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Medio ambiente

Doñana: del consenso al daño «irreversible»

El deslinde enfrenta a ecologistas y Junta con el Gobierno, una medida que «contradice claramente las evidencias científicas»

La marisma en el entorno del Parque Nacional de Doñana EPEP

Doñana es un espacio con un alto valor medioambiental, aunque está sometido a múltiples amenazas. Algunas de ellas provienen del propio medio natural, como las altas temperaturas y las continuadas sequías. Otras las provoca el hombre, como la explotación de un entorno con una rica biodiversidad. El año 2023 marcó un hito en la historia reciente del parque nacional, cuando el Gobierno Central y la Junta de Andalucía pactaron una serie de medidas para poner fin al conflicto sobre los regadíos en las explotaciones de la corona norte. El acuerdo ahondaba en la protección de la zona y solucionaba el problema de los agricultores afectados por la prohibición de regar en ciertas zonas. El consenso fue posible, aunque recientemente los agricultores han alertado de la tardanza en la concesión de las ayudas anunciadas.

Sin embargo, las amenazas continúan. La más reciente tiene que ver con el deslinde del dominio público marítimo-terrestre de las marismas de este entorno, impulsado por el Gobierno y publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE). El Ejecutivo tiene en contra a todos, desde los ecologistas hasta la Junta de Andalucía, un rechazo expresado recientemente en el Consejo de Participación de Doñana. Ahora, la organización WWF ha enviado cartas a la Unesco, la Secretaría del Convenio de Ramsar y a la Comisión Europea en las que informa a estos organismos internacionales del «gravísimo e irreversible» impacto de esta medida sobre los ecosistemas marismeños.

Según el colectivo ecologista, el deslinde «contradice claramente las abundantes evidencias científicas existentes sobre el carácter de marisma de agua dulce de Doñana» y pide a estas instituciones «colaboración para revertir esta decisión» porque «supone una amenaza». Con esta medida, la actual marisma pluvio-fluvial de Doñana «pasaría a considerarse marisma mareal, con las graves consecuencias que ello tendría para la conservación de los hábitats y especies protegidas del espacio».

De este modo, en la carta, WWF critica «la falta de base científica, una preocupación compartida con otros organismos del Estado como la Estación Biológica de Doñana (CSIC) o la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, y también organismos regionales como la Junta de Andalucía y la dirección del Espacio Natural de Doñana».

De hecho, la entidad asegura que todos ellos han alegado en contra de los criterios establecidos para el deslinde por la Dirección General de Costas y el Mar, organismo perteneciente al Ministerio de Transición Ecológica del Gobierno. «Y es una preocupación apoyada prácticamente por la totalidad de los miembros del Consejo de Participación del Espacio Natural de Doñana que votaron el pasado 16 de octubre una resolución informando negativamente sobre este deslinde».

Lo que para la Dirección General de Costas y el Mar es «un mero acto administrativo» para clasificar estos suelos como propiedad del Estado al considerarlos dominio público marítimo-terrestre, «en realidad, supone un cambio de paradigma en la visión y gestión de Doñana, declarado Parque Nacional en 1969 por sus valores ambientales como humedal de agua dulce».

En este sentido, el deslinde considera que «dos tercios de la marisma de Doñana no es un humedal de agua dulce, sino una marisma mareal, inundable» y que si esta inundación no se produce es «por obstáculos antrópicos que, según la Ley de Costas, deberán ser eliminados».

Por ello, a juicio de WWF, esta decisión administrativa «obliga a partir de ahora a todas las administraciones a actuar en el sentido que indica la Ley de Costas española y restaurar lo que el Ministerio ha declarado como marismas mareales de Doñana», lo que en la práctica «significaría la desaparición de los actuales humedales de agua dulce afectados por esta decisión».

Sobre este asunto se pronunció recientemente la consejera de Sostenibilidad y Medio Ambiente, Catalina García, en una entrevista en LA RAZÓN. Tras asegurar que el Ministerio de Transición Ecológica «ha conseguido la unanimidad de todos en contra» de la medida, señaló que con esta demarcación «se destrozan así estudios científicos y años de seguimiento que dicen que las marismas de este entorno no son agua salada».