Marcelo Gullo: «La estadista más grande de la historia es Isabel la Católica»

El año que viene se cumplen doscientos años del último virreinato español en Hispanoamérica. Desde entonces una leyenda negra corre de ‘orilla a orilla’ con argumentos que el profesor Gullo Omodeo se afana en desmontar uno a uno. Ha publicado tres libros con este propósito, el último acaba de salir a la venta: «Lo que América le debe a España».

Respecto a América, España no fue imperialista sino imperial. Esa es su tesis.

A diferencia de los ingleses, o luego EE UU, que entendían que el mejor indio era el que estaba muerto. O los mataban a todos o los llevaban a una reserva que en realidad eran campos de concentración. La prueba es que no hay ningún descendiente de comanche o apache que haya sido gobernador de Arizona, de Nuevo México o Texas. Los mataron.

E hizo de la necesidad virtud.

Le dimos la vuelta. Tenemos una diversidad de cultura amplísima, que debemos atener en todos los aspectos y colores. Ayudamos a que la luz propia de cada persona brille con la máxima intensidad. Da igual el género, color de piel o edad. Nadie debe ser excluido del mundo de la belleza.

Los españoles, otra cosa.

Se lo digo con un ejemplo. Cuando le dieron a Evo Morales un Honoris Causa en mi Universidad, me acerqué y le dije: «Gracias a que España llegó a América usted es presidente de Bolivia. Si Inglaterra hubiese conquistado lo que hoy es su país y América del Sur, yo seguro estaría dando clases en esta Universidad, pero de ninguna manera usted recibiría hoy este reconocimiento. Residiría en una reserva abandonado por la desesperación y quien sabe si a las drogas y el alcohol».

Que España fuera generadora y no destructora, según usted, se lo deben a Isabel la Católica, el motor del Imperio Español.

Es la mujer más maravillosa de la historia de España, su estadista más grande. Decide que América no va a ser colonia ni su gente esclavizada. Promovió el matrimonio entre españoles e indios. Estableció la política del mestizaje para evitar metrópolis o colonias, solo Imperio. Isabel decide que América no podía ser una posesión de ultramar sino parte de la propia España.

Se quiere interpretar la historia de muchos siglos con los ojos de hoy.

Es ridículo. Muchos se olvidan de que el mercado de esclavos más grandes del mundo era Constantinopla. Los turcos apresaban a los españoles y los vendían. Quien ganaba la guerra decidía. Isabel pudo optar por lo mismo, pero decidió que los habitantes americanos no serían nunca esclavos sino súbditos de la corona de Castilla. Una decisión revolucionaria.

Le llevamos a un Padre (Cristo), una Madre (Patria), el Derecho y la igualdad de nacimiento. También la inmortalidad del alma (religión), música y educación. ¿Por qué tenemos que disculparnos?

No hay nada por lo que pedir perdón. América no era un paraíso del amor libre comiendo mango todo el día. Era un infierno donde reinaba el canibalismo o dictaduras más atroces que la de Stalin. El evangelio supuso la liberación de los pueblos. En una votación popular entre Cortés y Montezuma, Cortes hubiese ganado por el 99%. Ni su hija le hubiese votado.

¿Se me ha escapado algo de lo que América debe a España según usted?

Sin España no existiría Hispanoamérica. Tenemos la misma lengua y aún sin hablarnos nos entendemos porque tenemos los mismos valores. Amamos, sufrimos y gozamos de la misma manera. La hispanidad no es una raza sino un estilo de vida que nos enseña a vivir con el bien común y morir con dignidad.

Hemos pasado de la ‘comunión’ a la extremaunción. ¿Cuándo se produce esa quiebra?

La leyenda negra nace por la derecha cuando las oligarquías que nacen después de las guerras civiles justifican la traición a España y su alianza con Inglaterra con mentiras. Más tarde esa leyenda negra resucita por la izquierda empezando por Fidel Castro y su continuación con populistas como Maduro o los Fernández. Tienen países ricos y pueblos pobres. Justifican su inutilidad desviando la atención hacia España, que hace 200 años que se fue.

En aras a pacificar. ¿Qué le debe España a América?

Muchísimo. Los dos pueblos se fundieron en uno solo de cultura y sangre.