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Uno de los grandes escritores de la historia situaba a esta ciudad española entre las mejores del mundo: "Solo le falta el mar para ser perfecta"

Entre los pueblos y ciudades de España, se encuentran calles, monumentos, edificios o lugares únicos en nuestro planeta y alabados por el turismo internacional

Hans Christian Andersen escribió "Viaje por España", un relato en el que cuenta sus aventuras y rutas a lo largo de nuestro país tras visitar varias ciudades y regiones españolas Dreamstime

Entre los pueblos y ciudades españoles, se encuentran calles, monumentos, edificios o lugares únicos en nuestro planeta. Lo que no hay en España, no se encuentra en ningún lado, y nuestro país no envidia a ningún otro gracias a su importante cultura e historia, además de sus paisajes o ubicación geográfica. Más allá del propio turismo internacional, grandes entidades, organizaciones y personajes ilustres aúpan España como un lugar emblemático e inigualable, como lo hizo uno de los grandes escritores de la historia, que seleccionaba a una ciudad española como una de las mejores del mundo y aseguraba que solo le faltaba tener mar para ser la más bonita y perfecta.

Eso exponía Hans Christian Andersen, escritor de cuentos como "La sirenita", "El patito feo" o "El traje nuevo del emperador". El autor procedente de Odense, en Dinamarca, realizó un intenso viaje por varias regiones españolas entre septiembre y diciembre de 1862, y posteriormente elaboró un libro al que llamó "Viaje por España" y en el que recogía sus impresiones.

Aquel mes de septiembre, el danés atravesó la frontera entre Francia y España para entrar en nuestro país. Tenía dieciocho años, y ya era conocido como "el rey de los cuentos", así como uno de los escritores más populares de Europa. Desde siempre había mostrado su deseo de conocer nuestro país, e incluso lo dejaba caer en alguna de sus obras anteriores. Sobre todo, por que era una época en la que reinaban en el exterior diferentes tópicos sobre el carácter hispano, sobre las mujeres hermosas y los hombres románticos, sobre la cuna de civilizaciones antiguas o paisajes exóticos e indescriptibles.

Andersen ya había visitado varios países del continente europeo, para posteriormente escribir crónicas de sus aventuras. De esta forma, había desembarcado en Turquía, país en el que se inspiró para sacar su libro "El bazar de un poeta"; también Inglaterra, lugar en el que fue recibido por el gran Charles Dickens como una estrella increíble a la que le recomendó "no dejar de escribir, porque sus pensamientos son demasiado puros y bellos como para dejarlos encerrados dentro de su cabeza". También Alemania, Italia y Grecia.

Sevilla, la ciudad española a la que "solo le falta el mar para ser perfecta", según decía el famoso escritor Hans Christian Andersen

Pero le faltaba España, un viaje muchas veces pospuesto por problemas económicos y otras situaciones. Así que acompañado de Jonas, el hijo de su amigo Edward Collin, Hans Christian Andersen llegó a la Península. Para empezar, visitó la "majestuosa Barcelona", para seguir por Valencia y llegar a Murcia. Luego, atravesó Andalucía, pasando por Málaga o Cádiz, entre otras. Más tarde acabaría en Madrid, se acercó a Toledo y finalizaría su etapa española en San Sebastián.

Y de todas ellas, se quedó con Sevilla, a la que dijo que "solo le falta el mar para ser perfecta". Andersen vio en Sevilla "la reina de las ciudades". Durante su estancia, se alojó en la antigua Fonda de Londres, con unos balcones a los que seguramente le fue imposible resistirse. Allí se imagina el mundo árabe, gitano, el flamenco que hasta "Venus accedería a bailar", de pasiones. La gente llenaba las calles paseando a coche, a pie y a caballo, "van pendientes unos de otros". "Nos abrieron la sala de Murillo; ¡qué tesoro!, ¡qué maravilla! Por primera vez comprendí del todo la grandeza de este artista; ninguno le sobrepasa; cada uno de sus cuadros es un elixir de vida", escribía en su libro el escritor y poeta danés.

El danés emprendió una ruta por todo el centro de la ciudad, cuna del romancero sevillano Gustavo Adolfo Bécquer. Cruzando libremente el Patio de los Naranjos, entrando por la antigua judería o viendo el Callejón del agua. En general, se enamoró de Andalucía, y así, también escribió de Málaga que se sentía muy feliz por el mar, el puerto, la luz o su gente.