Entrevista
"Sisi Emperatriz y la Reina Letizia tienen mucho en común"
Carmen Martínez Sánchez convierte en «Cadenas rotas» a una emperatriz y a una cigarrera sevillana en protagonistas de una historia que reivindica el derecho a una vida
Dos mujeres. Dos destinos. Una emperatriz vienesa y una cigarrera sevillana nacen el mismo día de 1837, pero en extremos opuestos del mundo. En «Cadenas Rotas» Carmen Martínez las convierte en protagonistas de una historia que entrelaza la ficción y la memoria, la desigualdad de género y el derecho a una vida propia. A través de ellas, la autora reflexiona sobre el maltrato, el protocolo como jaula simbólica, la sororidad, la dignidad de las mujeres sencillas y el valor de ser unabuena persona incluso cuando el mundo no lo pone demasiado fácil. Una novela, en definitiva, con voz propia que cruza palacios, casas prestadas, abanicos, cartas y sueños rotos.
Sisi y una cigarrera sevillana nacen el mismo día, pero en dos universos muy dispares. ¿Los orígenes marcan el destino?
Los orígenes marcan la vida pero el destino lo vamos construyendo paso a paso, con cada decisión que tomamos. Evidentemente, las posibilidades que se nos ofrecen varían en función del lugar de nacimiento, de la cultura imperante, aún así la opción de elegir nos puede ayudar a recorrer un sendero u otro. Hay que intentar disfrutar del camino que, a veces, es más interesante que el destino.
Una vive en una jaula de oro; la otra, en una calle sin red. El concepto de riqueza que no solo lo compra el dinero.
A mi juicio, el dinero es un medio que facilita la vida, dependiendo de la forma en la que decidamos gastarlo o invertirlo. Nos puede permitir tener una existencia más cómoda. La riqueza es un concepto más amplio, ya sea de espíritu o material. Se puede tener mucho dinero y vivir en la más absoluta indigencia emocional.
Sisi Emperatriz, ¿era una mujer atrapada en su época?
Sin ocultar sus defectos y caprichos, o las circunstancias que condicionaron su carácter y una personalidad que, analizada desde el punto de vista médico actual, debía sufrir alguna disfunción, he intentado mostrar a una mujer que buscaba desesperadamente su sitio en una época y una sociedad cuyos valores no compartía. Ella intuyó el fin del absolutismo de los Habsburgo.
Su legado todavía perdura.
Es poco conocido, pero debemos saber que, al menos hasta 2019, ACNUR ha recibido ayudas que, gracias al legado de la emperatriz, aún llegan para proteger a personas refugiadas en países del antiguo Imperio.
¿Cree que aún hoy muchas mujeres viven en jaulas invisibles?
Por desgracia, así es. Solo hay que ver cómo se trata informativamente la presencia de mujeres destacadas en los actos institucionales. Se las valora por el vestido que llevan, no por la relevancia de su trabajo. Hay mujeres que levantan la voz; a otras las siguen vetando y las obligan a caminar un paso por detrás de su marido.
Uno de los temas de fondo es el protocolo como herramienta de poder, que incluso en España genera tensiones simbólicas. ¿Qué te dicen figuras como doña Sofía y la Reina Letizia?
El protocolo es una herramienta estratégica de comunicación y de poder. Su buen uso y sus reglas marcan unas pautas, pero no siempre tienen que ser obligaciones negativas, también destacan las negociaciones para alcanzar acuerdos, el trabajo que no se ve para que todo encaje y funcione bien. Partiendo de la base de que soy republicana y de que la Monarquía me parece una institución anacrónica, creo que ellas son dos profesionales que entienden de manera muy diferente su entrega a la Corona, tal vez por su personalidad, su formación o por la época de sus reinados.
¿Qué hay de ambas en Hilda y en Sisi, dos mujeres que rompen las cadenas a su manera?
Hilda y Sisi son dos rebeldes que luchan por su libertad en el ámbito social que las rodea y en la medida de sus posibilidades. No creo que la historia de sus vidas tenga comparación con la de las reinas españolas. Yo compararía a Sisi con Diana Spencer. En todo caso, Sisi y Letizia tienen mucho en común, pues son dos personas con mucho talento, formadas, estudiosas, con inquietud intelectual. Hilda era una mujer que se preocupó por no aceptar la vida como le vino, que luchó por llevar una existencia digna, por salir de una relación que la humillaba, por construir una familia feliz. A Sisi no la dejaron ni siquiera ser enterrada donde había pedido.