Medio Ambiente

Almería, el desierto sin restricciones frente a la «sequía estructural»

La provincia no prevé cortes de suministro y cuenta con recursos para afrontar la campaña agrícola pese a las necesidades hídricas

El pantano de Benínar
El pantano de BenínarLa RazónLa Razón

La sequía extrema y las altas temperaturas están obligando a restricciones de agua por todo el país, pero no será así en la provincia más desértica de Europa y que mayor déficit hídrico presenta en Andalucía. Municipios de Huelva, Málaga, Granada o Córdoba ya están tomando medidas ante un estrés hídrico que amenaza al consumo doméstico y también a las nuevas cosechas. Sin ir más lejos, la sequía ha obligado a cancelar el Festival Holi Colours en Rincón de la Victoria y los agricultores de Jaén luchan por mantener las colmenas ante una cosecha «casi inexistente» por la falta de flores. Sin embargo, Almería respira aún tranquila tras la primavera más húmeda de su historia. «Lo que es agosto, este otoño y la campaña agrícola que empieza están asegurados a nivel hídrico», señala José Antonio Fernández, presidente de la Federación de Regantes de Almería (Feral), quien explica que «tenemos 14 hm. cúbicos de agua en la presa de Benínar y unos 36 en el pantano de Cuevas Almanzora. Es una cantidad de agua acumulada muy pequeña, pero mucho más de lo habitual en estas fechas. No va a ser un factor limitante para que deje de plantarse ni una sola finca de invernadero en Almería».

El agua no limita «para que deje de plantarse ni una finca de invernadero», según los regantes

La provincia almeriense nunca ha tenido agua. Con el 3,74 % de las reservas regionales según el diagnóstico más reciente realizado por la Asociación de Empresarios del Sur de España, se sitúa en la última posición en cuanto a disponibilidad hídrica en Andalucía. La sequía afecta a Almería de forma estructural y se calcula en hasta 200 hectómetros cúbicos el déficit anual. Sin embargo, «gracias al esfuerzo que hemos hecho las comunidades de regantes y los agricultores, con más de 50 años desde el primer riego por goteo y optimizando cada gota, somos punteros en el mundo entero en ahorro de este preciado bien», apuntan desde Feral. La escasez y el alto precio de este recurso ha disparado la innovación y el desarrollo tecnológico para optimizar su consumo: «Pagamos el agua más cara. Mientras que en el resto de España el 75% procede de escorrentías y pagan entre 60 y 80 euros por hectárea y año, aquí pagamos 3.000», explica Fernández. Una situación que no ha impedido que Almería sea reconocida como la «huerta de Europa», con sus más de 30 mil hectáreas de cultivo de invernadero, a las que se sumarían explotaciones al aire libre, como la de lechugas, en la comarca del Almanzora. Pero ni sacando el máximo partido a cada litro, el «milagro» sería posible sin la existencia de acuíferos subterráneos y las provisiones de agua desalada, para la que se alcanzó un «justiprecio» de 50 céntimos por metro cúbico ante el desmesurado incremento del coste de la energía necesaria para su disposición. «Estamos respetando los acuíferos y el objetivo es extraer menos de lo que entra. Por eso tenemos las desaladoras de Balerma y Carboneras funcionando al 100% y reivindicamos la construcción de otras nuevas. En el Almanzora van a construir una los propios regantes y con ejemplos así, pensamos que hemos demostrado que sabemos hacer las cosas. En Almería no pretendemos, no sabemos, despilfarrar el agua».

Se calcula en hasta 200 hectómetros cúbicos el déficit anual del líquido elemento en Almería

Almería no desprecia ningún caudal alternativo y los agricultores esperan la llegada de la solidaridad con la ampliación de trasvases como el del Tajo-Segura, ante las necesidades de abastecimiento de 150.000 almerienses y unas 23.000 hectáreas de cultivos. También con la utilización de aguas depuradas para alcanzar la «garantía hídrica» que demanda, además, la consejera de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural, Carmen Crespo. La Junta ha ejecutado en tres años hasta 173 millones en obras hidráulicas, «mientras que el Gobierno de España no ha comenzado ninguna. La política de aguas estatal lastra el crecimiento de la provincia», sentenció Carmen Crespo. Pero el nuevo marco, con el cambio climático y la alternancia de «periodos extraordinarios de lluvia y otros de extrema sequía», que apunta el presidente de Acuíferos Vivos, José María Calaforra, obligan a cuestionar las tradicionales planificaciones hidrológicas. «Tenemos grandes pendientes de llenado y de vaciado en los pozos, lo que hace que dependamos de recursos extremos».

Invernaderos en El Ejido, Almería.
Invernaderos en El Ejido, Almería.larazon

Así, con casi 50 hectómetros cúbicos de agua embalsada, sólo un 21,8% de su capacidad total, pero cerca de doble de la media en la última década, Almería se encuentra en una posición de privilegio respecto a otras regiones mucho más lluviosas. Dicen que el que menos tiene es también el que menos necesita y el extremo se cumple en una provincia que sigue sin presentar problemas tampoco en el uso doméstico, sin cortes de suministro en ninguno de sus 103 municipios y duchas instaladas en todo su litoral que no dejan de funcionar ni para los locales ni para el 75% de ocupación turística prevista este agosto.