Los preparativos
Los Seises de Sevilla: todo lo que hay que saber de una tradición espectacular
Diez niños entre los 9 y 12 años realizan una danza sagrada en el presbiterio bajo de la Catedral tres veces al año
La Catedral de Sevilla recibió 2.066.719 de visitantes en 2023, cifra que supone la segunda mejor cifra registrada desde que existen datos por detrás del ejercicio 2019 en el que se registró un diez por ciento más. La entrada a la Catedral de Sevilla se complementa gratuitamente con la visita a la Giralda y a la Iglesia de El Salvador, ésta última visitada por 322.906 personas en 2023, dato que sumado a los 2.066.719 de la Catedral y Giralda, resulta un número cercano a los 2.400.000 visitas al conjunto monumental.
Hay una oportunidad especial que se repite tres veces al año: entrar en la Catedral y disfrutar del baile de los seises. La próxima es muy cercano: el jueves 30 de mayo con motivo del Corpus Christi.
El Corpus Christi, la Inmaculada y el Triduo de Carnaval son las tres oportunidades para disfrutar del baile de los Seises, diez niños en edades comprendidas entre los 9 y 12 años, que realizan una danza sagrada en el presbiterio bajo de la Catedral de Sevilla en tres ocasiones al año. El libro "Celebración de la palabra y adoración eucarística con baile de Seises", editado por el Cabildo de la Iglesia Catedral de Sevilla, ofrece un exhaustivo repaso a esta tradición que aún se conserva en la capital andaluza.
Como bien se explica en ese estudio, la historia de los Seises no es exclusiva de Sevilla sino común a la de otras catedrales de España, si bien sólo esta ciudad los ha conservado a lo largo de los tiempos.
Explica el estudio que los "Seises, en cuanto danzantes, remontan por lo menos al año 1508, tal como consta en los documentos de la Catedral hispalense". ahora bien, "como conjunto, formado por diez niños que danzan regularmente en la Octava de Corpus, arranca de 1613"
Desde ese año, "los Seises ejecutan una danza sagrada, en el presbiterio bajo, durante los ocho días de la Octava del Corpus, gracias a la fundación y dotación del Arcediano de Carmona, don Mateo Vázquez de Leca. Don Gonzalo Núñez de Sepúlveda costeó los bailes de la Octava de la Inmaculada (en 1655), para que se realizaran a imitación de aquellos del Corpus y, unos años más tarde (en 1695), comenzó el Triduo de Carnaval, gracias al patrocinio de don Francisco Contreras Chávez y el Cabildo de la Catedral".
Como curiosidad, los primeros Seises "bailaban llevando en sus manos lanzas, palos, espadas o sonajas" hasta que aparecieron las castañuelas en 1667.
Otra evolución es la que ha experimentado la vestimenta de los niños. "De hecho, en 1657 el Cabildo Catedral ordenó que el Maestro de Capilla, responsable de los niños Seises, renovara los trajes cada ocho años, asignándose para ello una dotación económica especial. En el siglo XVII, siguiendo la moda flamenca del momento, se enriquecieron con bordados, valonas, golillas, lazos, cintas... tomando mucho brillo y oropel. Se llega así al traje actual de pajecillos". Desde la creación de la Octava del Corpus e Inmaculada, se emplean trajes de color rojo para la primera y los de color celeste para la segunda. En el Triduo de Carnaval se usan los mismos del Corpus.
En cuanto a las partituras y formas de los bailes, siempre "se utiliza la de villancico, a la manera del siglo XVII: introducción, estribillo (con final instrumental y castañuelas) y coplas".
En realidad, el baile de los Seises es "la expresión cálida de un pueblo que canta, reza y danza con cariño y amor", al mismo tiempo que profundiza en una tradición asociada, como tantas otras, a la ciudad de Sevilla.
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