La exposición “Yo Soy Flamenco” llega al Centro Cultural La Almona de Dos Hermanas

La muestra gráfica ‘Yo Soy Flamenco’ promovida por la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales de la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico, que ha estado expuesta en la Fundación Tres Culturas y el Instituto Andaluz del Flamenco, ha sido inaugurada ahora en el Centro Cultural La Almona del Ayuntamiento de Dos Hermanas.

Este proyecto que consta de 25 fotografías y podrá visitarse en la sede del Centro Cultural La Almona, en Dos Hermanas, del 8 de abril al 9 de mayo de lunes a viernes de 9 a 14 horas y de 18 a 20 horas, sábados y domingos de 11 a 14 horas, es obra de los fotógrafos Eduardo Briones y Javier Díaz.

Figuras como --Cristina Hoyos, José Valencia, Sara Baras, Manolo Marín, Aurora Vargas, Dorantes, Manuela Carrasco, El Pele, Eva Yerbabuena, Pedro El Granaino, Marina Heredia, Diego Carrasco, Esperanza Fernández, Farruquito, Pepa Montes, Manuel Lombo, Carmen Linares, Javier Barón, Argentina, Arcángel, Pastora Galván, Jesús Méndez, Patricia Guerrero, Manolo Sanlúcar, Rocío Márquez-- son los protagonistas de esta muestra que rinde tributo al  flamenco, declarado hace diez años Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. Un arte que, como se explica en la propia presentación de la exposición, “atraviesa el corazón y nunca más se sale”.

Yo soy flamenco quiere poner el foco en qué supone para los artistas flamencos sentir, vivir, crear, interpretar bajo el signo del flamenco. Se trata de un proyecto que quiere romper cualquier barrera entre los creadores y su propia concepción de lo flamenco. Para ello además de la imagen, a lo largo de esta exposición se aporta el testimonio de cada uno de los artistas retratados en el que narran su camino de aprendizaje, sus dudas, los entresijos del proceso de creación, sus influencias, pero sobre todo cómo se vive siendo flamenco las veinticuatro horas del día.

Esta exposición es un testimonio gráfico que reúne las claves necesarias para entender la esencia y desarrollo de este arte inmaterial, y debe quedar como un documento imprescindible para tomar el pulso a los protagonistas de una realidad cultural después de diez años del reconocimiento de la Unesco.