Entrevista

Luz Gabás: «Quizá algún día podría tener pereza, pero nunca he tenido miedo a escribir»

En «Lejos de Luisiana» pasea por la historia más desconocida de España en Norteamérica

Luz Gabás, ganador del Premio Planeta 2022
Luz Gabás, ganador del Premio Planeta 2022Kiko HurtadoKiko Hurtado

Ganar el Premio Planeta llega a ser «abrumador» incluso para una escritora de éxito como Luz Gabás. Pertenecer al selecto grupo de autores que lo han recibido «implica una gran responsabilidad» para ella, al mismo tiempo que un «honor». «Todavía hay días que me levanto y me sonrío porque no me lo creo», dice. Su excelente novela «Lejos de Luisiana» tiene la culpa.

¿Por qué nos gusta tanto la novela histórica?

Porque realiza una gran labor. Tiene ese punto divulgativo. Los lectores somos curiosos y una novela histórica es una herramienta muy útil porque te enseña al mismo tiempo que te entretiene. Nos presenta la historia de una manera amena y capta a lectores jóvenes.

Y con el gancho de una historia de amor...

Todas las novelas tienen historias de amor las escriba quien las escriba y ya sea ambientada en Grecia o la Edad Media. Es una estrategia narrativa, pues tienes que articular la historia de alguna manera que resulte amena.

¿Qué fue antes la historia de amor de «Lejos de Luisiana» o la investigación histórica?

Surgen a la vez, tengo un pálpito y sobre eso construyo la historia de los personajes y busco el contexto sobre el que poder desarrollar esa idea. En este caso, tenía claro que el amor y la esperanza tenían que proporcionar alivio a los personajes y al lector, porque el contexto es difícil, muy difícil.

¿Qué es lo más complicado del proceso?

Yo me ponía en la piel de la protagonista que empieza siendo niña, que vive en un entorno que ella cree inamovible y, de repente, todo cambia. El territorio ya no es francés y pasa a ser español. Toda su vida va atravesando grandes momentos históricos. Por eso quise que fuese ese contexto, en esos cuarenta años que España poseyó el corazón de Norteamérica. No tenía que buscar la aventura, la aventura me encontraba a mí en los libros. Viví en EEUU un año y siempre me ha intrigado la parte de la historia que tiene que ver con la presencia de españoles. California es más conocida pero de la historia de Luisiana se sabe poco.

¿Cómo lo hizo?

Leyendo libros de historia, archivos... La Asociación Histórica de Luisiana tiene muchísimos artículos sobre ese periodo. Si no supiese inglés no habría podido escribir esta novela.

¿Cuánto tiempo lleva escribir un libro así?

Casi cuatro años. Me tuve que remontar a la guerra de los siete años o a Franco India que la llaman. Cuando acaba esa guerra, en 1763, es cuando empieza mi novela y abarca hasta 1803, cuando España deja de estar allí.

¿Qué es lo que atrae al lector de los personajes?

Como en todas mis novelas, creo que se sienten identificados. Como lectora me gusta preguntarme qué haría si estuviese en su situación. Me gusta que digan que los comprenden, que son verosímiles y que emocionan. Hay tantos personajes en esta novela y pasan tantas cosas que el lector siempre encuentra algo cercano.

¿Ha sentido miedo a escribir alguna vez?

Yo no me siento a ver qué se me ocurre. Cuando me siento a redactar una novela, prácticamente está en mi cabeza. Pienso qué quiero decir, qué quiero transmitir y cómo lo voy a hacer. Todo ese diálogo interior es anterior a sentarse a escribir. No tengo miedo. Llevo ya cinco libros. Podría tener algún día pereza, pero miedo no. Cuando te sientas a escribir hay unos meses malos por delante que llegan a ser obsesivos. Tampoco hay que pensar tanto en el lector, pienso en mí como lectora y cómo querría que me contaran la historia.

¿Se está alejando la sociedad de los libros?

La pandemia ha fomentado muchísimo la lectura. La gente se cansó de ver series, de mirar las redes sociales o ver noticias tristes y se ha reenganchado. La literatura es aprendizaje, es reflexión y es evasión. La literatura existe porque la vida no basta, decía Pessoa.

¿Cómo contarán la historia que vivimos hoy?

Somos tantos y tan variados que será una fuente inagotable de historias. Nos verán como la primera generación muy, muy tecnológica. Y aunque cada generación crea su discurso rompedor, nos verán tan antiguos como vemos nosotros ahora el siglo XVIII.

¿Ha olvidado su etapa política?

Fue hace mucho. Estuve una legislatura –de 2011 a 2015– y se acabó. Fui alcaldesa de mi pueblo. Los medios le han dado una importancia que no tiene. Fue una casualidad. Mi tía había sido una de las cinco primeras alcaldesas de España y en mi casa siempre se había hablado de todo.

¿Qué supuso para usted?

Muchísimo trabajo. Es complicado, parece que tienes que saber de todo. y cuadrar un presupuesto, que es lo peor. Ese fue el resumen de la alcaldía: cuadrar el presupuesto. Que haya dinero para todo lo que hay que hacer.

¿Y tenía tiempo para escribir?

Yo había escrito «Palmeras en la nieve» y fue todo a la vez. ¡Cómo iba a imaginar que iba a tener tanto éxito! Yo seguía con mi vida. Lo que hice fue mantener muy separado la parte literaria de la de alcaldesa. Siendo alcaldesa escribí la segunda novela, «Regreso a tu piel», por las noches. Cuando los críos dormían me ponía delante del ordenador de diez a tres de la mañana. En aquella época dormí muy poco. Y todo con el impagable e increíble apoyo de mi marido.

¿No echa de menos la política?

No, no. Yo encontré mi camino tarde, pero lo encontré. Con la novela histórica vamos al pasado y dialogamos con nuestro presente. Cualquier tiempo pasado siempre fue peor, al menos en condiciones de vida y bienestar social. No hay debate. Pero los entresijos políticos son fascinantes, sobre todo el siglo XIX.