
Hogar
Un solo producto deja tu inodoro reluciente: cómo eliminar la placa y la suciedad en 15 minutos
Quienes buscan alternativas más respetuosas con el medio ambiente ven en esta técnica un aliado perfecto: eficaz, no corrosiva y sin residuos tóxicos

Mantener el inodoro impecable no solo aporta una sensación de limpieza, sino que también ayuda a prevenir malos olores y la acumulación de bacterias. Ahora, un truco doméstico está ganando popularidad por su sencillez y resultados inmediatos: utilizar bicarbonato de sodio como único producto para eliminar la placa, restos de cal y superficies amarillentas en tan solo 15 minutos.
Este ingrediente, presente en muchos hogares, ha demostrado ser un potente aliado para el baño. Su poder abrasivo suave y su capacidad para neutralizar olores lo convierten en una alternativa económica y sostenible frente a los productos químicos tradicionales.
Cómo usarlo paso a paso
El método no requiere esfuerzo ni herramientas especiales. Solo hace falta bicarbonato y agua caliente:
- Vaciar el agua superficial del inodoro tirando de la cadena.
- Espolvorear una cantidad generosa de bicarbonato de sodio por las paredes internas y el fondo.
- Dejar actuar entre 10 y 15 minutos.
- Frotar ligeramente con la escobilla del WC.
- Tirar de la cadena para enjuagar.
El bicarbonato actúa desincrustando la suciedad y la placa sin dañar la porcelana ni generar vapores irritantes, como ocurre con otros desinfectantes.
Por qué funciona
- El bicarbonato es conocido por su capacidad para:
- Desintegrar depósitos minerales
- Neutralizar olores persistentes
- Eliminar manchas orgánicas
- Desinfectar superficies de forma suave
Además, combinado con agua caliente, potencia su capacidad de desprender restos adheridos. Algunos usuarios añaden vinagre blanco tras el bicarbonato para reforzar el efecto efervescente, aunque el producto por sí solo ya ofrece buenos resultados.
Una opción económica y ecológica
Usar este recurso casero no solo limpia el inodoro, también ayuda al bolsillo. Un paquete de bicarbonato cuesta apenas unos céntimos y puede durar semanas, frente a los limpiadores en gel y tabletas industriales, que suelen tener un precio más elevado y químicos agresivos.
Quienes buscan alternativas más respetuosas con el medio ambiente ven en esta técnica un aliado perfecto: eficaz, no corrosiva y sin residuos tóxicos.
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