Andalucía

Las trabajadoras sexuales critican el plan municipal y exigen derechos laborales

El Colectivo sevillano busca la “despenalización real"

Concentración ante la sede de Defensor del Pueblo Andaluz
Concentración ante la sede de Defensor del Pueblo Andaluzlarazon

Coincidiendo con el día internacional contra las violencias ejercidas hacia las trabajadoras sexuales, el colectivo en Sevilla condenó frente a la sede del Defensor del Pueblo Andaluz la situación que sufren por parte de las instituciones y la sociedad en general. El motivo de la reivindicación era elevar sus quejas ante Jesús Maeztu solicitando una reunión con el mismo para hacerles llegar la necesidad de unos derechos laborales, sanitarios y sociales que, según éstas, se están viendo vulnerados.

María José Barrera, portavoz del Colectivo de Trabajadoras Sexuales de Sevilla que lleva reivindicando los derechos de las prostitutas desde su creación, explicó que la violencia no viene únicamente de una sola dirección, «la del putero» sino también «por parte de las instituciones». Aunque el contrato de trabajo no les parece la única solución, estas ven primordial las garantías laborales reales y la desestigmatización del gremio. Entre sus exigencias se encuentra la necesidad de inversión en alternativas laborales para las trabajadoras que quieran dejar de ejercer la prostitución. Barrera calificó de «vergonzosa» la inversión del Ayuntamiento de Sevilla en el plan contra la prostitución destinado «en su mayoría» a la publicidad y que, según estas, «no resta ni un cliente sino que los traslada a sitios donde no son multados».

Por otro lado, según denunciaron, los derechos sanitarios y sociales también se ven mermados para estas mujeres que señalan a la estigmatización del gremio como la causa principal de la discriminación que sufren. Piden poder recibir «un buen trato en cuestiones sanitarias» porque con lo que aseguran contar ahora son «migajas» en relación a lo que consideran que les corresponde como trabajadoras. Además exigen que se redirija el foco de atención de los programas institucionales ya que tan solo se centran en «abandonar» el trabajo sexual y «nunca en luchar contra las violencias que viven las personas que ejercen la prostitución» durante el tiempo de su ocupación.

En materia de educación, el Colectivo de Trabajadoras Sexuales de Sevilla abogó por «educar en positivo» con el fin de acabar con la censura en espacios como las universidades, donde denuncian que han sufrido el bloqueo a actividades culturales. La regulación de las trabajadoras sexuales y su abolición es un debate que enfrenta, hoy día, a asociaciones feministas pero Barrera asegura que la controversia «no está en regularización o no, sino: clandestinas o con derechos». El Colectivo manifestó el sentimiento de abandono y desamparo que sufren en materia de legalización y busca la «despenalización real» con el objetivo de que por parte de la sociedad se les escuche.