han estado operativos entre el 1 de enero de 2003 y diciembre de 2018. Las rentabilidades promedio son tan dispares que van desde el 7,01% del Plan «Naranja Stand & Poor 500» de ING Direct hasta una rentabilidad negativa del -0,58% del Plan «Asefarma variable» gestionado por la Mutualidad de Previsión Social del Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Cataluña. De hecho, los dos planes con rentabilidades más bajas y en números rojos están gestionados por esta Mutualidad y es inevitable pensar que ese comportamiento tan desfavorable está influido por el desafío independentista.

Las rentabilidades deben matizarse por el ahorro en el IRPF que permiten las aportaciones a los planes de pensiones privados. Como las aportaciones permiten una reducción de la base imponible general del IRPF, el ahorro fiscal hay que calcularlo a partir del tipo impositivo marginal del contribuyente. Dado que la mayor parte de contribuyentes se sitúa en el tramo de base imponible que va de los 12.450 a 20.200 euros, resulta que por cada euro que metemos al año en el plan de pensiones, tenemos un ahorro fiscal de 24 céntimos. Esta rentabilidad hay que sumarla a la rentabilidad estrictamente financiera. Con todo lo anterior, para llegar a calcular cuánto tenemos que aportar anualmente a un plan de pensiones privado para alcanzar la cifra de 91.712,88 euros sólo necesitamos saber la edad con la que lo contratamos. La mayor parte de los españoles con este producto financiero lo contrata a los 41 años. Así las cosas, si hemos elegido bien y contratado un plan que nos dio una rentabilidad financiero fiscal promedio del 6%, la cuantía a aportar anualmente es de unos 1.800 euros. Pero si elegimos mal y contratamos un fondo con una rentabilidad pírrica del orden del 0,7%, la aportación anual para conseguir el mismo monto es mucho mayor, tan grande como unos 3.600 euros. Todavía nos quedará una última decisión. Será la forma de rescatar el monto acumulado llegado el momento de la jubilación. Si lo rescatamos de una sola vez, el impacto en nuestro IRPF del año siguiente nos dará una sorpresa muy desagradable. Hasta ahora los españoles disfrutamos de una muy elevada tasa de cobertura en el sistema de pensiones público. El cociente entre la pensión de jubilación y el último salario recibido es del orden del 78%. A pesar de eso acostumbramos a hablar con displicencia de nuestro sistema público de pensiones como de casi cualquier aspecto de nuestra Nación. Arrastramos el pesimismo noventayochista y le hemos añadido el complejo de no poder mostrar afecto a nuestra Patria so pena de sentirnos estigmatizados. Afortunadamente vamos desprendiéndonos de este rancio ropaje. Pero es inevitable tener en mente las amenazas a las que el sistema público de pensiones se enfrenta. Una no menor es la de ceder su gestión a las comunidades autónomas como paso previo a la cesión de la capacidad normativa. Esos riesgos son los que nos recomiendan acudir a las formas de ahorro privadas pero hay que hacerlo con rigor. En la práctica dedicamos más tiempo a comparar las tarifas de telefonía móvil que a la rentabilidad del plan de pensiones. Prueba de ello es que los dos fondos con mayor número de partícipes (uno del Banco Sabadell y otro del Santander) tenían rentabilidades pírricas del 0,4 y del 0,3%, respectivamente.

*Catedrático de la Universidad de Sevilla y profesor de la Universidad Autónoma de Chile