Semana Santa
Los barrios lloran el Martes Santo
El coronavirus enmudece las principales calles de Andalucía el tercer día de Semana Santa. Barrios como El Cerro del Águila en Sevilla llevan la procesión por dentro
El Martes Santo es una fecha muy importante para los barrios de Sevilla. Cada año, un día como hoy, Hermandades como las de San Benito, El Cerro o San Esteban mueven a cientos de vecinos que se agolpan –horas antes de la salida de las diferentes imágenes–, en las puertas de los templos para ver de cerca cómo sus cofradías comienzan la estación de penitencia.
Este año, el coronavirus vuelve a arrebatar algunos de los momentos más emotivos de la Semana Santa de Sevilla. San Benito no realiza el saludo a Santa Ángela de la Cruz ni podrá disfrutar de su paso por la estrechez de la calle Águilas. La Candelaria no pasa por los Jardines de Murillo y no será posible la magnífica entrada de La Bofetá con la banda de Las Cigarreras. No cortarán las calles cientos de penitentes de Los Estudiantes y Santa Cruz no entra por la Plaza de la Alianza a sones del Cristo de la Alcazaba. No se producirá la salida –probablemente- más complicada de toda la Semana Santa con San Esteban y no se verá, ni en la lejanía, cómo un barrio entero vive su Hermandad, la del Cerro, con extraordinaria devoción, acompañando a sus titulares hasta la entrada.
Jornada de barrios. El Cerro del Águila, a pesar de todo, vive la Semana Santa desde lo más profundo de su ser. Es una barriada que siempre ha tenido tradición obrera, desde tiempos del cura Diamantino y su defensa de las trabajadoras de Hytasa. La hermandad del Cerro está conformada íntegramente por un barrio entregado a sus devociones y tradiciones, más allá de ese carácter y esa impronta obrera. Por lo tanto, se trata de una hermandad fraguada con el sudor de sus vecinos, que hoy, como los devotos de cualquier otra cofradía, lloran confinados por la impotencia que les genera no poder acompañar a sus titulares por la crisis sanitaria provocada por el Covid-19.
Y cada Martes Santo, el Cerro es una auténtica fiesta, de tal manera que aquello bien puede parecer un pueblo que se vuelca con su principal devoción. Sin embargo, este año el coronavirus se ha cebado con ella. Cabe destacar que el año pasado se estrenó en la calle la imagen de Nuestro Padre Jesús de la Humildad, un nazareno tallado por Miñarro. Esta iba a ser su segunda estación de penitencia, pero habrá que esperar al año viene. Si hay algo que verdaderamente vertebre la idiosincracia del Cerro del Águila es la devoción a la Virgen de los Dolores. Hoy más que nunca, la procesión va por dentro.
No obstante, con los balcones engalanados y con la actitud tan positiva que caracteriza a los andaluces, miles de personas viven esta Semana Santa recordando las anteriores y soñando con las del año que viene. En este sentido, las Hermandades, a través de sus portales online y en las redes sociales, están desarrollando diferentes iniciativas para ayudar a sus hermanos a vivir esta semana desde la emoción, la fe y la devoción habitual.
La Hermandad del Cerro revive el recorrido de su Cofradía el año anterior.
Un Policía Local de Sevilla le deja flores a la Hermandad de San Benito.
La Hermandad de la Candelaria recuerda su llegada a la Cuesta del Rosario.
Un Martes Santo diferente y más virtual que nunca, que sobrevive gracias a la devoción de miles de andaluces que se reinventan, a pesar de la tristeza, para celebrar –en cualquier contexto– la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo.
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