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González Pons: “Lo deseable sería que la izquierda y la derecha volvieran a tender puentes”

El político y escritor presenta su libro ‘El escaño de Satanás’ en medio de una coyuntura política en la que la realidad a veces supera la ficción

González Pons, con su último libro "El escaño de Satanás"
González Pons, con su último libro "El escaño de Satanás"Kiko HurtadoLa Razón

La frenética agenda de Esteban González Pons no es obstáculo para atender con suma amabilidad a LA RAZÓN y charlar sobre su libro ‘El escaño de Satanás’. Roba horas al sueño cada día para cumplir con su trabajo de europarlamentario en Bruselas, atender sus funciones en el Partido Popular desde la capital de España, compartir algún momento con su familia en Valencia y, además, realizar la campaña de promoción de su quinta obra literaria.

¿Ha perdonado ya a Mariano Rajoy que destripara la novela en la presentación?

Mariano contó parte de la trama política, pero no la histórica, ni la del terror, ni lo que se descubre sobre el Congreso de los Diputados. Creo que lo que hizo fue un buen tráiler de esta novela.

¿Tuvo que hacer alguna entrevista con el vampiro para escribirla?

He recorrido los sótanos del Congreso de los Diputados y también el espacio que hay entre el tejado y el techo del hemiciclo como si buscara al fantasma de la ópera para descubrir cualquier lugar en el que el vampiro pudiera esconderse y para llegar hasta el punto en el que están las catacumbas que hay debajo.

El libro arranca con un diputado socialista devorado. ¿Le han hecho algún comentario?

No, pero luego son devorados diputados de todos los partidos políticos. Lo que más me han reprochado mis compañeros es que en el libro se desvela el tipo de vida que viven los diputados en Madrid y andan preocupados porque lo lean sus mujeres y maridos.

¿Cuánto tiempo se puede aguantar ese ritmo?

La vida del diputado de provincias en el Congreso tiene algo de vida en colegio mayor, de vida universitaria. Viven una especie de ‘erasmus político’. El que pueda que lo alargue toda la vida.

¿La realidad puede llegar a superar la ficción?

Cuando se terminó este libro, mi editora y yo pensamos que había ido demasiado lejos. Después, muchas de las cosas que en el libro se cuentan se han ido cumpliendo. Mi conclusión, después de un año que lleva escrito antes de publicarse, es que en la España de hoy las distopías se cumplen.

¿El Congreso es en la actualidad la casa del terror?

En la película ‘Poltergeist’ la casa está encantada por encontrarse sobre un cementerio indio. El Congreso de los Diputados está construido sobre un cementerio del siglo XVI y XVII, por lo tanto tiene tantos motivos para ser una casa misteriosa como ‘Poltergeist’. Visto desde la calle Cedaceros al atardecer tiene todo el aspecto de una mansión terrorífica. No querría quedarme encerrado una noche a solas en ese palacio porque estoy seguro de que hay fantasmas.

Usted dice en el libro que al final siempre ganan los buenos, ¿no hay término medio?

La inmensa mayoría de los políticos son buenos, la que es mala es la política. Los políticos son buenas personas encerrados en un espacio perverso que es el de la política. Lo que sucede es que de la política también salen las buenas cosas de las que disfrutamos como las pensiones, la educación o los derechos. Puede decirse que a través del mal político se alcanza el bien político. Por eso digo en el libro que a Dios se llega en política por Satanás.

Si los monstruos no vienen de los extremos, sólo habría que aplicar lógica...

Somos la primera generación de españoles desde que los romanos llegaron a la Península Ibérica que no ha conocido una guerra. Y somos la primera generación de españoles desde la batalla de Trafalgar que no ha conocido una guerra civil. Porque somos la primera generación que fue capaz de tender puentes en el centro. En la política española, los monstruos no vienen ni de la extrema derecha ni de la extrema izquierda, los propicia el centro político cuando desaparece. Se abre un pozo que llega al infierno y de ahí salen vampiros. Si quisiéramos que España tuviera un futuro razonable, lo primero que tendríamos que hacer es volver a tender puentes entre la derecha y la izquierda. Es lo deseable. El día que definitivamente se separen se apagará la luz de la Constitución del 78.

¿Si tuviera hoy que volver a escribir el libro cambiaría mucho?

No, tendría que aumentar las exageraciones porque la realidad me ha superado. El capítulo en el que se cuenta una invasión del Congreso por personajes estrafalarios y frikis estaba iniciado antes de que se prudujera la invasión del Capitolio en EEUU y tuve que adaptarlo para no quedarme corto con lo que acababa de ocurrir con los «trumpistas» en América.

¿Se ha distorsionado más el periodismo que la política?

Periodistas y políticos hemos vivido la devaluación que nos han impuesto las redes sociales. Los periodistas se han convertido en profesionales que trabajan solo para las personas que tienen más de 35 años y los políticos nos estamos convirtiendo en representantes solo de las personas que tienen más de 35 años. Por debajo de esa edad es difícil encontrar un ciudadano que se deje guiar por los medios de comunicación o que se sienta representado por los políticos tradicionales. Tenemos que hacer un esfuerzo unos y otros para adaptar la democracia representativa al tiempo de Twitter, Tik-tok e Enstragram. Ahora bien, en el libro los periodistas aparecen como habitantes de la burbuja en la que vivimos los políticos y tienen relaciones afectivas, de odio, nacen, viven, se reproducen y mueren juntos. Los políticos tienen Twitter para llegar a los más jóvenes y los periodistas lo utilizan para llegar a los nuevos lectores, pero ni una cosa ni otra es política o periodismo.

¿Quién es satanás hoy en el Congreso?

Satanás es satanás, tiene su propio escaño, no es nadie. Es un diputado más y tiene escaño como lo tiene Dios. Unas veces gana uno y otras el otro, pero en un Parlamento tan cainita como el nuestro es obvio que desde que comenzó esto satanás siempre tuvo un escaño.

¿Se podría decir que estamos más cerca del infierno que del cielo en la actualidad?

Se puede decir que la grieta que separa a la izquierda de la derecha se ha abierto y que los vampiros y los demonios de la política española están empezando a asomar la cabeza.

¿Cómo va a acabar el conflicto del Constitucional?

Las próximas elecciones generales podrían llevar a que se cerrar el pozo que se ha abierto y que conduce al infierno en el Congreso de los Diputados, y que volviéramos a convivir izquierda y derecha, o al contrario, podría hacer que se pozo se ensanchara más. Yo apuesto por Núñez Feijóo como nuevo presidente del Gobierno porque creo que él va a ser un presidente de concordia, diálogo y consenso. Feijóo va a ser un presidente moderno con las virtudes antiguas de la transición.

¿Cómo percibe que está siendo acogido el libro?

Esta vez por fin estoy consiguiendo ser visto como un escritor, como un escritor que hace política, y no como antes que siempre fue visto como un político que escribía. Agradezco que se me trate como un escritor porque después de cinco libros ya me he ganado ese derecho. Y lo segundo es que está gustando más de lo que me esperaba. Al que lo está leyendo le está divirtiendo mucho y espero que en Sevilla tenga un plus de reconocimiento dado que mi protagonista es una diputada sevillana de la calle Corona y Sierpes, del partido EleEle, que es el antiguo Ciudadanos.

¿Cómo se ve a España desde Bruselas con todo lo que se está viviendo?

Desde Bruselas, España sigue siendo ese país europeo tan original, tan incomprensible. No se entiende en Bruselas que una democracia tan consolidada esté presentando conflictos de democracia insegura e incierta como húngaros o polacos. Hasta ahora había dudas sobre la economía española, pero no sobre la política. En los últimos meses en Bruselas se ha encendido la luz roja sobre la política española y el miedo a que derive en una democracia iliberal como la húngara o la polaca. Da miedo que piensen eso de nosotros.