Pandemia
Inmaculada Salcedo: «No se dan las circunstancias para eliminar la mascarilla en lugares abiertos en Andalucía»
La portavoz del comité de expertos defiende que «si se levanta el estado de alarma y las competencias son de las comunidades, lo lógico es que se respeten nuestras decisiones»
La desescalada se ralentiza en Andalucía, con una tasa de contagios todavía elevada. La portavoz del comité de expertos sobre el coronavirus y jefa del servicio de Medicina Preventiva del hospital Reina Sofía de Córdoba, Inmaculada Salcedo, analiza los factores que están impidiendo que dobleguemos la curva de la pandemia.
Andalucía no consigue rebajar la incidencia del coronavirus. ¿Qué estamos haciendo mal?
En cuanto a la asistencia hospitalaria, estamos mucho mejor. Los indicadores epidemiológicos y de contagios no acaban de bajar. Hemos abierto el ocio nocturno para que se genere cierto disfrute por la noche, de una manera organizada y con aforos reducidos, pero no podemos evitar que grupos de gente joven se junten. Son las clásicas botellonas, que han disminuido pero se siguen produciendo. Por muchas multas y medidas coercitivas que las fuerzas de seguridad apliquen, es complicado controlarlas. Bebiendo se quita uno la mascarilla y aparecen los contagios. Hago un llamamiento a la gente joven y les recuerdo que no son inmortales ni inmunes. Es verdad que la mayoría pueden pasar la covid asintomáticos o con síntomas leves. Pero ojo, algunos pueden enfermar de manera grave, ingresar e ir a la UCI. Además, pueden contagiar a otras personas vulnerables a las que todavía no les ha llegado la vacuna. O bien se pueden volver a infectar a pesar de estar vacunados.
Los registros son cambiantes. Por un lado, se van reduciendo los hospitalizados, pero por otro los nuevos contagios siguen por encima del millar. No obstante, las muertes sí se van reduciendo notablemente.
Lo más satisfactorio es que, desde el punto de vista sanitario, la personas que ingresan en UCI y los fallecimientos son cada vez menos. Quisiéramos cero ingresos y cero fallecimientos por la covid. Las muertes se producen por patologías previas y por factores de riesgo que estamos estudiando. Los problemas de salud pública afectan a muchas personas y las proporciones de enfermos, ingresados y fallecidos se agrandan a mayor número de contagios.
En la última reunión del comité de expertos se decidió mantener las actuales medidas durante dos semanas más, por lo que Andalucía no avanza en la desescalada que se marcó. ¿La pandemia se está complicando demasiado en esta recta final?
No. La pandemia tiene unas dimensiones muy importantes y, obviamente, esto no es de un día para otro. Es verdad que nosotros, prudentemente, hemos aconsejado que no se relajen las medidas. ¿Por qué? Porque los indicadores epidemiológicos no mejoran. Al mantenerse los contagios no vemos prudente desescalar más rápido.
Hay comunidades que ya piden que se elimine el uso de las mascarillas en lugares abiertos. ¿Está de acuerdo?
No hay que precipitarse. No sería una mala medida cuando la incidencia acumulada lo permita y todos los indicadores sean favorables. Ahora no se dan las circunstancias para eliminar la mascarilla en lugares abiertos en Andalucía. Y por supuesto en los lugares cerrados hay que tener mucho cuidado. Sabemos que, cuando abrimos un poco la mano, las personas se relajan.
El proceso de vacunación avanza a buen ritmo. Parecía impensable que fuéramos a llegar al 70% de inmunización en verano. ¿Será una realidad este escenario?
Sí. Estamos muy satisfechos de cómo va el proceso de vacunación. Hemos sido muy ágiles y empezamos desde el minuto uno con una velocidad importante. Así tienen que ser los programas de salud pública. De la misma manera que se contagian rápidamente las personas, cuanto antes cortemos la cadena de transmisión inmunizando a los ciudadanos más rápidamente se frenarán los contagios. Los ciudadanos están concienciados y saben lo importante que es acudir a los puntos de vacunación.
¿El parón en la administración de la segunda dosis de AstraZeneca ha trastocado mucho las previsiones?
Estábamos muy intranquilos porque las dosis las teníamos guardadas en las neveras. Las personas tenían que completar su pauta de vacunación y lo razonable es hacerlo con la misma vacuna. Es verdad que surgió el tema de los trombos, pero ninguna vacuna ni ningún medicamento están exentos de efectos secundarios. Es verdad que todas las vacunas son seguras. El que tenga dudas, por desconocimiento o miedo, que se ponga Pfizer. La ciudadanía no es tonta y ha elegido libremente en segunda dosis la misma vacuna que en la primera. Es lo adecuado desde el punto de vista de la evidencia científica.
En el último Consejo Interterritorial de Salud Andalucía se opuso al documento para la «nueva normalidad», que limita los horarios del ocio nocturno y la hostelería. ¿Por qué?
Entiendo que, si se levanta el estado de alarma, se trasladan las competencias a las comunidades autónomas y los comités de expertos nos ponemos a trabajar de manera autónoma en esas medidas, lo lógico es que se respeten nuestras decisiones. Si ahora nos las van a cambiar no me parece muy razonable.
¿Es capaz de pronosticar el fin de la pandemia?
Nunca me ha gustado aventurarme a pronosticar nada. Lo peor en nuestro trabajo es generar unas expectativas que luego no se pueden cumplir. La ciudadanía no tiene que entender los mensajes desde el punto de vista de una liberación o de levantar todas las medidas porque luego volveríamos a tener una situación de muchas pérdidas económicas, enfermos y fallecidos. La economía nos ha importado mucho desde el primer momento. El modelo híbrido que hemos tenido en Andalucía, de economía y salud, ha venido funcionando bastante bien.
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