Coronavirus
La frontera de Gibraltar registra colas en horas punta
Aún acuden al Peñón un 70 por ciento de trabajadores españoles y casi un centenar de estudiantes
La frontera de Gibraltar está siendo escenario de colas de personas que se aglomeran a la entrada del Peñón en las horas punta, una circunstancia que se está repitiendo a pesar del estado de alarma provocado por la crisis del coronavirus.
El portavoz de la Asociación Sociocultural de Trabajadores Españoles en Gibraltar (Ascteg), Juan José Uceda, ha afirmado que un 70 por ciento de los más de 9.000 trabajadores españoles en el Peñón acuden al trabajo entre las 7.15 y las 9.30 horas.
“Es muchísima gente la que circula”, señala Uceda, que ante las imágenes de aglomeraciones de peatones en la frontera sin guardar la distancia de seguridad establecida por el estado de alarma afirma que “es un problema de civismo de la gente”.
Ante esta situación, Ascteg ha exigido “un refuerzo policial, para que se controle a la gente que incumple la distancia”, además de agilizar los trámites en la frontera, ya que “si piden los DNI a los conductores para meterlos por máquinas, más se está provocando este problema”.
El alcalde de La Línea, Juan Franco, ha anunciado, por su parte, que se van a abrir los accesos al recinto ferial de la localidad para que los trabajadores transfronterizos puedan estacionar su vehículo sin coste alguno, con el objetivo de agilizar el tránsito por la frontera.
Juan José Uceda entiende, sin embargo, que “el problema no es estacionar” y que esta propuesta “empeoraría las colas de peatones”.
Pese a todo, el portavoz del colectivo señala que son muchos los trabajadores transfronterizos que no están yendo a trabajar, como los de catering o los de la construcción.
Por su parte, la Delegación del Gobierno en Andalucía ha denunciado las aglomeraciones que se están produciendo también en la frontera por parte de padres que quieren llevar a sus hijos a sus colegios en Gibraltar, a los que los policías están conminando a regresar a sus domicilios.
Uceda califica esta circunstancia de “irresponsabilidad por parte de esos padres, que no suman más de cien personas, pero que están yendo en un momento punta a la frontera”.
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