Semana Santa

Las carreritas de Pilas: la otra forma de llevar los pasos en Sevilla que le sorprenderá

La fiesta fue declarada de Interés Turístico Nacional de Andalucía en 1998, hace ahora 25 años

No todo es "izquierda 'alante', derecha atrás" en la Semana Santa de Sevilla. Así como en la capital hispalense se valora el paso detenido en el tiempo, la lentitud al llevar las imágenes, meciendo, en otros puntos de la provincia hispalense la tradición marca todo lo contrario en una de sus fiestas más señeras. José Manuel Quintero Márquez, pileño por parte de padres y por vocación, acude todos los años al evento y explica a LA RAZÓN que, incluso, hay pujas para sacar a los santos. "De 600 a 2000 euros" por mango. En resumen, "el Niño sale de la Iglesia y la Virgen de la ermita y se encuentra en la calle". Hacen "de seis a diez carreras" y en Pilas es un acontecimiento.

La Diputación de Sevilla explica que "las Carreritas" es la "fiesta conmemorativa de la resurrección de Jesucristo, tiene lugar el Domingo de Resurrección en la localidad de Pilas. Representa un encuentro entre la Virgen de Belén y Jesús Resucitado, que tiene lugar en la Plaza Mayor del pueblo. Son representados mediante dos pasos, que corren (de ahí el nombre de la fiesta) a encontrarse entre el júbilo popular".

Como broche final de la Semana Santa local (con procesiones el Domingo de Ramos, y el Martes, Jueves y Viernes Santos) "se celebra una de las tradiciones de más arraigo popular en Pilas, la Fiesta del Domingo de Resurrección o de las Carreritas, declarada de Interés Turístico Nacional de Andalucía en 1998".

Imagen histórica de "las Carreritas" de Pilas
Imagen histórica de "las Carreritas" de PilasAyuntamiento de Pilas

Las imágenes se encuentran en la Plaza Mayor, "abarrotada desde primera hora de la mañana de pileños, donde tienen lugar una serie carreras que concluyen con un abrazo simbólico de la Virgen con su hijo, portados ambos a hombros de los mayores y jóvenes que han pujado previamente para hacerlo".

El recorrido de las imágenes desde su templo a la Plaza Mayor se realiza acompañado "de bandas de música y el reparto de las tradicionales garrapiñadas", explica la Diputación de Sevilla en la página de Turismo de la Provincia. "Una vez concluidas las carreras tiene lugar la misa parroquial y la salida de la Virgen de Belén en procesión de gloria por la tarde, así como la puja de claveles en la puerta de la ermita y el espectáculo final de fuegos artificiales", continúa.

Desde el Ayuntamiento, se apunta que "la historia de un pueblo está poderosamente marcada por el desarrollo de ciertos acontecimientos puramente autóctonos que se configuran como instrumento hilvanador de generaciones y como hilo vertebrador de la sociedad por su aportación en ámbitos tan diversos como la gastronomía, el arte, la tradición, la música, la iconografía, etc". De esta forma, la historia de Pilas "hay que estudiarla a través del prisma de su celebración más peculiar: “Las Carreritas”, una festividad que comienza a ser reconocida por las diferentes instituciones como una de las más significativas no sólo de la provincia de Sevilla sino también de España".

Las Fiestas del Domingo de Resurrección en Pilas, más conocidas como “Las Carreritas” , fueron nombradas Fiesta de Interés Turístico Nacional de Andalucía tras una resolución de 9 de diciembre de 1998 de la Dirección General de Fomento y Promoción Turística de la Consejería de Turismo y Deporte de la Junta de Andalucía en la que se afirma que “ha quedado suficientemente acreditado de la documentación presentada por el Ayuntamiento de Pilas (Sevilla) que en la Fiesta de las Carreritas de dicha localidad existen caracteres de antigüedad en su celebración, originalidad y diversidad de actos que suponen manifestación de valores propios y de tradición popular de interés turístico”, recoge el Ayuntamiento.

Las imágenes llevadas a la carrera se remontan a los siglos XVI, XVII y XVIII.

"La puja continúa mientras los pasos avanzan lenta y multitudinariamente hacia la Plaza Mayor. En el trayecto se suceden los repartos de garrapiñadas, los vaivenes en el paso del “Niño-Dios” y la continua afluencia de personas que, antes de posicionarse en la Plaza Mayor, acuden a contemplar el estado y posición de los pasos", explica la página del Consistorio.

"Hacia las diez de la mañana - el horario varía lógicamente cada año en función de los propios pileños - los dos pasos se acercan a la Plaza Mayor y se colocan de frente en sendas bocacalles que configuran las esquinas de la Plaza", indica el Consistorio. "De un lado, más cercano a la Ermita, el palio de la Virgen de Belén, ligero, con más movilidad que el que luce en Semana Santa y adquirido especialmente para la Fiesta, es llevado a hombros por pileños adultos después de un recorrido de unos 100 metros por calles engalanadas y con unos pileños enfervorizados ante la procesión, los cuales demuestran su veneración con el lanzamiento de pétalos desde los balcones", indica.

Por otro lado, "el “Niño-Dios de Las Carreritas”, mecido hasta la saciedad por unos pileños de edad adolescente que, más que avanzar, retroceden intentando prolongar “Las Carreritas” en medio de un ambiente de jolgorio colectivo controlado por los responsables del templete procesional". En cuanto al Niño Jesús, “lo más significativo del ritual es la sustitución de la imagen de Cristo Resucitado por la del Niño Jesús. Tal costumbre puede relacionarse con la importancia que desde la Contrarreforma adquirió la figura de Jesús Niño como imagen que, según los atributos y vestidos que se le pusieran, podía ser gloriosa o penitencial” (Gómez Lara, Manuel y Jiménez Barrientos, Jorge: “Semana Santa en Sevilla”. Págs. 313-314. Comisaría de la Ciudad de Sevilla para 1992. Sevilla. 1992), explica la web municipal.

El encuentro entre ambos llega finalmente ante la Plaza Mayor, "en la que los pileños ya se encuentran posicionados en los lugares idóneos para ver “correr” los pasos. La Plaza presenta un aspecto inmejorable compuesto por la multitudinaria presencia de pileños y habitantes de localidades vecinas, todos ellos luciendo sus mejores galas, las colgaduras que adornan los abarrotados balcones de los alrededores, las bandas de música que se sitúan ante la efigie del Sagrado Corazón de Jesús y la animación generalizada de los asistentes".

En el lado de la Plaza en el que confluyen las calles Amelia de Vilallonga y Luis de Medina se sitúan frente a frente los dos pasos a una distancia de unos 25 metros en cuyo centro se colocan los estandartes de las dos Hermandades que intervienen: La Hermandad de la Veracruz y la de la Soledad. “Las Carreritas” comienzan cuando los estandartes mencionados son inclinados ligeramente, momento en el que los portadores de ambos pasos se esfuerzan por ir al encuentro del contrario en un acto que supone una especie de abrazo simbólico entre la Virgen y su Hijo resucitado, indica el Consistorio.

Una vez realizadas un número indeterminado de “carreras”, que no suelen sobrepasar las ocho a pesar del inconformismo que muestran los jóvenes portadores del paso del “Niño-Dios”, señalan desde el Ayuntamiento, ambas imágenes se dirigen hacia la Iglesia Parroquial. Allí se celebra una multitudinaria celebración religiosa presidida por la Virgen de Belén.

La Virgen permanece en la Iglesia hasta el atardecer. Por la tarde, "la celebración se reanuda con la salida de la Virgen de Belén de la Iglesia Parroquial para volver a su Ermita tras un recorrido glorioso por las calles del pueblo (Amelia de Vilallonga, María Auxiliadora, Tartessos, Don Juan II, San Fernando, Cabo Anguas, Avenida Pío XII, Nuestra Señora de Fátima, Luis de Medina, Plaza Mayor y Pineda). Una vez instalada en la portada principal de la Ermita, tiene lugar la ancestral costumbre de rifar ramos de claveles donados por particulares y organizaciones pileñas, destacando la expectación que despiertan los que han acompañado a la Virgen bien en sus manos o bien en sus pies".

El punto final del Domingo de Resurrección llega "con otro acontecimiento tradicional del que se tiene constancia impresa en el seno de la Hermandad de la Veracruz desde los últimos años del siglo pasado: un espectáculo pirotécnico con fuegos artificiales instalados en la misma Plaza de Belén y que anuncia al pueblo el feliz desenlace del “Domingo de Carreritas”".

El Consistorio concluye que "las Fiestas del Domingo de Resurrección aporta, además del valor simbólico y religioso ya expresado, una importante riqueza antropológica - ornamentación especial en el pueblo, puja posterior por claveles donados por diferentes instituciones a la Virgen, llegada de pileños que viven en otros puntos, etc. -, musical - participación de la Sociedad Filarmónica de Pilas, de la Banda de Cornetas y Tambores Cristo de la Veracruz, etc. -, gastronómica - reparto de “tortas de hornazo” y garrapiñadas - y tradicionales - recorrido posterior de la Virgen por las calles del pueblo, etc. -, que la convierten en una festividad sin parangón".