Administración pública

Teletrabajo de los funcionarios en Andalucía: «No se va a aceptar pulpo como animal de compañía»

La Administración andaluza plantea «una vía progresiva» sólo en los puestos que se puedan ejecutar en remoto y sin perjudicar a otros funcionarios o a los ciudadanos

El consejero de Justicia, Administración Local y Función Pública, José Antonio Nieto, en el Parlamento andaluz
El consejero de Justicia, Administración Local y Función Pública, José Antonio Nieto, en el Parlamento andaluzKiko Hurtado

El teletrabajo durante un breve período de tiempo se dibujó como la realidad cotidiana del futuro. Pasada la pandemia y las promesas de que íbamos «a salir mejor», la realidad impone sus costuras. La Junta de Andalucía trabaja en la regulación del teletrabajo y ya hay un borrador. De entrada, se probará un día a la semana como proyecto piloto exclusivamente en los puestos en los que sea posible y en todo caso midiendo el rendimiento, según expuso en una entrevista con LA RAZÓN el consejero de Justicia, Administración Local y Función Pública, José Antonio Nieto.

«La Junta apuesta por el teletrabajo si es teletrabajo, no se va a aceptar pulpo como animal de compañía. Primero, se tiene que poder realizar en remoto. Por ejemplo, los conductores no pueden teletrabajar y otros muchos puestos», expuso Nieto. En los funcionarios que sí puedan teletrabajar, «vamos a fijar un sistema para medir el trabajo que se ha hecho. Tiene que ser una confianza mutua. No podemos camuflar como teletrabajo otro tipo de cosas», indicó. La clave es no perjudicar a «los compañeros o los ciudadanos». «Yo tengo que poder evaluar el desempeño». «Hemos planteado una vía progresiva, vamos a empezar con un día de teletrabajo, vamos a demostrarnos que es positivo para la sociedad en su conjunto, no sólo para los funcionarios o para la administración porque al mismo tiempo que decimos esto decimos que queremos atención directa al ciudadano y eso requiere presencialidad», argumentó Nieto. Por tanto, hay que «establecer un número de días que no rompa la presencialidad y haga que la oficina se pueda quedar vacía, que no va a ser el caso».

Nieto defiende que «en su mayoría» los funcionarios andaluces están a la altura del siglo XXI. «Tenemos la suerte de tener una plantilla con una implicación alta, con buena formación y ganas de continuar formándose, adaptándose a las necesidades y prestar un buen servicio. Hay excepciones, es imposible que en un colectivo tan amplio no las haya. Por regla general, tenemos un nivel muy bueno. Lo que queremos es adaptarlo y hacer más fácil la prestación de un servicio al ciudadano. A veces las herramientas no son las adecuadas y es nuestra obligación también (dotarles de ellas», señaló Nieto. «Los funcionarios no son un fin en sí mismo, están para prestar servicio y, por supuesto, los políticos (también)», indicó el consejero. El objetivo es erradicar «el vuelva usted mañana» de Larra. ¿Ejemplos? «Con la digitalización que ya tenemos no tiene sentido que un ciudadano tenga que ir con una fotocopia compulsada de su DNI. Tenemos que intentar que el mostrador de una administración no sea una barrera insuperable para el ciudadano. El funcionario tiene que ser una ayuda, no un obstáculo. A eso responde la Ley de Función Pública o el Decreto de Simplificación, ese es el modelo que quiere Juanma Moreno y que queremos impulsar en la Justicia y en la administración pública», indicó José Antonio Nieto.

Se trata de ir en la línea que el ámbito privado ya aplica a los servicios, donde se puede hacer un trámite de alta a través de un SMS que lleva a un contrato PDF que se firma en la pantalla del móvil. «La administración se tiene que parecer a la sociedad a la que sirve, no puede ser un bicho arcaico». ¿Y tiene la administración que ser más garantista? «No. La administración tiene que estar segura de lo que hace. Y hablamos de cosas muy sencillas. Por ejemplo, en lugar de un informe preceptivo de arranque de expediente una persona normal dice ‘quiero poner en marcha un negocio y tengo que construir una fábrica’. Hay una serie de pasos en los que todo era informe previo y te tirabas un año, dos, tres hasta la autorización. Lo que vamos a intentar es que haya una actuación en la medida de lo posible que permita pasar a la declaración responsable y control posterior», señaló Nieto. Esto es: «Yo confío en usted pero le voy a controlar, en todo aquello que no suponga que destrocemos algo que no se pueda reparar. Si no lo cumple, va a tener una sanción o se va a derribar lo que construya. Si le damos confianza al ciudadano, al emprendedor, salimos ganando todos», resumió el consejero.

«Con el silencio administrativo aquí siempre hemos ido a la opción cobarde: si no me da tiempo de contestar es que no, con lo que la ineptitud, la ineficiencia de la administración siempre la pagaba el ciudadanos. Ahora no, si no me da tiempo a contestar, el silencio es positivo y las consecuencias las paga la administración por no llegar a tiempo. Es un modelo completamente diferente. Esto no es: ‘Yo soy la administración y pongo normas para tratar de sacar ventaja’. Esto es: ‘Tengo que prestar un servicio al ciudadano y si no estoy a la altura tengo que apretarme’», defendió Nieto.

Para el consejero, los incentivos al desempeño son «una de las cosas que la sociedad del siglo XXI requiere. La inmensa mayoría hace buen trabajo», explicó Nieto. Se trata de que «el que lo hace bien no tenga la misma remuneración que el que no hace bien». «Quiero que el que hace su jornada completa no cobre igual que el que no, que el que tramita 20 expedientes no cobre igual que el que dos. Para eso necesitamos evaluar. Es una mirada en positivo. Tenemos que sentirnos orgullosos de los funcionarios que tenemos», señaló.

«Los funcionarios están de acuerdo en su inmensa mayoría, lo que no quieren es subjetividad en la valoración, que no haya criterios de es mi amigo o no. Queremos que la clave no sea quién evalúa sino qué, con indicadores. Si alguien evalúa mal, también es evaluado. Se evalúa hasta el último nivel», explicó el consejero.