Los nuevos títulos universitarios se sabrán cuando se cierre la financiación

El consejero de Economía, Conocimiento, Empresas y Universidad, Rogelio Velasco, se ha mostrado confiado en alcanzar un acuerdo con los rectores de las universidades públicas andaluzas para comenzar a implantar un modelo de financiación «lógico y racional». Así lo ha trasladado en una entrevista concedida a Europa Press unas semanas después de que presentara el pasado 10 de diciembre a los rectores de las diez universidades públicas de Andalucía la propuesta de su departamento para un nuevo modelo, cuya estructura determina tres tipos de dotaciones –una financiación de nivelación, otra básica y una estratégica–, de las que las dos últimas, que representarían en torno al 90% de la financiación total, «se decidirán en proporción del indicador relativo de escala y rendimiento».

La financiación de nivelación supondría entre el 5 y el 10% del total; la básica entre el 85 y el 90% y la financiación estratégica representaría entre el 5 y el 10% restante. El consejero detalló que dicho modelo contempla, en primer lugar, «un fondo básico para financiar las operaciones corrientes de las universidades», como salarios y suministros, y, en segundo lugar, un fondo «de nivelación», partiendo de la idea de que «dadas las características estructurales de las universidades, hay unas diferencias estructurales que no están bien justificadas». De esta manera, actualmente «puede ser que una universidad pequeña tenga, en términos relativos, una financiación mucho mayor que una de mayor tamaño sin que esto esté justificado por los gastos que conlleva la diferencia de tamaño», según ha razonado el consejero, que ha argumentado que este «fondo de nivelación sirve para reducir esas diferencias».

En tercer lugar se contempla «un fondo donde se va a dotar a las universidades de recursos en función de los resultados de investigación», pero que representa «una parte relativamente pequeña». Habrá «un periodo de adaptación» para la aplicación de este modelo de financiación, con la idea de dejar a las universidades «en torno a cuatro años» como margen temporal para ello. «Esto no es una revolución, sino una evolución sobre el modelo actual, pero con una lógica y racionalidad de la que éste carecía», según el consejero, quien insistió en que «la normativa que existe actualmente sobre financiación de universidades no es sólida, no está ordenada, no es rigurosa ni atiende a criterios o variables objetivos, sino que viene del pasado» –el modelo anterior «caducó» en 2011–.

Frente a ello, aseguró que el modelo que la Consejería ha presentado a los rectores es «técnicamente muy robusto», algo que «ha sido alabado muchísimo por todos los rectores, que nos han felicitado». Ha precisado que le «encantaría» que este modelo pudiera empezar a implantarse «en el curso 2020-2021», si bien ha apostillado que «no puede asegurarlo, porque hay trámites parlamentarios que pueden demorar el inicio». Con los rectores se reunirá en la segunda quincena de enero, en una fecha aún por determinar.

Sobre la revisión del mapa de titulaciones de las universidades andaluzas indicó que «el trabajo está prácticamente hecho, pero queremos centrar ahora nuestros esfuerzos en el 100% en el nuevo modelo de financiación». Ambos proyectos estarán aprobados en 2020.