
La situación
La Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria alertó en su último informe de una «mayor saturación de la red»
El número de «accidentes significativos» de 2023 alcanzó el mayor valor de los últimos 10 años, periodo para el que se dispone de datos homogéneos

El AVE atraviesa una grave crisis de confianza. De ser motivo de orgullo, ha pasado a ser objeto de numerosas críticas por su impuntualidad e incidencias, situación extensible a la red de cercanías y de media distancia. Esta misma semana, se han vivido nuevas incidencias con un tren parado más de doce horas en Toledo con destino a Málaga por la falta de tensión provocada por una avería en la catenaria, circunstancia que se repitió también el jueves en la salida del AVE Málaga-Madrid en la estación de la capital malagueña, María Zambrano.
Las incidencias se han repetido en los últimos años y, más allá de la crítica política, hay motivos de fondo para aseverar que el mapa ferroviario nacional pasa por problemas conocidos.
Según la Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria, el número de «accidentes significativos» de 2023 –último informe publicado– alcanza el mayor valor de los últimos 10 años, periodo para el que se dispone de datos homogéneos. Aclara esta agencia estatal que un «accidente significativo» es el suceso en el que esté implicado «como mínimo un vehículo ferroviario en movimiento, con al menos un muerto o herido grave, o se produzcan graves daños en el material, la vía férrea u otras instalaciones o entornos, o interrupciones graves del tráfico, excluyendo los accidentes en talleres, almacenes y depósitos». Se entiende por «daños graves en el material, la vía férrea u otras instalaciones o entornos», daños equivalentes o superiores a 150.000 €, y por «Interrupciones prolongadas del tráfico», los servicios ferroviarios en una línea ferroviaria principal que se suspenden por un período mínimo de seis horas».
Los datos del informe apuntan que en 2023 hubo 77 accidentes de este tipo; 59 en 2022; y 52 en 2021. El resto de la década siempre se bajó o se igualó esa cifra, registrándose 52 en 2017 y 51 en 2014 y 2020.
La Agencia apunta que el incremento del número de casos en 2023 se debe al aumento del número de descarrilamientos, colisiones con obstáculos, accidentes en paso a nivel, incendios y accidentes tipo «otros», que en su conjunto suponen un aumento mayor que la disminución del número de accidentes de personas y colisiones de tren.
En cualquier caso, el informe anual contextualiza estos datos porque en cuanto al número de accidentes graves –colisiones y descarrilamientos con al menos una víctima mortal o 5 heridos graves o grandes daños– en 2023 ha disminuido tanto el número de casos como la tasa de accidentes por millón de tren-km , correspondiendo todos los casos a arrollamientos de personas y a accidentes en paso a nivel.
El balance se refiere a la red general, no solo a la de pasajeros pero ya aporta indicios de lo que se ha podido constatar en 2025 y en lo que va de 2025. El organismo estatal señala que «en 2023 se ha alcanzado un nivel global de producción ferroviaria similar al nivel previo a 2020, si bien con diferencias en la distribución entre servicios», que se traduce en un «aumento en el tráfico de viajeros de larga distancia» que se ha simultaneado «con la reducción en el tráfico de viajeros de cercanías y de mercancías».
Aunque la correlación no debería ser automática, el incremento de usuarios genera más tensión en el tráfico ferroviario de pasajeros. Así, «en 2023 se ha consolidado el mercado liberalizado en alta velocidad, con una mayor madurez de los nuevos operadores (OUIGO, IRYO) que se incorporaron en 2022 y con la incorporación de nuevos servicios (AVLO) en otros corredores».
Junto a esto, «la incorporación de los trenes de la Serie 106 AVRIL o la apertura de nuevas líneas de alta velocidad que han extendido los servicios a otros corredores, especialmente en el sector Noroeste, van a seguir suponiendo nuevos tráficos y usuarios».
Más oferta y más viajeros, porque recuerda la institución que a todo ello, hay que unir «las medidas de fomento del transporte público con subvenciones a tráficos de Cercanías o Media Distancia o la gratuidad para determinados colectivos (como el de los jóvenes), también están acercando el ferrocarril a sectores que no lo usaban con tanta intensidad».
Concluye que «todo esto hay hecho que el número de usuarios del ferrocarril haya crecido significativamente en 2023. Cada vez son más las personas que se acercan al tren como medio de transporte, por el que número de viajeros en estaciones se aumentó un 22% en estaciones de alta velocidad y un 6% en el resto».
En definitiva, «la mayor saturación en la red con actores de diferentes empresas genera otro tipo de situaciones que deben ser vigiladas desde el punto de vista de la seguridad operacional», advierten desde la Agencia.
Esta situación ha puesto en alerta a los operadores turísticos. Así, esta semana, la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA) ha expresado su «máxima preocupación» por el «caos ferroviario» que se ha venido registrando recientemente y que «pone en tela de juicio la calidad del destino Andalucía». Por eso, ha pedido al Gobierno que «refuercen la atención directa» y lamentan «el daño reputacional sobre este destino».
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