Coronavirus

Clara Aguilera: “La UE se justifica por la solidaridad y la igualdad. Si eso cae, no tiene otra razón de ser”

El coronavirus "nos ha venido grande a todos. En Bruselas, igual. Se veía con distancia”, señala la europarlamentaria socialista. “La sociedad está viendo que la agricultura y la pesca son cuestiones esenciales. Tienen que recibir un mayor apoyo”, defiende

La Razón
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“De salud, bien. Es lo importante”, señala Clara Aguilera (Granada, 1964), europarlamentaria y ex consejera de Agricultura de la Junta de Andalucía, miembro en las Comisiones de Agricultura/ Mercado Interior y Protección al Consumidor y portavoz socialista de Pesca, a la que se ha convertido en la primera pregunta obligada en los tiempos del coronavirus -¿Cómo está?-; y “en casa”. Se cumplen tres semanas de confinamiento en España y la distancia con Bruselas, en tanto crece la crisis, cobra distancia.

¿La Unión Europea puede ser una de las víctimas del coronavirus?

Esperemos que no, pero puede ser que sí, si no hay la solidaridad que requiere y las medidas que requiere una situación como la que estamos viviendo y no se toman las medidas adecuadas (y ahora mismo no hay una solidaridad para reforzar aquellos países que necesitan recursos) y después un adecuado plan de reestructuración, que vamos a necesitar como después de la Segunda Guerra Mundia, el plan Marshall, y de reconversión. Ahora tenemos el problema de salud pública, que es el principal, pero después vamos a tener el problema social y económico, de muchas empresas con muchas dificultades después del parón y mucha gente que probablemente pierda el empleo porque es irrecuperable. Si la UE no demuestra una gran solidaridad entre los países y se toman las medidas adecuadas y acordes, sin lugar a dudas, puede ser una situación en la que se ponga en cuestión la utilidad o no de la UE. Estos son los tiempo en los que o se crece en europeísmo, porque la gente acabe viendo la utilidad de estar en una institución como la europea o se volverá a un euroescepticismo, que espero que no suceda. En nuestro país, la sociedad española en general ha creído mucho en Europa porque cuando entramos en los años 80 nos ayudó muchísimo, han venido muchos recursos, hemos podido crecer y tener una sociedad del bienestar ayudados por muchos fondos europeos que seguimos percibiendo pero ante esta situación sí que habrá un antes y un después. Espero que se tomen las medidas adecuadas y que la gente lo perciba así, ahora en la crisis sanitaria y después en la crisis social y económica que vamos a tener todos.

¿Por qué no ha habido una respuesta conjunta, por qué Europa en el primer momento no tomó las riendas de la crisis sanitaria?

He tenido una gran decepción al principio. Ahora vamos viendo que algo más se está moviendo estos días. Hemos vivido una gran insolidaridad por determinados países. Ante una situación como la que tenemos no puedes plantear que lo más importante es la estabilidad financiera y el déficit. Es verdad, a veces, en otras políticas notábamos la falta de entendimiento o criterios diferentes entre el Mediterráneo, entre el sur de Europa, y el Norte. Llegado un momento como éste no puede haber esa insolidaridad y aquí han mostrado algunos países, especialmente Holanda, pero no sólo Holanda, en parte Alemania y Dinamarca y alguno más, una insolidaridad que yo espero que cuando se reúna el próximo consejo esto se solvente. Ahora la Comisión ha anunciado unas nuevas medidas que pueden ser interesantes. Espero que éste sea el camino. Si el camino es que cada cual se lo resuelva, ¿para qué queremos Unión Europea? Sigo creyendo en la UE y en solidaridad de todos y espero no decepcionarme al final. Por eso estamos trabajando.

“Hemos vivido una gran insolidaridad por determinados países. Ante una situación como la que tenemos en estos momentos no puedes plantear que lo más importante es la estabilidad financiera y el déficit”

Italia está optando por aceptar o pedir ayuda a Rusia, a China, a Cuba. España está esperando a la OTAN. ¿Es una manera de tensionar por parte de los italianos o una llamada de atención a la UE?

Creo que la situación de Italia es muy difícil, sin duda, como la de España. Entonces, a veces se toman decisiones de forma inmediata. Italia es un país muy importante en la UE y su Gobierno, el actual, no cuestiona la UE. Lo que pasa es que ante las dificultades y el día a día y las circunstancias que vas encontrando, a veces se tendrán que tomar decisiones que no me atrevo sin vivir esas circunstancias a criticarla. Creo que cada Gobierno de cada país está intentando hacerlo lo mejor posible, incluido Italia. Llevan una envergadura de problemas muy grande y estarán viendo cuáles son las decisiones mejores y más inmediatas. No tengo ninguna duda de que Italia siempre ha sido un país europeísta y lo sigue siendo y va a seguir luchando su Gobierno por defender un modelo europeo que sea solidario y sirva para atender estas crisis.

¿En Bruselas pasó como en España, que cuando se vio lo que ocurrió en China e Italia se infravaloró? ¿Cómo se vivió el comienzo del coronavirus?

En Bruselas, igual. Esto nos ha venido grande a todos. Se veía con distancia. En China, por supuesto. Incluso en Italia, parecía que no te iba a llegar. En Bruselas, igual. “Esto no deja de ser una gripe más fuerte”, eso ha pasado mucho y hasta que se está viendo repercusión absolutamente mundial y tremenda no se ha sido consciente. Ha sido uno de los problemas que ha tenido este virus: no se ha valorado hasta que no ha llegado a cada país la envergadura del problema. En Bruselas tampoco. Se empezó con el gel hidroalcohólico en las instituciones, es lo único que vi de cambio. Es verdad que cuanto más al norte no son tan de tocarse y abrazarse, con lo cual los hábitos más o menos seguían igual. No había una conciencia, que ha ido entrando cuando le ha entrado a cada país francamente. “Esto no me puede pasar a mí o tengo suficiente sistema sanitario” y esto ha desbordado absolutamente a todo el mundo. Hay un problema añadido en el caso de Bruselas: en mi despacho hay un chico joven con una beca y estaba resfriado y le preocupaba la situación del Covid-19 y lo primero que le dijeron es que para hacerle pruebas tenía que ingresar 800 euros. Allí la sanidad tienes que pagarla y luego el seguro médico de tu trabajo te paga el 70 u 80%. O sea, que primero pagas 800 euros para ver qué es la gripe que tienes. Las dificultades en algunos sitios cuando tu situación económica no es suficientemente holgada agravan más los problemas. El caso de tener una sanidad pública para todos en España, aunque la tengamos colapsada, hace que no sucedan estas cosas. Yo creo que no hemos sido conscientes en ningún país hasta que no ha llegado la situación.

“Ha sido uno de los problemas que ha tenido este virus: no se ha valorado hasta que no ha llegado a cada país la envergadura del problema. En Bruselas tampoco”

El virus también ha tirado el tablero de juego cuando por fin los agricultores y ganaderos se estaban posicionando para mejorar sus condiciones en relación a los precios. Por otro lado, el coronavirus ha demostrado lo importante del sector primario, que nos permite subsistir.

Así es, tuvimos unas semanas en las que los agricultores, con razón y motivo, han salido a la calle para reivindicar cómo el modelo de producción agraria, no sólo español, europeo no podía continuar así, con los costes de producción y el bajo precio que perciben los agricultores. Esta situación ha paralizado todo pero ha puesto en el centro también la importancia de tener una soberanía alimentaria, tener producción propia en nuestros países y no depender de terceros. Eso lo está poniendo en valor. En una situación de cierre de fronteras, hace que haya movilidad de todo, de las mercancías incluidas. Mucha gente antes criticaba, yo creo que por desconocimiento, que hubiera ayudas en la PAC, la Política Agraria Común. Si no hubiéramos tenido una política agrícola como la que hemos tenido no tendríamos una agricultura y con el esfuerzo de los agricultores, por supuesto. Hubiéramos notado en esta crisis sanitaria no sólo el problema de tener bien la salud sino de tener dificultades en la alimentación. Tanto los productos agrarios como pesqueros. Aquí está saliendo a faenar una buena parte. Hay flotas que no salen a faenar porque es inviable y otra parte que está saliendo a pesar de que los costes no le salen. La sociedad está viendo que la agricultura y la pesca son cuestiones esenciales de una crisis como la que tenemos, realmente la agricultura es estratégica. Tiene que recibir un mayor apoyo del que está recibiendo. Por las instituciones europeas y todas las instituciones y gobiernos, regionales y nacionales. Para que no sea un elemento que se olvide sino un elemento sustancial y esencial. O producimos alimentos en nuestros países o al final ante una situación como ésta tendríamos muchas dificultades. Cosa que ahora no las tenemos porque tenemos una cadena alimentaria muy bien entrenada. Estamos viendo cómo se está llegando a todas las tiendas de ciudades y pueblos para mantener un servicio de alimentación totalmente adecuado. Los agricultores y también las cooperativas y todo el sistema de la cadena alimentaria está funcionando muy bien. Eso es algo que estaba funcionando bien pero la gente no se estaba dando cuenta. Espero que la gente no sólo se dé cuenta sino que reconozca la labor tan importante de la agricultura y de la pesca para nuestro país y para Europa.

“Esta situación ha paralizado todo pero ha puesto en el centro también la importancia de tener una soberanía alimentaria, tener producción propia en nuestros países y no depender de terceros”

Nos hemos pasado la vida escuchando que las profesiones vocacionales, y mal pagadas, no servían y no tenían futuro y son estos oficios los que están en la primera línea ganando el futuro ante la epidemia.

Sí y malpagadas porque la sanidad pública en este país, a pesar de que se ha sufrido mucho en la última década la crisis económica, ha sufrido una bajada de ingresos muy importante. Hay que tener mucha vocación para ser médico y enfermero pero también ese maestro que está en su casa dando clases y mandando los deberes de los alumnos. Y el día a día de unas urgencias, donde estás con gente que está enferma y te la estás jugando aunque tengas tus medidas adecuadas. Hay una parte de buscarte la vida y buscarte un empleo, pero hay una parte vocacional que es evidente. Por eso hacemos ese testimonio cada día a las ocho de la tarde de agradecimiento a toda esa gente, que ahí está. Es que hay mucha gente: en emergencias, la Policía, la Guardia Civil, Protección Civil en los pueblos... Ahí están ayudando a gente mayor, atendiendo las necesidades, en el fondo con un gran riesgo. Está claro que va a haber un cambio después de que superemos esta situación y habrá cosas que se podrán valorar más y entenderemos mejor. Teníamos una sociedad que casi no nos dábamos cuenta de dónde venían las cosas y a lo mejor ahora tenemos un poquito más de valores, que eso no viene mal para una sociedad.

Lo urgente en el campo son las campañas que necesitan trabajadores como la fresa. ¿Qué va a pasar?

La fresa está teniendo muchos problemas. La campaña empezó en febrero bien pero ya prácticamente iban a dejar de recolectar. Todavía les quedaba un mes, pero no tenían salida. No tenían ventas ni mano de obra. Ahora van a empezar los berries como los arándanos pero están con un problema de mano de obra grave. Primero, que tenían poca. Segundo, que el transporte está siendo un problema. Para llevar a la gente, como tienes que separarte un metro, están llevando autobuses pero en uno de 50 plazas van 18 personas. Está suponiendo un mayor coste en la producción del producto. Luego está sucediendo que en los lineales de los supermercados no encontramos toda la fruta y verdura y no es porque no haya sino porque los supermercados han decidido que sólo van a ir a productos básicos. Entre los que han decidido que no estén está el fruto rojo en muchos casos o el espárrago verde de Granada, que prácticamente la campaña la está perdiendo. La flor cortada está teniendo la misma situación. Las flores eran todas para los festejos de primavera y se ha suspendido todo. No han vendido nada. Ahora vamos a tener unas campañas que me preocupan, que son las frutas de hueso, que siempre tiene dificultades por los problemas estructurales. Están pidiendo mano de obra y no hay. Y después la salida a la venta. Los lineales en esta situación no están dispuestos a vender todos los productos. Ya tenemos el níspero que no tiene salida al mercado, sólo las tiendas pequeñas. Eso son los que tienen más dificultades: fruto rojo, espárrago, flor cortada y vamos a ver la fruta de hueso.

¿La mano de obra a corto plazo tendrá muchas restricciones para moverse entre países?

Es muy difícil, ante una situación como la que tenemos, traer un contingente de personas no es fácil. Vamos a ver. Si la crisis va solventándose bien y en un mes estamos en una situación bastante mejor, si no del todo bien... Lo que pasa es que la campaña que pierdes como los frutos rojos o de huesos, ya te la cargas. Va a ser muy complicado. Otra cosa: el canal Eureka está cerrado y era una salida muy importante de muchos productos. Tendremos que apoyar a determinados sectores también a los que les ha pillado la campaña y la falta de mano de obra. Salida de venta hay, pero si no tienes mano de obra, el coste de producción es más alto por las circunstancias sanitarias y de protocolos que tienes que adaptar y si luego tienes problemas de ventas en los lineales, hay un grave problema con algunas campañas.

Igual pasa con el turismo. ¿Todo lleva a la misma situación?

No hay turismo, no hay restaurantes ni canal Eureka. No hay demanda. La gente sale lo justo y como la gente cocina en casa, compra lo básico. Por ejemplo, tenemos un problema con el marisqueo. Más allá de las gambas, el marisco es un producto de excelencia, más caro, y se consumía más en el restaurante. Tenemos a los mariscadores gallegos parados porque no hay venta. Todo es lo mismo: no hay turismo, no hay gente en la calle, no hay celebraciones, todo eso es una espiral que se lleva a los sectores. A ver si se puede resolver razonablemente pronto. Es verdad que a quien le coja los dos o tres meses malos, los habrá perdido y habrá que ayudarle económicamente para que esa cooperativa, ese agricultor o ese patrón de barco o el del hotel que ha tenido que cerrar, echarle una mano para que pueda seguir tirando la empresa.

“Todo es lo mismo: no hay turismo, no hay gente en la calle, no hay celebraciones, todo eso es una espiral que se lleva a los sectores”

¿Todas las soluciones llevan irremediablemente a las ayudas?

Si no se echa una mano a determinados sectores es muy complicado. Como mucha pequeña y mediana empresa que a lo mejor iba bien pero si te ves obligado a parar tres meses y vuelves a un mercado que va a estar muy reticente al principio. La normalidad... pasarán meses. Vamos a ver el otoño-invierno, que vendrán las gripes. Hay empresas que serán capaces de aguantar pero muchas no. Habrá que echarle una mano. A las empresas, a los autónomos, a los agricultores, con las medidas que se están adoptando y otras. Lo que pasa es que un país tiene unos recursos finitos y aquí es donde es importante la solidaridad europea. Es decir, vamos a echarnos una mano. Unos en unas cosas y otros en otras. Si no, no salimos.

¿Europa será solidaria... o no será?

Es que si no, no tiene otro sentido; porque culturalmente tenemos cosas comunes y otras no. Y luego diferencias idiomáticas tenemos todas. La UE se justifica por la solidaridad y la igualdad de personas y de territorios y el apoyo que se den. Si eso cae, no tiene otra razón de ser. De verdad que no. Espero que al final salga adelante. Después de tantos años, a pesar de las dificultades y los egoísmos que pueda haber momentáneos, yo tengo la esperanza de que al final haya esa solidaridad y salgamos todos.

¿No se ha aprendido la lección del Brexit?

Aprendimos un poquito y además con la situación con el Reino Unido se ha mantenido Europa. Al final somos 27 países muy diferentes. Luego no somos un Estado federal como Estados Unidos, somo algo parecido pero no llega. Luego a Estados Unidos les une el idioma. Aquí hablamos 24 idiomas. Eso, e historias a veces diferentes, hace que cuesten mucho los acuerdos. Pero yo creo que con este reto que tiene la UE, aquí no la jugamos todos. O respondemos a la ciudadanía o nos la jugamos todos. Los gobiernos, el parlamento y la Comisión Europea. O la gente entiende que sirve para algo o es el principio del fin. Espero que no. Confío en la UE y en que al final el sentido común y la solidaridad se impondrán. Con los mercados cerrados, la mayoría de los alimentos están viniendo de España. Antes iban los camiones llenos y volvían con otros productos. Ahora vuelven vacíos, por eso nos cuesta más.

“O respondemos a la ciudadanía o nos la jugamos todos. Los gobiernos, el parlamento y la Comisión Europea. O la gente entiende que sirve para algo o es el principio del fin”