El Juzgado de Instrucción número 5 de Marbella (Málaga) decretó el pasado fin de semana la libertad provisional con orden de alejamiento de la mujer detenida por supuestamente agredir con un paraguas de punta metálica a una compañera de piso, a la que habría comenzado a estrangular hasta hacerle perder la conciencia, después de que esta la acusara de robarle comida de la nevera. Así lo han informado fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), quienes han apuntado a Europa Press que la orden de alejamiento prohíbe a la investigada comunicarse o acercarse a la víctima a menos de 200 metros en cualquier lugar en el que se encuentre. La Policía Nacional ha informado este martes de la detención el pasado viernes de esta mujer, de 20 años, que fue puesta a disposición judicial el fin de semana. Según han indicado las fuentes judiciales, por el momento se le investiga por un delito de lesiones aunque se está pendiente de que el forense aporte el informe final para determinar el delito. Según la Policía Nacional, los problemas de convivencia entre las partes habrían sido el detonante de la agresión. La víctima, de 38 años, fue atendida en un centro médico y no se teme por su vida. Los hechos tuvieron lugar el pasado viernes sobre las 19.15 horas, cuando un aviso al Centro Inteligente de Mando, Comunicación, y Control (cimacc-091) alertó de que una persona intentaba apuñalar a otra en un domicilio. La llamada a los servicios de emergencias fue efectuada por la propietaria del inmueble, que había arrendado su piso, conviviendo en el domicilio dos mujeres, una de ellas con un menor a su cargo. Una vez en la vivienda, la patrulla fue recibida por la dueña. Rápidamente, los agentes asistieron dentro de su habitación a una de las inquilinas, que no respondía a estímulo alguno y presentaba rojeces en el cuello y la piel pálida. Los policías la colocaron en posición lateral de seguridad y avisaron a los servicios sanitarios. Al cabo de unos instantes, la perjudicada recobró el conocimiento y pudo ofrecer ella misma su versión de los hechos. Paralelamente, los agentes localizaron también, en otra estancia de la casa, a la supuesta agresora, que permanecía junto a su hija, de corta edad. Siempre según las diligencias realizadas, la arrestada y la víctima iniciaron una discusión el día de los hechos al acusar esta última a su compañera de sustraerle comida de la nevera. A partir de aquí, la joven de 20 años propinó varios puñetazos a la otra inquilina, le golpeó también con un paraguas con punta metálica en la cabeza y se abalanzó sobre ella, ejerciendo presión con ambas manos sobre su cuello hasta hacerle perder el conocimiento. Fue la propietaria de la casa, que estaba en la vivienda en ese momento, la que se interpuso entre ambas, consiguiendo evitar que la agresora siguiera estrangulando a su compañera de piso, que permanecía ya inmóvil. Finalmente, la Policía detuvo a la sospechosa por su presunta implicación en los hechos.