Industria aeroespacial
Un ecosistema idóneo en Andalucía más allá de las exigencias del Gobierno
Los centros privados de formación de pilotos, de mantenimiento de aviones o los desarrollos tecnológicos contribuyen a la viabilidad de la Agencia Espacial en Sevilla
El Ministerio de Política Territorial publicó recientemente los requisitos que deben cumplir las ciudades aspirantes a albergar la sede de la Agencia Espacial Española. La disponibilidad de un espacio de unos 3.000 metros cuadrados y la existencia de una amplia red de acceso a medios públicos de transporte, especialmente tren de alta velocidad y que se encuentre a menos de una hora de un aeropuerto internacional, son algunas de las exigencias, junto a un entorno hotelero, empresarial, educativo y universitario «dinámico».
A la luz de estas cláusulas, Sevilla ocupa un puesto destacado para albergar este organismo, que tendrá un importante componente dedicado a la seguridad nacional, coordinará las actividades y las políticas nacionales sobre el espacio y será además la entidad que canalice la participación española en programas internacionales en este ámbito. La principal competidora de la capital hispalense es Madrid, aunque el Gobierno ha mostrado su intención de descentralizar los organismos públicos de nueva creación y, previsiblemente, se seguirá esta pauta en esta elección.
Sin embargo, más allá de los planteamientos del departamento que dirige Isabel Rodríguez, Andalucía, y especialmente Sevilla, cuentan con un ecosistema industrial idóneo para que la Agencia Espacial Española sea viable y tenga proyección de futuro. La Estrategia Aeroespacial de Andalucía, que comprende el marco 2019-2027, destaca que la comunidad autónoma «tiene un tejido industrial centenario, con una experiencia que se remonta a las primeras décadas del siglo pasado y, además de las líneas de montaje final, dispone de un conjunto de empresas con capacidades en las áreas de aeroestructuras, diseño y fabricación de utillaje, así como otras actividades asociadas». La principal empresa en este ámbito es Airbus, que «supone un activo fundamental para Andalucía». Cuenta con la línea de ensamblaje final del A400M, «la única de grandes aviones fuera de los polos aeronáuticos de Toulouse y Hamburgo». Esta línea constituye además «un elemento de prestigio de primer orden e identifica a la ciudad de Sevilla con la élite de esta industria».
Contribuyen positivamente a este ecosistema los centros privados de formación de pilotos comerciales de Jerez, Córdoba, Málaga y Granada, así como de helicópteros militares de Armilla (Granada). Junto a estas instalaciones destaca Pegasus Aero Group, con sede en Sevilla, un centro de enseñanza especializado en la lucha integral contra los incendios forestales.
La Estrategia Aeroespacial de Andalucía subraya también la existencia de dos centros de mantenimiento de aeronaves en el aeropuerto de Sevilla. Uno está dedicado a aviones comerciales, gestionado por Ryanair y centrado en el Boeing 737. En el otro, de Airbus Defence & Space, se mantienen aviones de transporte militar. También en Sevilla está localizada la Maestranza Aérea, una de las tres maestranzas en las que el Ejército del Aire lleva a cabo el mantenimiento de tercer escalón de sus aeronaves. Junto a ello, este estamento militar lleva a cabo tareas de mantenimiento en la línea de aviones de combate Eurofighter EF2000 en la base de Morón de la Frontera.
En el plano aeroportuario, Andalucía cuenta con la cuarta terminal por tráfico de España, la de Málaga-Costa del Sol. El aeropuerto de Sevilla se sitúa entre los diez primeros con más tráfico. Complementan la oferta los de Granada, Almería, Jerez y Córdoba, con baja intensidad. «Esto representa una fortaleza muy valiosa de cara a la posible implantación de actividades aeronáuticas distintas del mero transporte de pasajeros o mercancías», subraya la estrategia.
Otra fortaleza andaluza es el desarrollo de aplicaciones RPAS (sistemas de medios aéreos pilotados remotamente). Este sistema, del que Andalucía es pionero, se aplica en la inspección de pistas en los aeropuertos, la calibración de ayudas a la navegación o la inspección de aeronaves.
La hoja de resultados acompaña a la industria aeronáutica andaluza, a pesar de los años difíciles de la pandemia. Un total de 140 empresas integran el sector, que facturó en 2021 más de 2.000 millones de euros y generó 12.161 empleos directos. El sector contribuye con un 1,26% al PIB andaluz y lidera los ránkings de exportación. Las previsiones para este año son buenas, con una recuperación «importante» de los vuelos nacionales e internacionales.
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