"El bloc"

Dios salve al Turismo

"En la campaña electoral, los principales partidos podrán agitar la afiliación récord a la Seguridad Social registrada en abril"

La Semana Santa atrajo a miles de turistas a Andalucía en abril
La Semana Santa atrajo a miles de turistas a Andalucía en abrilJoaquin CorcheroEuropa Press

La Transición es un periodo profusamente estudiado, aunque los más curiosos aún demandarán el desvelamiento de algunos misterios que pertenecen a la siempre interesante intrahistoria. Por ejemplo, ¿a qué avezado legislador debemos la fijación de mayo para las elecciones locales? Ya en las hiperinflacionistas postrimerías de los setenta, gracias a los desvelos de Fraga Iribarne en la década anterior, se sabía que en la primavera estallaban las jacarandas y florecían también los datos macroeconómicos de una España –no digamos Andalucía– que transitaba convencida la senda hacia el monocultivo del turismo. En la campaña electoral que comienza en la medianoche del viernes próximo, los principales partidos podrán agitar la afiliación récord a la Seguridad Social registrada en abril, ese empleo estacional galvanizado por la hostelería y vitaminado por Semana Santa con todos los corolarios festivos: por aquí, y sin ánimo de ser exhaustivo, las calores que adelantan la temporada de playa, las ferias de Sevilla y Jerez, los patios cordobeses, la reciente romería de la Virgen de la Cabeza o esos grandes eventos deportivos –del Gran Premio motociclista a la final de la Copa del Rey– que constituyen el legado del malogrado Javier Imbroda. El jueves, nada más publicarse el dato, Moreno (PP) y Espadas (PSOE) se apresuraron a adjudicárselo, mientras que la zurdera más extrema dudaba entre reivindicar a la ministra de Trabajo o profundizar en su deriva peronista de subsidios para todos a cambio de nada. A todos conviene la invasión de visitantes, o sea, porque el votante con la panza vacía es capaz de cualquier cosa y porque las migajas de la prosperidad alimentan incluso a quienes debelan este modelo económico. ¿O quién cree el opinador indigenista que paga su nómina?