"El bloc"
Partido, en dos, Popular
“Junto a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Moreno es el político conservador de España con mayor poder institucional”
Juanma Moreno vio el domingo arder las barbas de Fernández Mañueco en la pira de la ingobernabilidad, lo que lo disuadió de provocar un adelanto electoral que en absoluto desea, además, porque él está la mar de cómodo a la vera de Juan Marín. El problema es que sus jefes de Madrid armaron una estrategia (¿cabría escribir, por aquello de la precisión, «parieron una ocurrencia»?) consistente en alfombrarle a Pablo Casado el camino a La Moncloa con unas cuantas victorias en elecciones autonómicas, desde Madrid hasta Galicia pasando por Castilla y León o Andalucía. El presidente de la Junta estaba decidido a ignorar las sugerencias de la superioridad, que habla por la nada sutil boca del secretario general, pero el jueves despertó junto a una oferta imposible de rechazar y entre sus sábanas no yacía la cabeza sanguinolenta de un caballo, sino la de Isabel Díaz Ayuso: ya sabe, por si no se había enterado, cómo trata Teodoro García Egea a los barones regionales que no se pliegan a su voluntad y ahora debe decidir, con lo poco que le gusta un conflicto, si preserva la autonomía del PP andaluz o lo subroga a la pulsión suicida, tórpida sobre delictuosa, de la dirección nacional. Junto a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Moreno es el político conservador de España con mayor poder institucional, pues gobierna con muchas opciones de repetir en la comunidad más poblada. Feijóo, coleccionista de mayorías absolutas en su terruño, no quiere líos, así que cimbreará entre los dos bandos con galaica ambigüedad hasta que haya un ganador claro al que acudir en auxilio y un perdedor al que alancear dos días después de estar muerto. Es el momento de Elías Bendodo, que todavía tiene atravesado el sapo que le hicieron tragar desde Génova cuando el congreso provincial de Sevilla.
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