Tribunales
El ultra exlíder de los Supporters Sur rechaza dos años y medio de cárcel por atropellar a un guardia civil
El acusado, conocido por agredir a un joven en Bilbao antes de un Athletic-Betis, se opone al acuerdo alcanzado por su abogado con la Fiscalía y la AUGC y será enjuiciado el próximo 23 de septiembre
Manuel Herrera, el ultra que se hizo tristemente viral y famoso el 27 de abril de 2017 cuando insultó y agredió a un joven en Bilbao, un suceso que además fue grabado por su acompañante, se ha convertido en un habitual de los juzgados. Encarcelado por su presunta condición de líder de una banda dedicada a secuestrar a personas con deudas, condenado por otra agresión en Sevilla, detenido decenas y decenas de veces y juzgado por formar parte de uno de los clanes más ‘populares’ del narcotráfico entre Marruecos y España, el Herrera o Buchi, como es conocido, ha vuelto a acudir este viernes a una sede judicial para responder por su último presunto delito: atropellar a un guardia civil poco después del incidente previo a aquel Athletic-Betis.
El suceso por el que iba a ser enjuiciado en el Juzgado de lo Penal número 9 ocurrió el 2 de marzo de 2017. Detenido meses antes por una agresión, el juez lo había mandado a prisión provisional y después lo dejó salir pero con una orden de alejamiento respecto a la víctima. Él la incumplió y por eso la Guardia Civil activó su detención. Una vez localizado, empezó una persecución en la autovía A-49, entre Sevilla y Huelva, y “puso en grave riesgo la seguridad vial de los usuarios, con una conducción agresiva, a alta velocidad y adelantamientos por izquierda y derecha”, según la acusación de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC).
Herrera intentó esconderse en la localidad de Benacazón, pero un motorista de la Guardia Civil lo siguió hasta una calle de sentido único donde había un coche parado que obstaculizaba la circulación. “Sin tiempo de reacción, y consciente de que detrás se encontraba el agente, súbitamente dio marcha atrás, lo embistió intencionadamente y lo arrastró durante más de ocho metros”, asegura la AUGC. El guardia civil incluso disparó una vez para disuadir a Herrera, que no se dio por enterado y al final logró huir para, después, abandonar e incendiar el vehículo en un olivar.
La Fiscalía solicitaba inicialmente cinco años y medio de cárcel por un delito de atentado a agente de la autoridad, uno contra la seguridad vial y otro de daños, mientras que la AUGC reclamaba ocho por atentado y lesiones después de intentar en vano que se lo juzgase por homicidio en grado de tentativa. “Nuestro compañero ha sufrido un auténtico calvario de tratamientos médicos e intervenciones quirúrgicas. No vamos a permitir que salga tan barato poner en riesgo la vida de un compañero”, aseguró la asociación.
El juicio, sin embargo, tendrá que esperar porque Herrera, o Buchi, no ha aceptado el acuerdo alcanzado en la misma sala por las partes. Ese pacto pasaba por retirar el delito de daños (por el incendio del coche) y reducir la pena a dos años y medio de prisión que debería cumplir sí o sí, teniendo en cuenta sus múltiples antecedentes, además de rebajar a 19.000 euros la indemnización a favor del agente. El acusado no ha estado de acuerdo con las condiciones conseguidas por su abogado, pero la vista oral no ha llegado a celebrarse por problemas técnicos y porque faltaban algunos testigos. Se ha postergado al próximo 23 de septiembre.
La frustrada cita de este lluvioso viernes de abril, aunque Herrera ha estado de cuerpo presente en los calabozos del edificio judicial, sólo es una muesca más en un historial plagado de episodios truculentos. Aficionado al culturismo y antiguo líder de los Supporters Sur, quizás en la etapa más radical de este grupo de animación del Betis, cuentan las fuerzas de seguridad que tras una de sus agresiones se necesitaron doce agentes para reducirlo. Viejo conocido de la Policía, el gran público lo descubrió por aquella agresión a un joven en el casco viejo de Bilbao antes de un partido entre el Athletic y el Betis, en otra mañana lluviosa de abril, unos hechos por los que un juzgado de la capital vizcaína lo condenó a ocho meses de cárcel por un delito contra la integridad moral.
Su historial no se queda ahí. En noviembre de 2021, por ejemplo, fue condenado a una pena inferior a los dos años por formar parte del entramado de los clanes de Ginés y Los Lanas, dedicados al narcotráfico entre Marruecos y España. También ahí se benefició de otro acuerdo de conformidad entre su defensa y la Fiscalía, que inicialmente pedía para él siete años de reclusión, seis por droga y uno por tenencia ilícita de armas, además de dos multas de 20 millones de euros.
En su escrito de acusación, el Ministerio Público explicaba que este procesado, alias Herrera o Buchi, realizaba “funciones de seguridad para algunos miembros del grupo” y a veces “amedrentaba” a rivales de otros grupos de narcos que “pujaban por realizar la misma actividad delictiva”. También recogía que el 20 de junio de 2017, dos meses después del incidente de Bilbao, “descargó fardos” de hachís de una de las embarcaciones que el líder de los Lanas introdujo en España.
En el registro de su domicilio, en Benacazón, los agentes intervinieron un carnet militar, 6.995 euros procedentes del narcotráfico y una escopeta que figuraba como sustraída en correcto estado de funcionamiento, a pesar de que él carecía de la pertinente autorización.
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