"Méritos e infamias"

Quedarse en casa

“Este verano más de la mitad de los españoles toca a las puertas del consumo y ve que no puede pagarlo, que les obligan a volver a los años 80-90 del Summer in the City”

Un hombre recoge su sombrilla después de que saliera volando
Un hombre recoge su sombrilla después de que saliera volandoRomán RíosAgencia EFE

Hasta hace 25 años el verano llegaba con las notas y el fin de curso, y punto. Si aprobabas bastaba para pegarte tres meses en chanclas y pantalón corto correteando, sin mirar el reloj, aprovechando la vida en definitiva. Feliz. No había que entrar en aviones para aterrizar en paraísos enlatados, sólo con unos día salteados de playa y mucha caravana se tocaba el cielo El resto, calle, líos y noches eternas exprimiendo la vida, durmiendo hasta media mañana. Recuerdo que nadie se iba de vacaciones, en general, como mucho al pueblo de los abuelos, y sin traumas ni chorradas nos plantábamos en la vuelta al cole con los anuncios del Corte Inglés. A esto lo llamamos el pasado y nos jode la vida cuando llega la melancolía. La generación que hizo la Transición venía de una infancia de aceitunas y sandías enterradas en la arena, pero pasaron al pisito de la playa con la alegría de quien deja atrás las penurias y se zambulle en el consumismo sin complejos. Nosotros que crecimos con Barrio Sésamo y Goku no fuimos tan afortunados, tuvimos que conformarnos con el turismo Low Cost y pensábamos que no tendríamos más límites que los que nos marcaba Google Maps. Es decir, vivimos un instante infinito de felicidad fatua que nos ha cortado Putin, o al menos dice eso Pedro Sánchez. Este verano más de la mitad de los españoles toca a las puertas del consumo y ve que no puede pagarlo, que les obligan a volver a los años 80-90 del Summer in the City. Pier Paolo Pasolini se ha vuelto a poner de moda y es recuperado por una izquierda que no desprecia a un mártir marxista como él, que murió bajo las ruedas de un Alfa Romeo en el puerto de Ostia. Nuestro consumismo de pacotilla nos ha lanzado al lado malo de la Historia, de patrones a criados, de consumidores a víctimas. Cuando Pasolini nos hablaba del hampa en «Accatone» nos representaba a todos los que de una manera o de otra pensábamos que superamos que ese capitalismo que ahora nos limita con el precio de la luz, el gas, la gasolina y resto de popes de la Modernidad. El futuro no existía en nuestras tardes aburridas de barrio y manguerazo a discreción. Ahora es nuestro presente. Jodeos, jodámosnos!