28F

¿Por qué es verdiblanca la bandera de Andalucía?

La enseña andaluza ondeó por primera vez en una institución oficial el 6 de noviembre de 1932 en un balcón del Ayuntamiento de Aracena

Día de Andalucía
La bandera de Andalucía izada delante del Parlamento andaluzRaul CaroAgencia EFE

La bandera de Andalucía ondeó por primera vez en una institución oficial el 6 de noviembre de 1932 en un balcón del Ayuntamiento de Aracena, en Huelva. En el Ayuntamiento de Sevilla también ondeó antes del golpe de Estado de 1936. Después de la Guerra Civil fue prohibida hasta que fue rescatada en 1977. “No será hasta la proclamación de la Segunda República cuando la bandera no salga con claridad de los círculos regionalistas, pues la Comisión Organizadora de la Asamblea Regional, encargada de la elaboración de un proyecto de Estatuto de Autonomía, llevará a cabo una extensa labor de promoción tanto de sus actividades como de los símbolos andaluces, organizando izadas de la bandera en diputaciones provinciales y ayuntamientos, siendo de ellos los primeros Aracena (Huelva) y Cazalla de la Sierra (Sevilla) en la jornada del 6 de noviembre de 1932, ligada en esta última a un reparto de tierras entre los campesinos locales, uno de los pilares fundamentales del ideario andalucista. Esta incipiente popularidad de la bandera también provoca la aparición en la prensa de más de una docena de propuestas vexilológicas alternativas, tanto de sectores afines como detractores de la autonomía. Propuestas que incluyen la inclusión de colores como el azul, el amarillo o el rojo, de figuras heráldicas como el sol, o incluso abogando directamente por su sustitución por el pendón de Fernando III el Santo; aunque bien es cierto que la mayoría de ellas tan sólo responden a cuestiones particulares de los autores firmantes de los correspondientes artículos más que a proyectos políticos tangibles”, señala el historiador Jesús P. Vergara Varela en una publicación del Centro de Estudios Andaluces.

La más antigua de las versiones, y de la que tenemos constancia fotográfica, es la que presidió la cita rondeña, conservada hoy en El Museo de la Autonomía de Andalucía ubicado entre las localidades sevillanas de Coria y Puebla del Río, en el que se encuentra la Casa que Blas Infante construyó entre 1931-1933 y en la que fue detenido en agosto de 1936. Ésta cuenta con varias particularidades: el Hércules y los leones —símbolo de la inteligencia dominando la fuerza de la naturaleza— se muestran dentro de una cuartela con las figuras a la manera de la heráldica gaditana, y la filacteria o banda inferior muestra, además de dos únicas franjas horizontales en lugar de las tres de la bandera, una primera versión del lema, con “Andalucía PARA sí”, en lugar del “POR sí”. Un lema que más adelante algunas agrupaciones regionalistas y liberalistas volverán a modificar sustituyendo el “para España” por un “para Iberia”.

Los colores verde y blanco

“El significado de estos colores contó desde el principio con dos acepciones diferentes; por un lado, la más poética de las casas blancas de los pueblos andaluces sobre los campos verdes, y por otro la de los colores más representativos de la dinastía Omeya, período de mayor esplendor del territorio andaluz para los andalucistas históricos. Se trata de unos colores que además aparecen combinados en estandartes como el de Colls (s. XI), el que ondeó en la Giralda de Sevilla tras la victoria de la Batalla de Alarcos (1195), en los incautados a Boabdil en la Batalla de Lucena (1483) —aparecidos en el escudo del II Conde de Cabra—, los de los barcos de los “Viajes Andaluces” de Colón (1499-1502) —aparecidos en el lienzo Virgen de los Mareantes (1531-1536) de Alejo Fernández (véase pag. 26), y vueltos a utilizar durante la Exposición Iberoamericana de Sevilla (1929) y que Juan Álvarez Ossorio insinúa que los andalucistas identificaron como representativos de Andalucía—, el enarbolado por el IX Duque de Medina Sidonia y el morisco Tahir al Hor en su historiográficamente controvertido complot (1642), o las banderas supuestamente utilizadas según cierta historiografía durante las revoluciones llamadas Gloriosa (1868) y Septembrina (1873) —en las que al verde y al blanco se les suma el negro y el rojo—; aunque parte de esta continuidad cromática responde más a construcciones historiográficas posteriores que a la tenida en cuenta por el propio Andalucismo Histórico”, se recoge en “Los símbolos en el Andalucismo Histórico, Trayectoria de nuestra bandera, escudo e himno” del historiador Jesús P. Vergara Varela.