Opinión

Memorias

“Griñán, que se las ha dado siempre de intelectual, pretende hacerse pasar por alguien que asumió un cáliz que no le correspondía”

Imagen de archivo de José Antonio Griñán
Imagen de archivo de José Antonio Griñánlarazon

El género de las memorias tiene siempre algo de truco chusco, como de falsa confesión con el cura en la adolescencia. Hay que buscar un pecadillo que otro para contentar al que te escucha, para no defraudarlo, sobre todo, y luego quitarse la culpa con una excusa.

Pero es fácil meterse en un jardín e incluso salirse de la vereda, no pasa nada, lo malo viene cuando tratas de dar pena. Unas gotitas de sentimentalismo siempre funcionan si tu historia viene marcada por la infancia infeliz y el éxito maduro, pero no si de fondo tiene la ambición y poder como telón de fondo.

José Antonio Griñán estrena libro queriendo contar, sin tratar tampoco de decir demasiado, pero en las entrevistas promocionales recalca siempre dos ideas fundamentales. Una, que la sentencia que lo condena es falsa, porque él es inocente, y dos que si lo condenan su vida se acaba. A la espera de lo que diga el Tribunal Supremo el próximo mes de mayo, hasta el momento lo que sí sabemos es que mientras fue presidente de la Junta el dinero público no llegó a donde tenía que hacerlo, para derroche de pocos y desgracia de muchos.

Es lamentable que alguien como él se encuentre en esta situación y estoy convencido que no se lucró como otros, pero los cargos y responsabilidades no pueden descargarse por mucha edad y pena que pesen sobre su cabeza.Griñán, que se las ha dado siempre de intelectual, pretende hacerse pasar por alguien que asumió un cáliz que no le correspondía pero que no pudo rechazar para acabar en este martirio judicial. Como su partido entonces, en los próximos días veremos quiénes se mantienen junto a un ex político devenido en memorialista que presidió algunos de los años más oscuros y corruptos de la reciente Historia andaluza.