Parlamento

La bronca «roja-azul» en el Parlamento fagocita la «revolución verde» de la Junta

Los socialistas exigieron que el portavoz popular retirara lo que entendieron como un "insulto", pero la presidenta de la Cámara no lo consideró necesario

El portavoz adjunto Rodrigo Sánchez Haro se levantó para exigir a la presidenta de la Cámara, Marta Bosquet, que le diera la palabra, junto a Susana Díaz
El portavoz adjunto Rodrigo Sánchez Haro se levantó para exigir a la presidenta de la Cámara, Marta Bosquet, que le diera la palabra, junto a Susana DíazManuel OlmedoManuel Olmedo

Cristalizar las palabras en hechos es difícil. Ayer el presidente andaluz, Juanma Moreno, quiso confirmar en el Parlamento regional su compromiso con el medio ambiente. Destacó que la Junta está desplegando un plan de «26 medidas» a las que se destinarán casi 1.000 millones. Precisó que 575 irán a parar a infraestructuras hidráulicas y detalló que se licitarán «357 contratos» con un fin: arrancar este año todas las actuaciones de depuración que fueron declaradas de interés hace una década, así como otros proyectos pendientes en esta materia. Se ha llamado revolución verde y quedó opacada por la bronca política entre las bancadas de PP y PSOE. De hecho, Moreno casi no pudo hacer esa exposición.

El cisco se produjo a partir de la intervención del portavoz parlamentario del PP, José Antonio Nieto, cuya pregunta dio el pie verde al presidente. El popular estaba criticando las promesas de los gobiernos socialistas anteriores que se quedaron en el aire y afeando la gestión del canon del agua, cuando aludió al «modelo» de la planta de reciclaje de Estepa (Sevilla), «donde lo que hacían era esconder debajo de la alfombra la basura y llevárselo calentito». Esas palabras provocaron que los socialistas se removieran en sus asientos al ser cierto que hay una investigación judicial en la que se analiza la gestión de esas instalaciones, pero, según recordaron fuentes del ámbito del PSOE-A a este periódico, por el momento no se ha detenido a ningún político.

La tensión creció después de que Nieto afirmara que los otros grupos eran «especialistas en criticar, insultar, gritar, en ir a cualquier plató a dejar mal a Andalucía», en vez de plantear propuestas. Las quejas y gestos de los ocupantes de los escaños del PSOE crecieron hasta que su portavoz adjunto Rodrigo Sánchez Haro pidió a la presidenta de la Cámara, Marta Bosquet (Cs), que conminara a Nieto, al que acusó de «tener relaciones con la ‘Púnica’», a retirar los «insultos» a su partido. Bosquet no consideró que fuera necesario y el popular no lo hizo. Moreno pudo terminar luego su emborronada contestación a su compañero de filas, antes de atender al interrogante plateado precisamente por la presidenta del Grupo Parlamentario Socialista, Susana Díaz.