Electoralismo del PSOE

Los desaires de Ribera y su dudoso ecologismo

En la sociedad andaluza cala mucho más el mensaje de Moreno con hechos probados tras cuatro años de gestión hídrica: "la sequía es ruina"

Ribera, en Sevilla
Ribera, en SevillaAgencia EFE

Casi al mismo tiempo, ayer, «la santa trinidad» compuesta por el PSOE-A, el Gobierno de Pedro Sánchez y los grupos ecologistas, se ponían de acuerdo para atacar al Gobierno andaluz por la proposición de ley de regulación de regadíos en el Condado de Huelva. El mantra no dio resultado el 28M pero ellos insisten erre que erre: Doñana se seca por culpa de Juanma Moreno, un «gamberro», un «terrorista ecológico», un «señorito» y desde ayer la «quintaesencia del cinismo» y un «mentiroso», según la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera; Doñana se seca porque hasta la NASA, según la portavoz socialista de la comisión de Sostenibilidad, Encarnación Díaz, se ha leído una norma que no ha sido siquiera aprobada; y Doñana se seca porque los conservacionistas han recogido 260.000 firmas contra una proposición de ley que es una «amenaza» para el parque nacional. Han acudido a Bruselas para frenar una ley que dice que se hagan las obras hidráulicas que permitan llevar agua en superficie a la zona, pero no han pedido apoyos ni se han reunido con el comisario Sinkevicius, como la lógica dictaría, para pedir el cierre de los pozos legales e ilegales que «tiran» del acuífero en la actualidad por falta de ejecución de las infraestructuras.

Doñana no se seca por la sequía, ni porque el PSOE-A regularizó más del 90% de las fincas de frutos rojos y castigó de forma arbitraria a un 10% que hoy son criminalizados; tampoco se seca por el cambio climático; ni porque Matalascañas bebe de los recursos del humedal más grande de Europa. Doñana se seca por 800 hectáreas que no están en uso actualmente y por la inacción de la Junta de Andalucía desde 2019, «sólo» desde ese año, claro está. La sentencia de 2021 del Tribunal de la Unión Europea que recae sobre España, ¿también es culpa de la proposición de ley? Obviamente, no. Y la ironía de este texto no puede esconder una realidad imposible de rebatir: Doñana se seca. Eso nadie lo duda. Lo que algunos se preguntan, como hizo el portavoz del Gobierno andaluz, es por qué el PSOE lo llama «ecologismo» cuando quiere decir «electoralismo».

Frente al discurso del insulto, la descalificación y las medias verdades, la amplia mayoría de la sociedad andaluza ha preferido quedarse con otro mensaje: «la sequía es sinónimo de ruina». Y esa ruina, además, no es la de los más ricos, sino la de miles y miles de pequeños agricultores que en Andalucía pueblan los municipios y evitan la despoblación que sí existe en otros puntos de España. Es la propuesta de Juanma Moreno, que hace solo unos días invitaba al líder de la oposición a sacar de la contienda política la polémica de Doñana, el mismo que se mantiene abierto a buscar alternativas viables a la incómoda ley que el PP ha prometido en su programa electoral, y quien lleva cuatro años movilizando 1.500 millones de euros para paliar la falta de infraestructuras hidráulicas heredada, ejecutando por todos los rincones de la comunidad obras de depuración de aguas o declarando de emergencia numerosas instalaciones para el abastecimiento de la población.

Ribera visitó ayer Sevilla para intervenir en el acto de inauguración del foro Climate Action Sevilla Summit. «Juanma Moreno es la quintaesencia del cinismo. A mí me engañó el año pasado, evidentemente ya no me puede engañar porque me mintió el año anterior», dijo. A su juicio, hay que «reducir las presiones» sobre el espacio natural y «lo que corresponde no es esquilmar el parque sino concentrarse para reducir las presiones sobre Doñana y crear alternativas a gente que, lógicamente, aspira a vivir en la zona en la que lo ha hecho siempre y también a tener unas condiciones de vida que les permitan llevar un sueldo a su casa». Ribera se olvida de aquellos a los que de forma arbitraria se quedaron sin poder cultivar sus tierras. Y siguió atacando a Moreno: «En lugar de pedir tanto, que se arremangue, se ponga a trabajar y se tome en serio el ejercicio de sus responsabilidades en lugar de dedicarse a hacer declaraciones un poco superficiales, poco meditadas, poco pensadas y poco coherentes con lo que le indica la comunidad científica, la de investigación y los expertos, a los que ignora sistemáticamente».

Moreno respondió sin nombrarla en una jornada organizada por la Universidad CEU San Pablo: «No me gustan los planteamientos sectarios o excluyentes, ni que cuando un miembro del Gobierno central viene a Andalucía lo utilice no para proponer soluciones, sino para insultar. No es razonable ni sensato ni oportuno ni aporta absolutamente nada ni a la vida pública ni a los problemas que tenemos encima de la mesa».

La Junta pedirá al nuevo Gobierno reprogramar los fondos europeos

La honda preocupación del presidente de la Junta, Juanma Moreno, por la sequía le llevará a pedir al nuevo Gobierno que salga de las urnas el 23J una reprogramación de los fondos europeos para invertir en un plan estratégico de obras hidráulicas que permita planificar a medio y corto plazo el futuro. Moreno califica la materia hídrica como una cuestión de Estado, pues si en 2024 llueve lo mismo que este 2023, el PIB podría caer entre 5 y 7 puntos, con un impacto laboral de hasta unos 145.000 empleos menos, según algunos estudios. Así lo manifestó ayer en la jornada «Agua, Agricultura y Sostenibilidad» de la Universidad CEU San Pablo. Precisamente, ayer la consejera de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural, Carmen Crespo, se reunió con el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, para abordar la necesidad de aportar una «mayor celeridad» para que se inicien, cuanto antes, los proyectos de desalación que, a petición de Andalucía, se han incluido en el Decreto de Sequía del ejecutivo central. Se trata de las futuras desaladoras de Costa del Sol Oriental-Axarquía y Bajo Almanzora II.