Mesa Redonda de LA RAZÓN
El aluminio, un actor «clave» para el futuro de la arquitectura
Tres expertos del sector abordan los retos de un metal que vuelve a ganar protagonismo gracias a la transición ecológica
En un momento en el que la innovación en sostenibilidad ha pasado de ser una moda a convertirse en una necesidad, el periódico LA RAZÓN, en colaboración con Aluminios Galisur, ha organizado la mesa redonda que lleva por nombre «El uso del aluminio en la arquitectura sostenible». El evento reunió este 20 de noviembre a diferentes figuras del sector y arquitectos de toda Andalucía para discutir sobre el impacto y el potencial del aluminio en la planificación y desarrollo de entornos urbanos modernos y sostenibles.
La mesa contó con la participación de Jesús López, director de Aluminios Galisur y Proylac Extrusión; José Manuel Mota, director técnico de Lacado de la Asociación Española del Aluminio (AEA); y Gaspar Fernández, director de GIA, una empresa afincada en Albacete que proporciona soluciones de ingeniería a extruidores.
En la búsqueda de soluciones para una construcción sostenible, el aluminio emerge como protagonista clave. Según la Asociación Europea del Aluminio, es el «metal base no ferroso más utilizado a nivel mundial» debido a su combinación única de propiedades que permite su uso en cualquier tipo de construcción y le otorga un papel estratégico en la transición ecológica. El presidente de Aluminios Galisur resaltó estas cualidades y mencionó otras características como su versatilidad en el diseño, pudiendo ser extruido en una gran variedad de formas y tamaños; su utilización en sistemas de aislamiento con rotura térmica; la resistencia y durabilidad del material; o la utilización de energías limpias en la producción del aluminio.
Al hilo de lo que comentó López, la durabilidad es uno de los atributos más valorado del aluminio porque contribuye directamente a la longevidad de las construcciones y a la reducción del mantenimiento. El director técnico de Lacado de la AEA añadió que esta propiedad «ayuda a reducir los costos de mantenimiento» a largo plazo si se compara con otros materiales como el PVC. De la misma forma, aseguró que la vida del aluminio es «infinita» y cien por cien reciclable. «Para producir aluminio reciclado se necesita un 95 por ciento menos de energía que la que se utiliza para producir aluminio primario», aseguró Mota, para explicar después que «se puede reciclar infinitas veces sin perder ninguna de sus propiedades». Al respecto, la Asociación del Aluminio destaca también que este material es ligero, fuerte y reciclable de forma indefinida, situándolo como uno de los materiales más sostenibles del mundo y un elemento fundamental para alcanzar las metas climáticas de la industria. Este consenso entre los expertos demuestra que el aluminio es beneficioso tanto para la sostenibilidad ambiental como para la económica, al reducir costos y fomentar prácticas de construcción más duraderas y menos demandantes en recursos.
Asimismo, todos los ponentes afirmaron que el aluminio es uno de los metales «más ecológicos» para la construcción, desmintiendo el mito de que los metales no son ambientalmente amigables. Su capacidad de reciclaje –una de las principales características que ofrece– es crucial para la sostenibilidad. Esta perspectiva fue reforzada por el director de GIA, que argumentó que el aluminio es sostenible «tanto en el proceso de fabricación como en su capacidad de reciclaje», ofreciendo una ventaja sustancial sobre otros materiales.
Regulación europea
La Unión Europea está comprometida con la economía circular, donde el reciclaje del aluminio desempeña un papel estratégico. Según la propuesta de revisión del reglamento de envíos de residuos de la Comisión Europea, lo que se busca es un equilibrio en las exportaciones de chatarra fuera de la UE y simplificar los envíos dentro de ella, lo cual es vital para asegurar el suministro continuo de aluminio reciclado (posconsumo) y maximizar la contribución del sector al «Green Deal» de la UE. En este sentido, European Aluminium (el sector del aluminio a nivel europeo) elaboró el «Plan de Acción del Aluminio Circular», que tiene como objetivo garantizar que todos los productos de aluminio, al final de su vida útil, sean recogidos y sean reciclados de manera eficiente dentro de Europa, un compromiso que también adquirió la AEA. En este sentido, Fernández señaló que «para 2050 todo el aluminio debe ser reciclado», lo cual resuena con los objetivos sostenibles de la UE, que buscan mejorar la calidad del material reciclado para su reutilización en aplicaciones de alta calidad. Al respecto, López destacó que, con la innovación actual, «se puede reciclar el cien por cien del aluminio con un coste energético muy bajo».
En el ecuador del evento, Mota subrayó que, aunque nuestro país tiene un largo camino por recorrer para normalizar el uso del aluminio al nivel de países como Alemania, es esencial apostar por el aluminio de calidad producido España. «El aluminio de países de fuera de la UE son de peor calidad porque los procesos de fundición no son rigurosos, cuentan con un tratamiento de homogenización que no suele ser correcto y a nivel medioambiental no cumplen con ninguna de las normativas europeas», espetó el director técnico de lacado de la AEA. Reforzando esta visión, volvió a apoyar la afirmación de que el aluminio, a diferencia del PVC, es «infinitamente reciclable» y contribuye a la reducción del consumo energético en un 95% comparado con la producción de aluminio primario. Respecto a las propiedades del material, la Asociación del Aluminio destaca que este metal no solo contribuye a la eficiencia energética de las edificaciones, sino que también respalda una economía circular. Con un contenido reciclado que supera varias veces al de otros materiales, el aluminio demuestra su superioridad en el ciclo de vida y en la reducción del consumo energético.
La innovación tecnológica en la aleación y tratamiento del aluminio está impulsando su aplicación en la arquitectura sostenible. El mundo de la producción de aluminio y sus aleaciones ha mostrado un aumento significativo, diversificando su uso en la industria de la construcción, pero también en otros sectores como el automovilístico, aeronáutico o tecnológico. La propiedad central del aluminio es su baja densidad y sus características específicas en comparación con otros materiales, lo que contribuye a una importante reducción en el consumo de energía y las emisiones de CO2. Los avances en la fabricación aditiva permiten personalizar aún más la microestructura de las aleaciones y diseñar nuevas combinaciones. López, durante su intervención, detalló cómo Galisur utiliza tecnología avanzada para el tratamiento de superficies y la producción de series de aluminio que ofrecen soluciones tanto en eficiencia energética como en la parte estética. La empresa dispone de plantas especializadas en el tratamiento y lacado del aluminio, lo que da como resultado perfiles con propiedades mejoradas, mayor resistencia a la corrosión y durabilidad, atributos esenciales para la construcción sostenible.
En otro orden de cosas, también se abordó la irrupción del PVC en el sector de la construcción. Al hilo de esta afirmación, se lanzó la pregunta de si la sociedad está plenamente informada sobre las propiedades sostenibles del aluminio y los beneficios que aporta. La respuesta fue negativa. Los ponentes explicaron que es esencial fomentar el intercambio de conocimiento con la sociedad y los profesionales. Fernández apoyó esta visión, destacando el valor de formatos como el de esta mesa redonda que permiten intercambiar información «para explorar las necesidades de uno y las bondades de otro» con el fin de buscar soluciones, innovación y nuevas aplicaciones.
La industria europea del aluminio ha reducido la intensidad de carbono de la producción de aluminio primario en un 50% desde 1990, según señala asociación «European Aluminium». Además, la industria se ha comprometido a alcanzar la neutralidad de carbono para el año 2050, lo que destaca su implicación en el desarrollo de prácticas de producción más sostenibles y su contribución a los objetivos climáticos fijados en cada país. Estos datos, sin embargo, no siempre llegan al conocimiento público, lo que resalta la necesidad de educar y fomentar el diálogo sobre la sostenibilidad inherente al aluminio y su impacto positivo en la arquitectura sostenible.
La mesa redonda organizada por LA RAZÓN y Galisur sirvió para impulsar las virtudes del aluminio en la arquitectura sostenible. Los expertos destacaron que, mientras que otros materiales han predominado en la construcción por su bajo costo, el aluminio ofrece beneficios superiores en sostenibilidad y diseño. Su capacidad para ser moldeado de cualquier forma y su contribución a la eficiencia energética lo convierten en un material idóneo para las demandas de la construcción actual.
El aluminio es un material del presente y la piedra angular para las estructuras del futuro. Los ponentes destacaron que, al apoyar su uso, se invierte en un legado sostenible para las generaciones futuras y que los arquitectos «necesitarán» incorporar este metal en las edificaciones si quieren alcanzar las mayores cuotas de sostenibilidad. Además, este encuentro puso de manifiesto la necesidad de una mayor concienciación pública sobre las ventajas del aluminio, promoviendo intercambios de conocimiento que pueden inspirar a arquitectos y constructores a optar por este material.
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