Gastronomía
Paz Ivison: "Para los hombres era raro que una mujer escribiera sobre vino, pero me leían"
La jerezana recibe el premio a la "Mejor Periodista Gastronómica" por su contribución al mundo del vino y la defensa de los derechos de la mujer en el sector
La quietud de las bodegas, los barriles en reposo, el susurro del vino en el cristal... hay algo de hechizante en este mundo que atrapó, hace décadas, a Paz Ivison, una mujer que ha vivido y respirado las esencias de la enología como pocas. Con su capacidad innata para detectar los matices ocultos en cada copa, Ivison se ha erigido como una de las voces principales del vino en España, siendo especialmente significativa su defensa del vino de Jerez.
Nacida en Jerez de la Frontera, Paz Ivison lleva en la sangre la herencia vinícola. No es para menos, teniendo en cuenta que viene de una familia de importantes bodegueros. Pero más allá de su ascendencia, Ivison ha construido su propio legado a través del periodismo. Comenzó a «colaborar» en el periódico ya desaparecido «La Voz del Sur» cuando aún no había comenzado la universidad. «Como me gustaba mucho escribir, comencé a colaborar con este diario, pero nada de gastronomía, que eso ni existía», explica la jerezana en una entrevista a LA RAZÓN.
A través de los años, ha demostrado una habilidad única para entender la gastronomía y la enología. Fundadora de la revista Dunia, Ivison destacó por dar voz a las mujeres en el periodo de la transición. Su carrera no se limitó a ser testigo de los cambios sociales, sino que participó activamente en ellos, creando espacios para la visibilidad y derechos de la mujer. Esta revista se convirtió en 1982 en la primera publicación femenina en tener una sección fija dedicada al vino, supervisada por la propia Ivison. Al respecto, «para los hombres de la época era raro que una mujer escribiera una columna sobre vinos, pero me consta que me leían», recuerda la periodista mientras se ríe. Fue una persona que siempre se negó a pensar que las mujeres tuvieran que alejarse de este mundo en el que solo –y en muy pocos casos– accedían a «tomar vino rosado».
De este modo, lo más destacado de su carrera ha sido su dedicación al mundo del vino, en especial al vino de Jerez. Ivison ha desentrañado, con su «nariz privilegiada», la historia y secretos de cada bodega, plasmando en palabras la magia del vino que, en cierto modo, lleva en la sangre.
Por otro lado, para la periodista especializada es fundamental unir los conceptos de gastronomía y vino. «¿Qué es la gastronomía sin vino?», pregunta Ivison, que reconoce que «la mayoría de cocineros no conocen ni están muy interesados en este mundo», un problema que le preocupa y que reivindica allá donde va. «El vino sin comida, sin paisaje o sin personas no es nada», sentencia.
De este modo, en su defensa por la autenticidad, la jerezana aboga por el cuidado de «nuestra cocina». Es decir, por aquella que se rige y aboga por la dieta mediterránea y que utiliza ingredientes frescos y auténticos, presentados de manera simple, pero impactante. «Ya no se hacen platos que puedan permanecer en el futuro», afirma, para explicar después que la «internacionalización» está afectando a la gastronomía española. «No estoy en contra de la comida de otros países, pero todavía hay mucho por entender y descubrir de la nuestra», insiste Ivison. Respecto a la pregunta de cuál es el mejor vino que ha probado, la periodista reconoce que esta respuesta puede llegar a ser subjetiva, pero asegura que ha llegado a «llorar» con un vino alemán y que adora los vinos blancos porque «me dan alegría, me resultan más confortables y cuentan con unas complejidades, a veces, enormes». Para ella, los vinos blancos tienen «más matices y personalidad» que los tintos.
Así las cosas, sus aportes no pasan desapercibidos. La Real Academia de Gastronomía ha reconocido a principios de este año su influencia, nombrándola una de los cinco nuevos «Académicos de Número», un cargo que ha tomado con determinación con el objetivo de mostrar «el mundo del vino como algo que no está alejado del mundo real».
El reconocimiento como «Mejor periodista gastronómica» en los VII Premios Gastro&Cía de LA RAZÓN es más que un mero galardón. Se trata de un homenaje a una trayectoria que ha entrelazado lo tradicional y lo contemporáneo, una vida que ha visto cómo las bodegas y sus vinos, especialmente los de su amado Jerez, han navegado por las aguas a veces turbulentas de la historia, la economía y la cultura. Paz Ivison, con su pluma y su paladar, ha sido no solo cronista, sino también parte integral de esa travesía.
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